30 junio 2011

Espejismos nómadas

Hace algunas semanas escribí un texto para el catálogo de exposición “Espejismos Nómadas” de Patricia Mariaca, centrada en sus “cuadernos del desierto’, páginas de color donde registró sus impresiones al descubrir el desierto de Mauritania, donde ahora reside. La muestra –curada por José Bedoya- se inauguró el 15 de junio en el Museo Nacional de Arte, en La Paz, y pude visitarla en días pasados en compañía de Patricia.

Cuando escribí el texto, yo había visto solamente las fotos de los cuadernos y de la obra gráfica sobre papel, pero ahora pude ver la instalación completa donde las obras interactúan entre sí y con el espectador. Además de los cuatro cuadernos (“Ciertos oasis”, “Construcción de la ilusión”, “Cuaderno de arena” y “Atlas personal”) y las diez obras gráficas de gran tamaño que cuelgan de las paredes, Patricia ha querido darle movimiento a su muestra, colgando algunos objetos que proyectan sombras sobre las obras, y ha colocado en el piso pantallas de video, semi-sumergidas en la arena, que muestran las páginas de los cuadernos.

Patricia Mariaca en La Paz
Patricia Mariaca ha realizado 27 exposiciones individuales, además de 10 instalaciones y 6 performances. Su peregrinaje por varios países enriquece su expresión artística a través de la búsqueda.  Esto tiene mucho de aventura y de riesgo, porque mientras hay artistas que se instalan indefinidamente en un estilo propio que ha tenido éxito, Patricia experimenta y arriesga. A veces gana la apuesta y a veces gana la experiencia.

La experiencia del desierto ha sido enriquecedora.  En una entrevista para la revista Tendencias, Patricia afirma que “en el desierto mientras te vas moviendo aparecen en el horizonte espejismos. Las cosas se mueven, se acercan o se alejan. Por el efecto del calor, parece que flotan. Estás en un ambiente en el que no sabes lo que es real. Yo hablo de espejismos nómadas porque pienso que los espejismos no te los da el desierto, uno va al desierto con sus propios espejismos. Te mueves con ellos. Viajas con ellos. Cuando estás en el desierto, viene tu pasado, tus historias, las cosas que tienes que resolver. No es el lugar, eres tú.”

Esto es lo que escribí para su catálogo:

Pocas cosas se comparan con una noche en el desierto. Arena blanca alrededor y arena de luz en el cielo. Refulgen miles de puntos y filamentos con vida, estrellas fugaces en la bóveda oscura pero absolutamente nítida.

Al recorrer la obra que ha desarrollado Patricia Mariaca en su nueva etapa en Mauritania, no puedo sino recordar mi propia experiencia del desierto, en Gorom-Gorom, en el extremo norte de Burkina Faso, donde llegué acompañado por Felipe Ehrenberg, artista plástico mexicano, otra coincidencia.

Coincidencias de la vida y el arte. En este caso, el mismo cielo y la misma arena del desierto, cuyos ecos -aunque no tenga paredes- encuentro en el Espejismo nómada de Patricia Mariaca. El desierto, contra lo que generalmente se cree, tiene vida. A veces una vida avasalladora, puesto que avanza cada año cubriendo todo lo que encuentra a su paso.  Vida también por todo lo que contiene y todo lo que sugiere. En Gorom-Gorom dormíamos al aire libre junto a un cuarzo del tamaño de una casa.  ¿Seguirá existiendo? ¿Se lo habrá tragado el desierto?

¿Cómo se mira un artista en el espejo del desierto? ¿Qué es lo recoge y lo que añade de sí? El espejismo del desierto está creado por nuestros ojos que le dan vida, y se mueve a medida que uno se acerca a él, aprisionado entre el cielo y las dunas. Esas sensaciones las recobro mientras recorro la obra de Patricia Mariaca, que se mira en el desierto como mujer y como artista, como intrusa y como descubridora de una realidad diferente, tan ajena a la de Bolivia.

El trabajo artístico de Patricia se ha desplegado como un velero audaz a lo largo de sus años fuera de Bolivia, desbordando el espacio rectangular del lienzo. La madera del bastidor se ha abierto para dejar que formas y colores se apropien de espacios más amplios, en instalaciones en las que dialogan imágenes fotográficas o en movimiento, objetos, textos, dibujos y pintura. 

Alfonso Gumucio y Patricia Mariaca, en La Paz
Se ha dado el nombre de instalación a estas manifestaciones de arte, pero la de Patricia Mariaca no se instala, es una caravana en movimiento o un avión aterrizando en el desierto, como el de Mermoz. Sus visiones son íntimas: sol rojo, sol negro, sol verde que se mueve sobre el atardecer ensangrentado, como se mueven al soplo del Sahara las páginas de los cuadernos donde la artista ha capturado pedazos de experiencia.

El desierto está lleno de símbolos que Patricia en su calidad de artista-esponja y abierta a lo desconocido como una página en blanco, absorbe primero con la mirada, luego con las manos. Su instalación es un sendero de huellas que unen continentes, que hablan de revelaciones y descubrimientos, y cuestionan el lugar que la artista ocupa en los mundos que la vida le pone en el camino.  

25 junio 2011

Itinerario espirituoso

Fuera del país se sabe poco de esto, pero México produce vino y buen vino. De hecho, los vinos mexicanos son igual o más caros que los vinos importados. Una botella de calidad mediana de Casa Madero o Monte Xanic puede costar por encima de 300 pesos mexicanos (unos 25 US$ dólares) y los vinos de alta gama sobrepasan los 700 y 800 pesos (más de 60 dólares).

El Estado de Baja California, donde estuve a principios de junio, produce el 90% de los vinos mexicanos. Mucha de esa producción proviene del Valle de Guadalupe, cerca de Ensenada, por donde hicimos un recorrido para degustar vinos y conocer los viñedos de pequeñas bodegas productoras de vinos artesanales, que se consumen localmente y que rara vez se encuentran en las tiendas comerciales de Ciudad de México.

En esta ruta del vino que atraviesa el Valle de Guadalupe, están los viñedos Bibayoff cuya historia es curiosa, pues la bodega fue fundada por inmigrantes rusos, cuyos sucesores son los dueños hoy. 

En el pequeño museo Bibayoff, una habitación con fotos y objetos personales, se exhibe una ficha de registro de Servicio de Migración mexicano que muestra al barbudo Sabeli Bivayeff, de 78 años de edad, inmigrado en 1906. En la casilla donde se indica la profesión, aparece la palabra “improductivo”. No lo fue mucho tiempo, al parecer. 

La degustación en Bibayoff incluyó un Chenin Colombard, y dos vinos con denominaciones locales poco creativas: el “Blancoyoff” y el “Rosayoff”. Salimos de allí con una botella de Zinfandel, vino tinto áspero.

Lado a lado a la vera del camino se encuentran otras vitivinícolas, algunas grandes como L.A. Cetto, Domecq o Monte Xanic, y otras pequeñas y poco conocidas fuera del Estado como Casa de Piedra, Vinícola Pijoan, Vinisterra, Vinícola Tres Valles, Viña de Liceaga, Mogor Badán, Chateau Camou, Barón Balche, Vinos Sueños, Cava de Don Juan y la Casa de Doña Lupe.

En esta última nos detuvimos también para probar vinos, acompañándolos con quesos y jamón. Empezamos con un Cabernet-Sauvignon, seguido de un Merlot y un Señor-ita, vino dulzón. Ni modo, todo en vasos descartables de plástico. 

Nos fuimos de allí con una botella de Merlot bajo el brazo. Los precios no son tan competitivos como uno pudiera esperar cuando los compra in situ, de hecho los vinos son tan caros como en las tiendas del Distrito Federal. Pero claro, allí no se encuentran estas marcas artesanales de pequeñas empresas de familia.

Los viñedos no están aún preñados, si se puede utilizar esta expresión. Los racimos que en agosto y septiembre colgarán con todo su peso, son por ahora discretas prolongaciones de la enredadera que el sol intenso hará desarrollarse en el curso de los próximos dos meses. Entonces habrá fiesta en cada bodega, con música y espectáculos, según la tradición.

Tequila en Hussong’s

No podíamos irnos de Ensenada si antes resbalar en las cáscaras de cacahuate que son el emblema de la cantina más antigua de California (las dos, la de Estados Unidos y la de México): Hussong’s, fundada en 1891 y todavía idéntica -en la Avenida Ruiz- a la que fue más de cien años atrás.

La cantina más antigua de California
Se ha escrito que aquí nació el coctel margarita, (tequila, Cointreau, limón y sal en el borde de la copa), tan representativo de México como lo es de Perú el pisco sour (por mucho que en Chile quisieran patentarlo como propio). El barman Carlos Orozco lo habría inventado en 1941 como homenaje Margarita Henkel, hija del embajador alemán. Claro que esta versión tendrá que competir para siempre con otras ocho leyendas que remontan su origen hasta 1934, en ciudades tan dispares como Ciudad Juárez, Acapulco o Galveston, y en homenaje a mujeres famosas como la cantante Peggy Lee o la actriz Rita Hayworth (que se llamaba en realidad Margarita Cansino) o desconocidas como la prima o la novia de los supuestos inventores.

El nombre de la cantina se debe a un alemán, Johann Hussong, que migró a Estados Unidos y luego a Ensenada en busca de oro. Dice la historia que su amigo Meiggs, que tenía una cantina, le pidió que la cuidara mientras él corría en busca de su mujer que había escapado a Estados Unidos. Meiggs nunca volvió, y Hussong decidió abrir su propia cantina en la misma calle, donde todavía está.

Aunque se ha convertido en una etapa infaltable en el itinerario de los turistas que visitan Ensenada, el turismo no ha desnaturalizado el local; Hussong’s conserva su aire de cantina de mala muerte, no solamente por sus pisos llenos de cáscaras de cacahuate y su decorado ecléctico, sino por sus parroquianos locales y la música norteña que canta el grupo que anima la cantina. De mesa en mesa ofrecen canciones como “La yaquesita” de Valentín Elizalde (asesinado por los narcos) y “Puro cachanilla” de Vicente Fernández, canción de homenaje a Baja California. La notas brotan de la guitarra, del contrabajo y del infalible acordeón Gabbanelli: Nací en los algodonales / bajo un sol abrazador / mis manos se encallecieron / y me bañé de sudor / yo soy puro cachanilla / orgulloso y cumplidor.”

En una mesa dos hombres jóvenes prueban su hombría haciendo pulsetas mientras con la mano libre aprietan los polos de un aparato que genera electricidad: el más macho es el que aguanta mayor voltaje mientras trata de vencer al contrincante. El desafío acaba siempre con un grito de dolor, risas, tequila, cerveza y canciones norteñas.

No fue tan amistosa la sórdida maniobra de patentes que despojó a la cantina del derecho a usar su propio nombre, cuando algún gringo aprovechador patentó la palabra para una cadena de tiendas de ropa y de souvenirs. Nos contaba Nina Martínez, nuestra anfitriona y maestra en la Universidad Autónoma de Baja California, que ahora la cantina está obligada a pagar derechos a ese gringo para seguir usando el nombre original. En la esquina cercana a la cantina, y en dos otras calles de Ensenada, están las tiendas Hussong’s que hacen negocio con la tradición. Esa apropiación de la marca por vía de maniobras, se parece mucho al de las compañías farmacéuticas multinacionales que patentan semillas y plantas de África, Asia y América Latina, para luego enriquecerse cobrando derechos a los propios dueños originales, comunidades indígenas que las conocen desde hace siglos.


20 junio 2011

Facetas de la comunicación

Colegas de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) me invitaron a principios de junio a participar en Ensenada en el “Congreso Internacional de Comunicación Facetas 2011”, y a ofrecer la conferencia magistral, el día de la inauguración, sobre “Avances y retos de la comunicación para el desarrollo”.

Como no había estado nunca antes en Baja California, esta fue una ocasión ideal para conocer durante una semana esa región en el extremo noroeste de México, caracterizada por su austera geografía y sus conflictos de frontera: tráfico de migrantes, de drogas y de armas. La proximidad con Estados Unidos no hace sino exacerbar la violencia y la corrupción que ahora cubre gran parte del territorio mexicano.  
Sin embargo Baja California tiene otra cara, apacible. Es una larga lengua desértica lamida por dos mares, el Pacífico y el Mar de Cortés (o Golfo de California),  con una interminable carretera que se prolonga de norte a sur desde Tijuana hasta Cabo San Lucas, una distancia de 1746 kilómetros en línea recta. Para recorrer de un extremo a otro la península se requieren 30 horas por carretera.
Tijuana está separada de San Diego por una alta valla con rollos de alambre de púas, el muro-símbolo donde tantos han perdido la vida.  En el aeropuerto de Tijuana el ejército mexicano recibe a los viajeros que aterrizan, y les pregunta de donde vienen, porque si son centroamericanos son sospechosos de querer pasar la frontera y la pasan mal. También en la carretera de Tijuana al sur hay retenes militares, revisan los vehículos buscando ya sea migrantes escondidos o drogas. No encuentran nada porque esos negocios perfectamente montados y establecidos pasan por otro lado, con complicidades al más alto nivel.
A casi dos horas al sur de Tijuana está Ensenada, como su nombre indica, cobijada por una apacible entrada de mar. La bahía es un remanso de tranquilidad, un lugar de descanso para los turistas que visitan el lugar, o para los jubilados que se establecen allí definitivamente. En el Hotel Estero Beach donde nos alojaron y donde transcurrieron las sesiones plenarias de Facetas 2011, la vista sobre el estero descubre una familia de focas retozando en el agua y numerosas gaviotas y pelícanos en espera de pesca fácil.  A pesar del sol implacable, una brisa fresca sopla todo el día, y las noches son más bien frías.
Alfonso Gumucio y Sergio Cruz en Facetas 2011
La maestra Nina Alejandra Martínez, de un dinamismo inagotable y un buen humor contagioso, hizo posible que  la tercera edición del congreso -la próxima será en Puebla-transcurriera sin tropiezos, apoyada por un grupo de profesores como Sergio Cruz, Nelly Calderón de la Barca y otros, y el entusiasmo y compromiso de 106 estudiantes que trabajaron en la organización del evento.
El programa incluyó conferencias magistrales en sesiones plenarias, talleres y mesas de trabajo paralelos, muestras de cine y lanzamiento de publicaciones.  En una de estas presentaciones de libros, Sergio Cruz, coordinador de la carrera de ciencias de la comunicación de la universidad, presentó Políticas y legislación para la radio local en América Latina, el libro que coordiné junto a Karina Herrera-Miller.  
En mi conferencia “Facetas, avances y retos de la comunicación para el desarrollo” (fui presentado por la profesora Nelly Calderón de la Barca), comencé mostrando la amplia variedad de procesos que constituyen la comunicación, desde las radios mineras bolivianas hasta los indignados de Plaza Cataluña que visité días antes; pasando por otras experiencias que me ha tocado conocer de cerca, como la de video de las mujeres de Pastapur o el Plan Ceibal de Uruguay, y en algunos casos facilitar, como el cine obrero sandinista o el teatro popular de Nigeria.  Entrando en materia quise marcar una vez más las diferencias entre informar y comunicar, apoyándome en Dominique Wolton, Antonio Pasquali y Eduardo Vizer, para luego abordar las dimensión políticas, sociales y éticas de la comunicación para el desarrollo, insistiendo en los procesos de participación y apropiación. Me remonté un poco en la historia para recordar las diferencias entre el modelo modernizador y difusionista propuesto desde Estados Unidos, y el paradigma participativo de la comunicación aplicada al desarrollo y al cambio social.
Varios de los conferencistas expresaron su convicción de que la comunicación no puede ser reducida a los grandes medios masivos, sino todo lo contrario, debe ser rescatada en los procesos horizontales de diálogo, y en los medios alternativos.
Jorge Gonzalez
Nos deleitamos todos con Jorge González, que habló sobre Cibercultur@  y empezó aclarando que nada tiene que ver con las llamadas redes sociales y con estar pegado todo el tiempo a la computadora. Jorge explicó con claridad meridiana que desde su origen etimológico la palabra ciber tiene que ver con “poder” y cultura con “cultivo”, y ambas denotan la capacidad (“agencia”, diría Amartya Sen) de las personas para tomar las riendas o el timón de sus vidas, y construir colectivamente comunidades emergentes de conocimiento local.  Por la extraordinaria capacidad de comunicar contenidos profundos con humor y sencillez, la conferencia magistral de Jorge González fue sin duda fue uno de los momentos más estimulantes de todo el evento.
Antonio Caro
Antonio Caro Almela, compartió una visión crítica de la publicidad, que él conoce muy bien por haber trabajado en ella durante varias décadas, pero además una visión crítica del mercadeo social tan en boga en los programas de desarrollo, e incluso de la publicidad solidaria -un oxímoron, dijo- con la que muchos quieren lavarse la cara. Habló también del "marketing con causa" y de la publicidad "con permiso", y citó varios autores que están en la vanguardia del análisis crítico de la publicidad.
Caro propone rescatar el valor de la “solidaridad”, que ha sido malversado por su uso publicitario" "Solidaridad es uno de los términos más hermosos", dijo. 
Su conclusión, que sacudió las convicciones de muchos de los estudiantes, es que la publicidad como la conocemos está destinada a desaparecer, y que hablaremos solamente de comunicación participativa en el futuro. Sin embargo rescató algunas iniciativas positivas, como la campaña de sensibilización “Pastillas contra el dolor ajeno”, que realizó en España Médicos sin Fronteras.
La noción de proceso comunicacional estaba también presente, en el documental de Roberto Canales, Ciudad rural, que aborda de manera crítica los problemas del proyecto de las ciudades rurales que se han creado en el Estado de Chiapas, donde la intención es ofrecer condiciones de trabajo a la población más desaventajada.  Sin embargo, como muestra el documental a través de los diálogos que facilita el propio proceso de intervención con la cámara de video, las ciudades rurales son un modelo todavía autoritario y vertical, y por lo tanto insostenible en la medida en que la gente no se apropie del proceso de cambio social. El documental muestra a un burócrata bien intencionado pero que impone de manera arrogante un discurso modernizador, mientras pretende brillar por su sagacidad en medio de grupos que manipula desde una situación de poder.
Otros cineastas participantes en el evento, como Everardo González, Adriana Trujillo o Fermín Muguruza, ofrecieron conferencias, dirigieron talleres y presentaron sus películas. 

Francisco Mata Rosas
hizo lo propio además de presentar su libro de fotografía sobre el metro de Ciudad de México, Un viaje, con texto de Carlos Monsiváis. La radio social en Latinoamérica fue el tema de un panel de expertos en el que participaron Gabriel Neri, director de Radio San Quintín, y dos representantes de PCI Media Impact, Lindsey Wahlstrom y Enriqueta Valdez, quienes también ofrecieron talleres.  
Probablemente las ponencias y los videos estarán accesibles en línea dentro de cuatro o seis semanas, cuando la universidad reanude sus labores, lamentablemente no antes. Pero quizás los materiales presentados durante el congreso se puedan obtener escribiendo directamente a Nina Martínez, coordinadora de Facetas 2011.    
Durante los espacios libres del evento, pudimos visitar dos atractivos de Ensenada, la Bufadora y la ruta del vino. La Bufadora es un fenómeno natural, en la península de Punta Banda, que lanza grandes chorros de agua de mar cuya altura -de hasta 20 metros- varía dependiendo del oleaje y del viento. El agua sale a presión por una combinación de factores: una grieta semisumergida en el acantilado, el viento que forma las olas y el nivel de la marea que cierra la boca de la cueva comprimiendo al aire dentro. 
En cuanto a la ruta del vino y otros alcoholes, lo dejo para otra nota.

15 junio 2011

La XEQIN, 17 años

Cumplió 17 años este 15 de junio, y la escuchan con atención y orgullo miles de migrantes zapotecos, mixtecos y triques porque habla su propia lengua y les trae la añoranza de las comunidades en Oaxaca, Guerrero, Puebla o Veracruz, que dejaron forzados por la situación económica, para instalarse en Baja California, en el extremo norte de México, tan lejos de dios y tan cerca de los Estados Unidos.

La cumpleañera se llama XEQIN, o Radio San Quintín, “La Voz del Valle”, opera a 188 kilómetros al sur de Ensenada, y es una de las emisoras del Sistema de Radiodifusoras Culturales Indigenistas (SRCI) creadas desde mediados de los años 1980s por el Instituto Nacional Indigenista (donde trabajó Juan Rulfo), que hoy se llama Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI)

Juan Merino Trinidad, productor en lengua triqui
Visité Radio San Quintín a principios de junio, y conversé con su director Gabriel Arturo Neri y con algunos de los productores indígenas que trabajan allí, como Juan Merino Trinidad, de la comunidad triqui. Diez productores y técnicos se dividen las tareas de la emisora, seis de ellos bilingües. Pero además, la radio cuenta con 40 colaboradores externos, que son de la comunidad y que no reciben un sueldo.

Como soy escéptico acerca de los proyectos de comunicación local alentados desde el Estado, le pregunté a Gabriel Arturo Neri si la XEQIN es una radio comunitaria (también en YouTube):

“En esencia no lo es.  No es una radio comunitaria como la entendemos, esta es una radio de servicio público que tiene patrocinio directo del Gobierno federal, pero es comunitaria en el sentido de que tiene vínculos con la comunidad. Tenemos un Consejo Consultivo a través del cual la gente puede incidir en la programación y en los contenidos que se manejan en esta estación de radio. (…) Este es un modelo mixto o híbrido, de una radio que si bien es cierto pertenece al Gobierno Federal y está sujeta a políticas muy estrictas de normatividad, su vocación y su perfil por los que fueron creadas es para el servicio de los pueblos indígenas, con una clara vinculación con sus intereses y para tener una labor de acompañamiento a sus problemáticas”.  

La independencia de las radios indigenistas es un tema de primer orden, más aún en un país donde el poder está tan centralizado como en México, sin embargo Neri considera que las emisoras funcionan sin restricciones, aunque deben ajustarse a ciertos lineamientos generales.

“Las líneas que nos dan son muy generales, corresponden a cuatro ejes: desarrollo social, desarrollo de las culturas indígenas, vigencia de los derechos de los pueblos indígenas y desarrollo social y humano. No hay una camisa de fuerza sobre temas que no se puedan tratar o formas de trabajar con la comunidad. La programación descansa en una corresponsabilidad que se ha cultivado a lo largo de muchos años; sabemos que todo se puede decir, pero hay que buscar la forma de decirlo, para no violentar los marcos legales existentes”.

Uno de los problemas que se presenta con las emisoras públicas locales, dependientes de un poder político centralizado, es que la información se genera centralmente y las radios locales se convierten en simples repetidoras. Lo he visto en radios locales de Asia, África y América Latina.  En el caso de las radios indigenistas mexicanas, si bien reciben programas desde el nivel central y transmiten un informativo nacional, también producen sus propios programas de noticias.

Sergio Cruz y Gabriel Arturo Neri en la XEQIN
Al respecto señala Neri: “Tenemos plena libertad para hacer nuestros propios noticieros locales, en lenguas indígenas, con los aportes de los reporteros comunitarios, que nos reportan lo que pasa en su comunidad, ya sea en forma escrita, por teléfono o llegando directamente hasta la emisora.”

La interlocución de cercanía, la más inmediata, suele ser en las emisoras locales la clave de su sostenibilidad social. Cuando le pregunté a Neri sobre el programa “bandera” de la XEQIN respondió sin vacilar:

“Sin duda el programa bandera de esta emisora es el de los avisos y comunicados; es el menos creativo y el más básico, pero el más importante porque permite comunicar a la gente con sus intereses reales e inmediatos.  Los avisos se centran en todo lo que sucede en su vida comunitaria, y si no existiera la radio –sobre todo en las áreas aisladas y dispersas donde se ubican nuestras emisoras- no habría otra manera de vincularse y de encontrarse. El sistema de avisos (nosotros tenemos tres veces al día), es lo más importante por el efecto inmediato que tiene en la vida de las comunidades.”

Radio San Quintín (1160 KHZ) transmite diariamente en amplitud modulada de 5:00 a 19:00 horas, en idiomas mixteco, triqui, zapoteco y castellano. Comenzó en 1994 con un transmisor de 2500 vatios y desde 2006 cuenta con uno de 10 kilovatios. Su cobertura es amplia en el estado de Baja California Norte,  aunque con notables bolsones de silencio, como la propia ciudad de Ensenada. Incluso se escucha en la costa occidental de California, en Estados Unidos, donde hay también migrantes indígenas. No sé si el horario de transmisión es el más adecuado, ya que deja a la audiencia nocturna librada a la oferta de la televisión, aunque quizás se trata simplemente de reconocer una realidad que no se puede cambiar.

La audiencia de la Radio San Quintín está formada por indígenas migrantes que se han instalado en Baja California: “Como es una radio de AM, tratamos de que sea una programación diversa en su oferta, pero básicamente nuestro público meta es la población indígena, y lo que le hemos ofrecido en estos 17 años es un instrumento para el fortalecimiento de sus culturas y de sus capacidades organizativas, además de información sobre sus derechos y sobre todo lo relacionado con mejores condiciones de vida, para que ellos sepan a qué pueden acceder con el objetivo de vivir una vida digna”.

Las emisoras del sistema de radios indigenistas hacen énfasis en la preservación de las lenguas: “Las lenguas indígenas se dejaron de escuchar en los espacios públicos por temor a la discriminación. A través de nuestras radios hemos contribuido a terminar con la estigmatización de los indígenas, de manera que sus lenguas no sean consideradas extrañas, sino simplemente diferentes”, añade Gabriel Arturo Neri.  

Sobre la red de radios indigenistas de México hay varios libros, el más conocido de todos es el que publicó la investigadora Inés Cornejo Portugal, La radio indigenista en México (2002), en el que analiza sobre todo aquellas de Yucatán, aunque las dos primeras secciones de la obra se ocupan de los antecedentes de la radio indigenista y de la “otra radio” como objeto de estudio. Otro libro importante es el de Lucila Vargas, The use of participatory radio by ethnic minorities in Mexico (1995), publicado en Estados Unidos, en inglés, por Westview Press. La autora dedica la mitad del libro a describir y analizar Radio Margaritas (XEVFS), en Chiapas.  Basándome en su información publiqué un capítulo sobre esa emisora emblemática de la red de radios indigenistas, en mi libro Haciendo Olas: experiencias de comunicación participativa para el cambio social (2001).

La red tiene su origen en 1979, cuando se instaló la primera emisora en la localidad de Tlapa (XEZV), en el Estado de Guerrero. En 1991 ya eran ocho las emisoras en funcionamiento, y para el año 2000 el total llegaba a 20, cada una con características diferentes, no solamente por las circunstancias locales, sino por el cambio de orientación en la política general del gobierno a lo largo de las tres últimas décadas.

Inés Cornejo Portugal distingue tres etapas en el desarrollo de la red de radios indigenistas de México. La primera, durante los años 1970, estuvo marcada por la óptica desarrollista, el paternalismo y el proyecto de castellanizar a la población indígena. La segunda etapa, durante la década de 1980, hizo énfasis en el rescate y la difusión de las culturas indígenas, junto a una propuesta de participación de las comunidades en el quehacer de las emisoras. La tercera etapa, a partir de los años 1990, se caracterizó por profundizar la participación de organizaciones productivas y culturales indígenas, a través de Centros de Producción Radiofónica, la red de Corresponsales Comunitarios y los Consejos Consultivos. 
Gabriel Arturo Neri, Lindsey Wahlstrom, Enriqueta Valdés, Alfonso Gumucio Dagron y Sergio Cruz, en Radio San Quintín


09 junio 2011

En la Cátedra Unesco de la UAB

A caballo entre el último día de mayo y el primer día de junio di dos conferencias en la Universidad Autónoma de Barcelona, en Bellaterra, invitado por la Cátedra Unesco de Comunicación de esa universidad. La primera conferencia fue sobre Sostenibilidad de los medios comunitarios, y la segunda, al día siguiente, sobre Pluralidad cultural y comunicación participativa, ambas en la Sala de Grados de la Facultad de Ciencias de la Comunicación.

Lo primero que debo decir es que me sentí honrado de participar en las actividades de la Cátedra Unesco que dirige María Dolores Montero Sánchez y que coordina Núria Reguera. Esta cátedra fue la primera creada en todo el mundo en el ámbito de la comunicación, con el aval de Unesco. Ha desarrollado sus actividades desde el año 1989, adscrita al Instituto de la Comunicación (InCom-UAB ) y estuvo en las manos experimentadas de Manuel Parés i Maicas y de Miquel de Moragas, por lo que su prestigio anterior, como actual, está plenamente justificado.
La cátedra forma parte la red internacional de cátedras Unesco de comunicación, Orbicom, cuyos objetivos son fomentar el intercambio de experiencias, impulsar una red mundial de instituciones asociadas y promover las relaciones con los organismos profesionales de la comunicación y con instituciones que puedan financiar actividades de investigación. Esto incluye una gran oferta de seminarios y conferencias sobre temas clave de la investigación en comunicación de la Unesco:  comunicación y diversidad Cultural, sociedad de la información, comunicación y desarrollo, acceso a la información y participación democrática… lo cual implica una gama muy amplia de temas.
María Dolores Montero y John Downing
Fue grato conversar con profesores y estudiantes interesados en los temas que me tocó exponer, y sumar mi contribución a la Cátedra Unesco como lo hicieran anteriormente colegas tan valiosos como Jesús Martín Barbero (casualmente, unos años atrás, yo estaba de visita en la UAB cuando Jesús ofreció una conferencia en la Cátedra), John Downing, Ramón Zallo, Jorge González, Guillermo Orozco, Germán Rey, Denis McQuail, Armand Mattelart, José Marques de Melo, Rossana Reguillo, Nancy Morris, Clemencia Rodríguez, entre otros. 
Esta vez, además de las conferencias tuve oportunidad de presentar el libro Políticas y Legislación para la Radio Local en América Latina que coordiné junto a Karina Herrera-Miller.
En la primera conferencia, sobre sostenibilidad de los medios comunitarios, abordé un tema sobre el que he reflexionado bastante, y sobre todo desde que en el marco de la investigación de estudios de caso para La práctica inspira (2004) -que realizamos un grupo de investigadores convocados por AMARC y ALER- propusimos que la sostenibilidad no debe verse únicamente como un tema económico y de financiamiento, sino de una manera integral que incluye la sostenibilidad social y la sostenibilidad institucional.

La sostenibilidad económica, que es apenas un factor entre varios que determinan la sostenibilidad de los procesos de comunicación comunitaria. La sostenibilidad social, íntimamente relacionada con los actores sociales y con la apropiación del proceso comunicacional; y la sostenibilidad institucional como el marco que facilita la permanencia en el tiempo de las experiencias de comunicación participativa.

Alfonso Gumucio en la Cátedra Unesco de la UAB
En la segunda conferencia fui presentado por el Decano de la Facultad, Josep Maria Catalá, y me referí a la pluralidad cultural desde el derecho a la comunicación y desde la diversidad de identidades que se expresan en los procesos de comunicación participativa, en contrapunto con los medios masivos comerciales y su proyecto homogenizador de la cultura. La masividad de la información está reñida con la generación de contenidos que son de vital importancia para las muchas comunidades de interés, geográficas o lingüísticas. Esto se traduce también en el empobrecimiento de los procesos de generación e intercambio de conocimiento que son esenciales en la afirmación de las identidades culturales y en el fortalecimiento de las lenguas como vehículo primordial de las culturas. Ambas conferencias está disponibles en la página de la Catedra Unesco.

Miquel de Moragas –quien tuvo la gentileza de invitarme a cenar al Pitarra, uno de los restaurantes emblemáticos del Barrio Gótico de Barcelona- es el Director del InCom-UAB (Institut de la Comunicació), y creador del portal que es uno de los más ricos que conozco en el campo de la comunicación. En las páginas del InCom-UAB en la red, en castellano, catalán y portugués, se renueva constantemente la informaciónn sobre eventos, publicaciones, y los videos de las conferencias, archivados en el canal exclusivo de InCom-UAB en YouTube.  Además el portal InCom-UAB alimenta continuamente a sus seguidores a través de Twitter  y de Facebook  La información que se genera a través de todos estos canales es tan abundante que se necesita invertir bastante tiempo para seguirla.

El InCom-UAB, creado en 1997 por el profesor José Luis Terrón, es un instituto universitario dedicado a la investigación básica y aplicada, la formación especializada, la divulgación social de conocimientos y la prestación de servicios en comunicación. El InCom-UAB tiene muchas virtudes, entre ellas la de haber mantenido el interés por las políticas de comunicación, y por una etapa tan importante en ellas como la del informe MacBride. En 2005, a los 25 años de haberse dado a conocer por primera vez, InCom-UAB publicó un dossier muy completo sobre el tema con textos de Armand Mattelart, Antonio Pasquali, Héctor Schmucler, Hamid Mowlana, Luis Ramiro Beltrán, Enrique Sánchez Ruiz, Karl Nordenstreng, Gaetan Trenblay, y muchos otros que ofrecen un análisis actualizado sobre ese punto de inflexión en la comunicación mundial que fue el informe y la propuesta del Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación (NOMIC).  
  
Por todo lo anterior, y por la oportunidad de conocer de cerca el movimiento de los "indignados", la breve visita a Barcelona fue importante para mi, y espero que lo haya sido también para mis anfitriones. 

03 junio 2011

Indignados catalanes

Aterricé el domingo 29 de mayo en una Barcelona convulsionada por dos manifestaciones importantes: en las amplias avenidas de la ciudad, la celebración bullanguera por la victoria, la noche anterior, del Barcelona FC sobre el Manchester United en la Liga de Campeones de Europa (vi el partido justo antes de salir de México); y en la Plaza Cataluña, la ocupación pacífica de los indignados, que un par de días antes fueron reprimidos con violencia por los “mossos” de la policía autonómica.

Por un lado el orgullo nacionalista que provocan los deportistas del Barça y por otro la indignación de los acampados que desafían al sistema económico, político y social que no sirve porque perpetúa las desigualdades y las injusticias sociales. 

En la Plaza Sol de Madrid, en la Plaza Cataluña de Barcelona y en tantas otras ciudades de España y de Europa, los que manifiestan están indignados contra los partidos políticos tradicionales, indignados contra las prácticas expoliadoras de los bancos, indignados contra el costo de vida, indignados contra la especulación inmobiliaria, indignados contra la falta de oportunidades de trabajo, indignados contra los medios masivos de información que desinforman, indignados contra el trato humillante que se da a los inmigrantes, indignados porque el sistema educativo y de salud son insuficientes, indignados –en fin- porque viven una vida sin horizontes, donde los valores humanos han sido malversados.

La filosofía del movimiento está sembrada en rótulos y pancartas en toda la Plaza Cataluña: “Si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir”, “¿dónde está la izquierda?: al fondo, a la derecha”, “disculpen las molestias, estamos construyendo algo mejor”, “sin violencia, resistencia”, “democracia, ¿dónde estás?, “no hay mejor manera de impedir que seas libre que haciéndote creer que lo eres”, “resistir para existir”, “reiniciando el sistema, haz clic aquí”, “el sistema es el cáncer, nosotros la cura”, “consigamos lo imposible, y luego ya veremos”, “hemos sido hijos de la comodidad, pero no seremos padres del conformismo”, “nuestros sueños no caben en sus urnas”, “las putas insistimos: los políticos y los mossos no son nuestros hijos”, “un banquero se balanceaba sobre la burbuja inmobiliaria, como veía que no se caía, fue a llamar a otro banquero…”, y naturalmente frases de Gandhi o del “Ché” como “la revolución no se lleva en los labios para vivir de ella, se lleva en el corazón para morir por ella”. 

Bajo el sugerente título de “Body (Porra) Art” un montaje fotográfico muestra imágenes de la piel lacerada de quienes fueron golpeados por los “mossos” durante el violento desalojo del 27 de mayo.

Las estatuas de la plaza han sido transfiguradas en personajes que aluden a las reivindicaciones, envueltos en banderas o con máscaras.

con Raul Teixidó en Barcelona
Estuve en la Plaza Cataluña con mi amigo el escritor boliviano Raúl Teixidó, generoso proveedor de buenas lecturas. Conversé con los acampados para indagar sobre sus motivaciones y su planes. Uno de los encargados de la “Biblioteca del Pueblo” dice: “Estamos aquí defendiendo los derechos de todos, porque no puede ser que el mercado y los bancos sean los que controlen el mundo cuando nosotros depositamos nuestros votos en una urna; estamos intentando crear otra manera de vivir”.   

“Creo que lo que tenemos que aportar es el modelo, para que la gente en todo el mundo salga a las plazas y tome sus decisiones, sin necesidad de intermediarios políticos, para cambiar el mundo.  Estamos trabajando la estrategia, pero es un proceso espontáneo, no tenemos todo los puntos claros, aquí hay dos mil personas y dos mil discursos, y tenemos que mantener la pluralidad porque es un movimiento de base y del pueblo”, me dice Marín (video), de la Comisión de Comunicación, pero aclara “no soy representante de nadie”. 

Las radios libres Contrabanda (91.4 FM), Bronka (104.5 FM), Línea IV (103.9 FM) y RSK (107.1 FM) transmiten a lo largo del día informaciones y reportajes sobre el movimiento de los indignados, y han formado una plataforma de coordinación. Además los acampados tienen un blog en Wordpress y un muro en Facebook.

Se han organizado en comisiones, y ya tienen previsto que estas sigan funcionando de manera descentralizada, aún cuando se vean obligados o decidan voluntariamente levantar el campamento de Plaza Cataluña. Hay comisiones de educación, de salud, de migración, de cultura, de comunicación, de contenidos, internacional, de justicia, … una biblioteca del pueblo, una guardería para niños e incluso un jardín de hortalizas. Mantienen el lugar limpio, barren y lavan los pisos, y han improvisado cajas de cartón como basureros. El municipio ha contribuido con baños públicos portátiles, ante la evidencia de que el plantón puede durar un buen tiempo.

Las preguntas sobre la sostenibilidad del movimiento son muchas, sobre todo entre los que hemos vivido circunstancias similares en otros periodos.  La referencia más obvia es el movimiento de estudiantes que se originó en París en Mayo de 1968 y se extendió luego en otras ciudades del planeta, pero a diferencia de aquel que se caracterizó por violentos enfrentamientos con la policía, este es un movimiento pacífico, que no busca la espectacularidad como instrumento de propaganda mediática, pero que por lo mismo queda fuera de la óptica pública en pocos días.

Aunque el objetivo de cambiar el mundo y de luchar contra una sociedad anquilosada es el mismo, los horizontes de los indignados parecen tan lejanos como cercana aparece su desarticulación. Ellos dicen que no tienen prisa, que quieren crecer como movimiento poco a poco, pero hay probabilidades de que ello no haga sino sumirlo en la marginalidad. 

Como si las casualidades existieran el paisaje urbano parece armonizar con la filosofía de los acampados, en el extremo norte de la Plaza Cataluña una gigantesca valla publicitaria de Hunday, con la foto de un gorila,  muestra el lema: “Otra manera de pensar es posible”.

Otra forma de pensar es posible...
Si bien todos reconocen la poética de la manifestación rebelde, pocos desentrañan objetivos concretos que permitirían construir la anunciada nueva sociedad. El rechazo voluntario a tener una dirección política y a formular una plataforma de lucha, deja el movimiento librado a consignas generales, que no son débiles por ser utópicas, sino porque su falta de articulación con acciones concretas remiten, a un futuro tan improbable como distante, los cambios de sociedad que se pretenden.

Por ahora debaten y se escuchan con respeto, y manifiestan ya sea su aprobación o su rechazo de manera tranquila, a través de señales con los brazos (alguien me dijo que son señales que usan los sordomudos, no lo sé).  Si los levantan y giran las manos como mariposas, significa que aprueban lo que escuchan, es como un aplauso silencioso; si hacen un molino con el antebrazo, significa que el que habla se ha extendido demasiado en su intervención y es hora de que termine; y los antebrazos en cruz representan desacuerdo con el contenido de lo que se está diciendo.

Allí están, haciéndose ellos mismos todas estas preguntas, discutiendo todo tipo de temas, expresándose cada día en asambleas que duran más allá de la media noche.