30 septiembre 2008

Ada Foah

La frontera con Togo está a pocos kilómetros, pero para llegar a ella hay que tomar un ferry que atraviesa la desembocadura del Río Volta, que vierte las aguas que arrastra desde Mali y Burkina Faso en Ada Foah, lugar que marca la separación entre el Golfo de Guinea (hacia el este) y el Océano Atlántico (hacia el oeste).

“Ada Foah” es la deformación de Ada Fort, pues en esta punta de arena hubo alguna vez un fuerte. Hoy hay algunas casas lujosas, y balnearios para gente con recursos. El paisaje al atardecer es apacible, los colores saturan el escenario natural, a uno lo invade una sensación de paz.

La desembocadura del Río Volta es también apacible, ningún rumor de agua, tan solo un espejo pulido y tranquilo.

Ada tuvo importancia estratégica por su posición con relación al Río Volta. En su momento fue un imperio que cubría un territorio de 20 mil kilómetros cuadrados. Pero la influencia de los reyes (matse) de Ada fue cada vez menor y aunque siguen existiendo (el más reciente fue entronizado en 1977), su rol es simplemente simbólico.

El Río Volta con sus tres brazos -el Volta Negro, el Volta Blanco y el Volta Rojo- dibuja un entramado de curvas que tocan varios países del oeste de África –Mali, Burkina faso, Costa de Marfil, Togo- antes de converger en Ghana donde tiene su cauce más caudaloso y desaparecer en el Golfo de Guinea. Al mirar en el atardecer las aguas tranquilas del Río Volta recuerdo haber estado en los márgenes del mismo río en otra latitud, en Dédougou (Burkina Faso) a fines de los 1980s. Pero no son las mismas aguas, por supuesto, mucho tiempo ya ha pasado en la vida de uno. Y el río no se detiene.

25 septiembre 2008

Radio punto com

Estuve en la 7a Bienal Internacional de Radio que tuvo lugar en México D.F. del 8 al 12 de septiembre, en el Centro Nacional de las Artes, un inmenso complejo de edificios dedicados a los estudios y a la promoción de las artes. El lugar es emblemático porque allí estaba la gran Cineteca Nacional que se incendió el 24 de marzo de 1982, cuando yo vivía allá. Una gran hoguera se llevó al olvido siete mil películas que estaban en las bóvedas; con los años, se pudo recuperar unas cinco mil, pero dos mil se perdieron irremediablemente.


Sin embargo, ahora el motivo para estar en el Centro Nacional de las Artes no podía ser más estimulante: celebrar los 40 años de emisiones sin interrupción de Radio Educación, entidad organizadora de la bienal. Para quienes no lo saben Radio Educación es uno de los ejemplos más elocuentes de la radio pública en América Latina, un modelo desde todo punto de vista. El Estado mexicano ha apoyado durante cuatro décadas esta propuesta educativa y cultural del más alto nivel, demostrando que la radio no solo no ha sido desplazada por la televisión, sino que sigue siendo un instrumento de afirmación de la identidad nacional.

“La historia de la radio en México no se entiende sin Radio Educación”, dijo Virginia Bello, Directora General de la emisora, en sus palabras de inauguración de la 7ª Bienal Internacional, que fue transmitida en vivo y en directo por satélite, a través de las frecuencias de Radio Educación y de sus páginas web.

La 7ª Bienal Internacional tuvo por tema “La radio de cara al futuro: el impacto de la convergencia tecnológica”, para analizar los desafíos de la convergencia digital y el impacto de las nuevas normas que será adoptadas en los próximos años. Las cinco mesas de panelistas abordaron las perspectivas de la radio en México, la era de la convergencia tecnológica, las audiencias y los nuevos hábitos de consumo de radio en la era digital, las tendencias de la programación y las nuevas interactividades y recursos tecnológicos. A mí me tocó hablar de los “Retos y oportunidades de la convergencia tecnológica pública y comunitaria” en la Mesa 4, junto a colegas de España, Italia, Alemania y México.

En paralelo a la 7ª Bienal se desarrolló el concurso de producción radiofónica, que este año en sus nueve categorías recibió 712 trabajos provenientes de 16 países. Además, todas las tardes se impartieron talleres sobre diversos aspectos del periodismo radiofónico, uno de ellos dictado por el boliviano Alberto Souviron, director de la página web de BBC Mundo.

Tuve la oportunidad de conversar con colegas que han reflexionado y escrito seriamente sobre estos temas, como Mariano Cebrián, José Zepeda, Gabriel Sosa Plata, Arturo Merayo, Carlos Rivadeneyra, Aleida Calleja, Carlos Plascencia Fabila, entre otros. Me dio mucho gusto conocer a Elfego Riveros, director de Radio Teocelo, la primera y más antigua radio comunitaria de México.

La noche de la inauguración del evento, nos llevaron a cenar al Castillo de Chapultepec, un lugar no solamente emblemático porque fue residencia del Emperador Maximiliano hasta su fusilamiento y luego de Porfirio Díaz, sino porque es un lugar hermoso en medio del bosque más extenso de Ciudad de México. Fue un privilegio asistir a esa cena, deliciosa, acompañada por un grupo de cámara que interpretó composiciones mexicanas de época. El Castillo de Chapultepec se abre de noche en muy contadas ocasiones, sólo para eventos especiales.

20 septiembre 2008

Colin Fraser (1935-2008)

Hoy, sábado 20 de septiembre, a las 15:30 hora de Italia, es el funeral de Colin Fraser en la iglesia de San Egidio, en el pueblito medieval de Tolfa, donde vivía con Sonia Restrepo, su esposa. Colin falleció en la mañana del lunes 15, acompañado por Sonia y sus dos hijos, Iain y Stuart, pocos días antes de cumplir 79 años, pues había nacido el 29 de septiembre de 1935.

Tolfa está en medio de un bucólico paisaje de verdes colinas. A vuelo de pájaro desde Google Earth trato de reconocer, o más bien imaginar, la casa de Colin y Sonia en el número 12 de Via del Calderaro. Me imagino sus viñedos con cepas especiales que él importaba clandestinamente de todas partes del mundo. La búsqueda de la vida apacible del campo, del buen vino y la buena comida llevó a Colin a vivir en este lugar suficientemente aislado y a la vez cercano a Roma. En 2005 publicó su libro “Working with Bacchus”, donde expresa su amor por el proceso de elaboración del vino.

La última vez que lo vi, siempre con Sonia, fue precisamente en Roma, durante el Congreso Mundial de Comunicación para el Desarrollo (WCCD) en octubre del 2006. Recuerdo en particular una intervención suya, en plenaria pero desde la sala, lamentando que la comunicación para el desarrollo hubiera perdido terreno en las organizaciones de las Naciones Unidas, y señalando que hoy se habla de comunicación para el desarrollo sin saber exactamente lo que es. En uno de sus mensajes me dice que el uso generalizado de la comunicación, como algo que incluye de todo, incluso la “comunicación corporativa”, ha desnaturalizado la comprensión de la comunicación para el desarrollo, y en los últimos diez años ha confundido aún más las cosas.

Antes de vernos en Roma nos juntamos en Bellagio, en la magnífica propiedad de la Fundación Rockefeller a orillas del Lago Como, en una reunión que organizamos del 20 al 24 de mayo de 2002, para discutir lo que podría ser una maestría con énfasis en comunicación para el desarrollo y el cambio social. A esa reunión convocamos a algunos de los más importantes especialistas de la comunicación para el desarrollo en el mundo. Colin, por supuesto, pero además Everett Rogers (USA), Juan Díaz Bordenave (Paraguay), Louie Tabbing (Filipinas), Alfred Opubor (Benin), Daniel Prieto Castillo (Argentina), Jan Servaes (Bélgica), y John Downing (UK), entre otros.

Los encuentros con Colin y Sonia fueron siempre esporádicos, separados por el tiempo y el espacio, en Bellagio, en Roma o en Bogotá, siempre con la promesa nunca cumplida de vernos con mayor frecuencia. Un texto de Colin y Sonia no podía faltar en nuestra Antología de Comunicación para el Cambio Social. Thomas Tufte y yo escogimos un capítulo de su libro “Communicating for Development”. Es una pena que ya no verá la edición en castellano de la Antología, que sale en estos días de la imprenta.

Si alguien sabía de comunicación para el desarrollo, ese era Colin Fraser. Si el debate todavía existe es gracias a él. Desde su puesto de director en la FAO, entre 1969 y 1985, Colin le dio un impulso inédito a la comunicación para el desarrollo. Gracias a él la FAO tuvo un liderazgo entre las agencias de Naciones Unidas en el campo de la comunicación, liderazgo que ha ido perdiendo paulatinamente. Su trabajo como consultor en más de 70 países lo convirtió en una referencia esencial.

Colin tuvo la iniciativa de crear la Mesa Redonda de Comunicación para el Desarrollo, que cada dos años reúne a agencias de desarrollo para debatir los avances y retrocesos en el campo. En su novena edición, en Roma, en septiembre de 2004, los participantes en la mesa redonda subrayaron la necesidad de contar con políticas y recursos adecuados de comunicación en los programas de desarrollo. Era un llamado muy general, las grandes burocracias para el desarrollo no se dieron por aludidas, como tampoco se sintieron aludidas por el “Consenso de Roma” aprobado al término del Congreso Mundial de Comunicación para el Desarrollo.

15 septiembre 2008

Radio Ada

Cerca de la frontera con Togo, en la localidad de Ada, se encuentra la primera radio comunitaria de Ghana. Radio Ada cumple diez años de existencia, por lo que está de fiesta. Los custodios y líderes tradicionales nos esperan sentados con orgullo en la puerta de la radio, que consideran suya; también la “reina” del lugar y las mujeres que la acompañan, todos vestidos de elegantes trajes tradicionales y portando bastones de mando y objetos dorados que alguna vez fueron de oro macizo.

Los colegas de Radio Ada nos reciben con algo especial, sabo, una masa de maíz que se prepara y cocina de manera parecida a las humintas de Bolivia o los tamales de mesoamérica, usando las hojas de la mazorca de maíz para envolver la comida. La diferencia es que el sabo lleva manís enteros en lugar del relleno de queso o carne. Los tambores resuenan en el patio de Radio Ada y un grupo de mujeres jóvenes danza en círculos.

“No teníamos voz antes de la llegada de Radio Ada”, dice un poblador de la zona. En 1974, Alex y Wilna Quarmyne presentaron al gobierno de Ghana una solicitud de licencia para instalar la radioemisora, pero fue rechazada. Cuando en 1995 acabó el monopolio estatal sobre los medios de información y se estableció una reglamentación para las radios privadas, los gestores de Radio Ada volvieron a presentar su solicitud para establecer una emisora comunitaria, pero las diez primeras licencias otorgadas quedaron en manos de emisoras comerciales.

Finalmente en 1996 Radio Ada obtuvo su licencia para operar y desde el inicio se estableció como una emisora al servicio de la comunidad, en consulta con las comunidades locales. Desde entonces ha funcionado poniendo énfasis en la capacitación de jóvenes voluntarios, ya que la idea era no depender de periodistas profesionales. El equipo de voluntarios fue creciendo y algunos, como Kofi Larweh, actual coordinador de la emisora, han participado en las actividades a lo largo de los años.

El apoyo de la comunidad ha sido crucial. Alex Quarmyne –a quien llaman "daddy radio"- recuerda que quisieron alquilar un local para comenzar con los cursos de capacitación. El dueño del local escuchó las explicaciones sobre la emisora y les dijo que regresaran para obtener su respuesta. Al día siguiente les dijo que les iba a alquilar el lugar por un Cedis por año, o sea, el equivalente a 20 centavos de dólar en esa época. Era una manera de expresar su apoyo incondicional a la iniciativa.

Al poco tiempo se obtuvieron recursos para construir un local propio, con las condiciones necesarias para que allí funcionara la radio. “Mammy radio”, es decir Wilna Quarmyne, diseñó el edificio, con la cabina de control mirando hacia la comunidad, como una ventana hacia la realidad. El 1 de febrero de 1998 Radio Ada salió al aire por primera vez.

Ghana cuenta ya con ocho radios comunitarias, asociadas en la Red de Radios Comunitarias de Ghana, que está a punto de lograr en negociaciones con el gobierno, más de un centenar de nuevas licencias para emisoras comunitarias. “Nos impulsa la pasión por servir a la comunidad” dice Wilna Quarmyne, la “tía” Wilna. Cada dos años, el documento que establece la misión de Radio Ada es motivo de una revisión en profundidad en consulta con las comunidades.

“Antes, la gente preguntaba a los choferes para enterarse de lo que había en los mercados y del precio de los productos. Ahora Radio Ada nos ofrece esta información”, dice uno de los oyentes. Los “town criers” (voceadores) ambulantes que iban de pueblo en pueblo anunciando funerales, matrimonios y otros temas de interés social, , se han quedado sin trabajo porque ahora cualquier mensaje puede ser emitido a través de la radio a un costo mucho menor.

Kofi Larweh explica que el desafío de Radio Ada es “hacer de la información un proceso de aprendizaje, y educar mediante la creación de un foro en el que unos escuchen a otros”.

10 septiembre 2008

Letreros de peluquería

Algo que siempre llamó mi atención durante los cinco años que viví y trabajé en África occidental a fines de los 1980s y principios de los 1990s, fue los anuncios de las peluquerías que se instalan en las calles, pintados a mano por artista populares.

Me gustaron por su ingenuidad creativa y por su precario manejo de la perspectiva, de modo que cuando conocí a uno de esos pintores en Burkina Faso le pedí que pintara un retrato mío en medio de un paisaje africano. El resultado es un cuadro de tamaño mediano, que conservo con mucho cariño como uno de esos mojones que jalonan la memoria a medida que uno se va haciendo más viejo.

Durante años fui fotografiando decenas de esos letreros, en Burkina Faso, en Mali, en Nigeria, en Benin, en Costa de Marfil y otros países de la región, pero nunca les di ningún uso. Ahora que regresé recientemente a Ghana volví a verlos y a fotografiarlos, y decidí escribir por lo menos unas líneas sobre esta forma de arte popular que corre el riesgo de perderse con el avance de la “modernidad”.

Mejor aún, conocí al artista plástico Atta Kwami, que en el área de Kumasi ha venido realizando durante años una labor de recopilación y de análisis de estos pintores populares, algunos de los cuales han trascendido la pintura alimentaria y descriptiva de los letreros para las peluquerías de la calle, y han empezado a expresar otras inquietudes.

Es el caso de Isaac Otchere Azey, cuya pintura aborda temas políticos y sociales contemporáneos, como el hambre y el terrorismo. Azey, nacido en Kumasi en 1968, aprendió el oficio con Alex Amofa. Sus obras trascienden lo meramente descriptivo e incluyen elementos simbólicos, como es el caso de este cuadro titulado “Cadena alimentaria” (Food chain).

El interés por este tipo de arte popular llevó a la Galería Oriel Mostyn en Llandudno (Wales, Gran Bretaña), a organizar una muestra colectiva, “Kumasi Junction”, en la que además de Atta, Amofa y Azey, se exhibieron obras de otros pintores de Kumasi, como Akwasi Addai, Kwame Akoto, y … Elvis Presley (así se llama).

05 septiembre 2008

Radio Peace

Por todo el mundo, una de las tareas principales de las radios comunitarias es promover la paz, el diálogo y el entendimiento. Así lo hace Radio Kwizera en Tanzania y las radios del Magdalena Medio de Colombia. También lo hace en Ghana Radio Peace, en la localidad de Winneba, a medio camino entre Cape Coast y Accra.

Junto a Radio Ada, Radio Peace es una de las primeras iniciativas de radio comunitaria en Ghana. Fue autorizada en agosto de 1996, y empezó a transmitir 24 horas diarias desde septiembre de 1999. Los principios de la emisora son claros: “Radio Peace promueve la paz en los individuos, en las familias, en los clanes, en los distritos y en la región central que está repleta de disputas”.

La audiencia de Radio Peace está conformada por los grupos étnicos mayoritarios en la región: Fantes, Effutus y Awutus, por lo que su programación se emite principalmente en esas lenguas, además del inglés.

Durante la visita que hice a Radio Peace conversé con David Ghartey-Tagoe, fundador de la emisora, y padre del actual director. Explicó que la radio interviene de manera efectiva en la resolución de conflictos y a favor de la paz en su área de influencia. “Incluso la policía viene a pedirnos ayuda”, dice, y explica que en ocasiones la radio contribuye a resolver problemas en los matrimonios o disputas de propiedad, además de mantener una programación regular que toma en cuenta las necesidades de información sobre temas de salud, educación, agricultura, etc.

“Esta mañana, por ejemplo, estuvimos vigilando las inscripciones de votantes para las próximas elecciones presidenciales que tendrán lugar en diciembre. Una nueva generación de votantes se ha incorporado, los que hace cuatro años tenían menos de 18 años. Pero nos dimos cuenta de que algunos partidos políticos, en su afán de acumular votos, están inscribiendo a ciudadanos de otros países vecinos. La radio los ha puesto en evidencia”.

Entre los programas regulares de mayor audiencia que Ghartey-Tagoe menciona, está Anapa Hyenbo (“Entrando en calor”), un programa de debate sobre diversos temas, que se transmite a primera hora de la mañana. Los choferes de camiones que recorren la carretera de la costa de Ghana hacia Togo sintonizan otro programa de su preferencia: Kwando (“En el camino”) en el que de manera creativa se mezclan preceptos bíblicos y consejos sobre cómo comportarse en la carretera.

Para hacer los jueves y sábados el programa sobre agricultura Ekuaye Ho Nyimdzee, la radio suele invitar a expertos sobre el tema, como lo hace para al programa sobre salud. El programa en formato revista de los sábados en la mañana, Aprowbo Munsem (“La caja de Pandora”), producido por M.K. Ato Brown es otro de los muy conocidos. Los martes por la tarde se emite Awar Munsem, donde se abordan los problemas matrimoniales, a través de llamadas telefónicas. La penetración de la telefonía celular en Ghana, como en el resto de África, ha sido tan rápida que las llamadas de los oyentes a la radio son abundantes.

Como muchas radios locales y comunitarias, el 60% de la programación está conformada por programas de música, particularmente durante la noche. Del 40% restante de la programación, la mitad aproximadamente son programas pregrabados y la otra mitad es programación en vivo. La emisora opera con la colaboración de una veintena de voluntarios.

La popularidad de Radio Peace en la región no deja lugar a dudas. En Winneba vi una tienda que había sido decorada con el letrero de la radio, y uno podía creer que esa era la oficina de la emisora. Y en Elmina fotografié una piragua de pescadores que había sido bautizada con el nombre y la frecuencia de transmisión de Radio Peace. Ambos son indicadores de la aceptación de la emisora en su área de influencia.