Tuve la fortuna de regresar a Puebla a principios de septiembre para participar en el Congreso Internacional sobre Comunicación Estratégica (CICE) 2013, invitado por la Benemérita Universidad Autónoma de
Puebla (BUAP) y concretamente por Israel O’Farrill que acaba de asumir la
dirección de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, y de nuestro cómplice
y amigo Jesús Galindo Cáceres.
Premio Comunicare 2013 |
Además del honor que representa este
reconocimiento, el premio que nos otorgaron es un objeto con mucho significado.
Se trata de un glifo en bronce, sobre una base de madera, que representa “antiguas
grecas mayas que simbolizan al viento, la sabiduría y la comunicación”. Agradecido, expresé que luego de un total de casi 10 años de vida en México (primero de 1980 a 1986 y luego del 2009 a mayo del 2013) me llevaba de ese país no solamente el Premio Comunicare sino una intensa experiencia de vida y un puñado de amigos muy queridos.
Nuestro amigo y anfitrión O’Farrill me hizo llegar una explicación más detallada del significado:
"La imagen representada en la presea Comunicare, es comúnmente conocida como 'greca escalonada' o Xicalcoliuhqui, imagen que aparece en prácticamente todo Mesoamérica, Oasisamérica y en Aridoamérica en diferentes épocas, desde el clásico hasta el postclásico y desde el norte de México, pasando por el Altiplano Central, hasta llegar a la zona maya.
"En la actualidad
existe una discusión en torno al significado de tal símbolo: los hay que dicen
que se trata de un elemento meramente estético; los hay también que dicen que
se trata de una compleja conjunción de diversos símbolos que van desde el
caracol seccionado que usualmente es utilizado para representar deidades
relacionadas con el viento (Ehécatl- Quetzalcóatl/ una advocación de la
serpiente emplumada vinculada con la deidad del viento), hasta determinadas
volutas que pueden significar el paso del viento, sonido –música, voz- o las
líneas que se interrumpen y continúan lo que pudiera simbolizar el flujo del
agua.
"Me inclino a pensar en la versión simbólica de la greca escalonada, pues se le ve claramente en contextos rituales lo mismo en Teotihuacan, la zona Puuc de los mayas clásicos de Campeche, en Tula con los Toltecas postclásicos, Tajín en el epiclásico del Golfo, Mitla con los mixtecos de Oaxaca del postclásico también o en el Templo Mayor de los mexicas en el Distrito Federal. Para nosotros en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla simboliza el flujo constante, característica del proceso de la comunicación; por lo mismo, se trata de un proceso vivo y constante, que tiene verificativo en el tiempo y el espacio y, por tanto, sumamente complejo."
Nuestro amigo y anfitrión O’Farrill me hizo llegar una explicación más detallada del significado:
"La imagen representada en la presea Comunicare, es comúnmente conocida como 'greca escalonada' o Xicalcoliuhqui, imagen que aparece en prácticamente todo Mesoamérica, Oasisamérica y en Aridoamérica en diferentes épocas, desde el clásico hasta el postclásico y desde el norte de México, pasando por el Altiplano Central, hasta llegar a la zona maya.
Recibiendo en Puebla el Premio Comunicare 2013 |
"Me inclino a pensar en la versión simbólica de la greca escalonada, pues se le ve claramente en contextos rituales lo mismo en Teotihuacan, la zona Puuc de los mayas clásicos de Campeche, en Tula con los Toltecas postclásicos, Tajín en el epiclásico del Golfo, Mitla con los mixtecos de Oaxaca del postclásico también o en el Templo Mayor de los mexicas en el Distrito Federal. Para nosotros en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla simboliza el flujo constante, característica del proceso de la comunicación; por lo mismo, se trata de un proceso vivo y constante, que tiene verificativo en el tiempo y el espacio y, por tanto, sumamente complejo."
Seminario sobre cine comunitario |
Mi anterior estancia académica en la BUAP
fue en diciembre de 2011, cuando fui invitado a facilitar un seminario sobre
comunicación y cambio social para profesores de la facultad. Esta vez, fueron dos seminarios, uno para profesores y estudiantes de
maestría que tuvo lugar la semana anterior al congreso, y otro abierto a todos los
participantes durante el CICE 2013. Mi tema fue “Cine comunitario: procesos de participación y derecho a la comunicación”, unas reflexiones que hice a partir de la
investigación que coordiné entre 2011 y 2012 sobre el cine comunitario en
América Latina y el Caribe, de la que ya he dado cuenta en otras oportunidades.
Durante mis dos seminarios pedí a los
participantes que hicieran el ejercicio de nombrar los atributos principales
que tendría que reunir un cineasta o comunicador comunitario para llevar
adelante su tarea de facilitar procesos de cambio social. El ejercicio,
realizado en una decena de grupos de 6 o 7 personas, permitió establecer una
gran identidad e criterios. Entre los rasgos más mencionadas en el perfil
deseado, se mencionaron estos: “empatía”, “que sepa escuchar”, “motivador y
visionario”, “pensamiento estratégico”, “sentido crítico”, “abierto al
diálogo”, “observador”, y “mediador”.
Abordé el cine comunitario como una
expresión del derecho a la comunicación de grupos humanos y comunidades de
interés, tanto rurales como urbanas, que al no sentirse representadas o
reflejadas adecuadamente en los medios masivos deciden tomar las cámaras para
dar testimonio de su realidad y para usar el cine como un instrumento de
exploración de la memoria y de fortalecimiento de la identidad cultural. Todo
esto muy lejos del cine comercial de entretenimiento, casi sinónimo de las
palomitas con olor a mantequilla rancia…
Jorge González y Alfonso Gumucio |
El CICE 2013 fue un lugar de encuentro de
profesionales del más alto nivel, académicos de la comunicación cuyos aportes
científicos han permitido que el campo de estudio avance hacia su consolidación
como disciplina. Las mañanas estuvieron dedicadas a las conferencias
magistrales y mesas de diálogo en sesiones en plenario, y las tardes a los
trabajos de grupo, seminarios y talleres. Entre los mexicanos no puedo dejar de
mencionar a Jesús Galindo, cuya conferencia magistral de apertura del congreso
marcó la línea de las discusiones e intercambios. Estuvieron también Jorge González ofreciendo
su innovadora perspectiva sobre cibercultur@, Josué García, Octavio Islas, Gerardo León y Patricia Durán, entre otros, así como Mónica Medina y Alejandro Jiménez, encabezando el equipo de
organización.
Jesús Galindo (con todo y aureola) en la presentación del libro de Sandra Massoni |
Entre los internacionales, además de
Sandra Massoni que presentó su nuevo libro Metodología
de la comunicación estratégica (2013), estuvieron Tomás Rodríguez Villasante y Rafael Alberto Pérez con los que tuvimos tiempo de departir no solamente durante
las sesiones programadas, sino en los desayunos en el hotel y las comidas de
grupo programadas por los organizadores.
Una constatación importante que hice durante
este CICE 2013 es que hay muchas coincidencias en los planteamientos que
hacemos desde experiencias distintas, pero con perspectivas estratégicas y fundamentos conceptuales muy similares. Con
frecuencia el afán “fundacional” propio del trabajo académico nos lleva a inventar
etiquetas que tienden a separarnos formalmente mientras que en la esencia del
pensamiento hay más coincidencias que diferencias.
Por ejemplo, cuando Sandra Massoni habla
de la comunicación estratégica, cuando Jorge González se refiere a la
cibercultur@, cuando Jesús Galindo elabora sobre la ingeniería de la
comunicación o finalmente cuando me toca aportar sobre comunicación y cambio
social, en realidad estamos todos hablando de lo mismo. Estamos hablando de una
comunicación comprometida con el cambio social, de procesos complejos y fluidos
de diálogo interdisciplinario, donde el conocimiento y la cultura son los ejes
más importantes porque trascienden con una visión estratégica los meros
intercambios de información y donde los comunicadores son facilitadores de
procesos de empoderamiento colectivo. El resto son matices del lenguaje
académico, palabras más o menos especializadas que a veces sirven para confundir antes que para dialogar.
Con Israel O'Farrill, Armando Godinez y Fidel Ortuño |
Estos congresos, sobre todo cuando no son
demasiado grandes, permiten innumerables intercambios con colegas y con
estudiantes. De esos intercambios nacen nuevas amistades o se afianzan las que
ya existían. En Puebla tuve el gusto de volver a encontrar a colegas bolivianos
que viven allí, como Fátima Encinas y Fidel Ortuño, a quienes no veía desde
hace muchos años. Los puentes tendidos por Jesús Galindo y sus redes bolivianas
permitieron igualmente el reencuentro con Kitula Liberman y Armando Godínez,
quienes luego de muchos años de actividad internacional, regresaron a
Bolivia.
Las fotografías abundantes contenidas en
la página web del CICE 2013 son un testimonio de la diversidad del congreso y
de los encuentros informales (aunque el sistema utilizado no permite
copiarlas).
Amanacer con Don Goyo |
De este viaje a Puebla de los Ángeles
conservaré también el especial recuerdo de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl
(la mujer dormida). Cada mañana al despertar, sin siquiera levantarme de la
cama, en la ventana de mi habitación del hotel se descubría frente a mí el perfil
de “Don Goyo” –como le llaman en México al Popo- con su penacho de fumarolas
peinadas por los primeros rayos del sol. Cada día un perfil diferente, cada día un penacho rebelde de humo y ceniza, exhalaciones que otorgan belleza al paisaje, cuando no son un peligro para las poblaciones vecinas al volcán.
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La poesía
debe ser un poco seca para que arda bien,
y de este
modo iluminarnos y calentarnos.
—Octavio Paz