31 julio 2019

Otro doble engaño

Antes de dos años, parches 
El régimen del mal llamado “proceso de cambio” ha acostumbrado a una parte de la población boliviana a la falsedad y a la mentira. Las nuevas generaciones, aquellos que eran aún adolescentes hace 14 años y que ahora bordean la treintena, han sido víctimas dóciles e ingenuas del bombardeo del discurso oficialista, al igual que los pobladores de áreas rurales, para quienes el “jefazo” se ha convertido un demiurgo que desciende de los cielos en un helicóptero rojo. 

Muchos de ellos llegan a creer, por ejemplo, que la derrota en La Haya fue una victoria de Bolivia, porque así lo proclama Evo Morales y su coro de eunucos. Creen también en la victoria de Morales sobre todos los imperios, incluyendo el Imperio Romano, tal como salió de su propia boca alguna vez.

Y hay, por supuesto otras falsedades más cercanas y cotidianas. Al igual que casi todas las “obras” del programa “Evo Cumple” (al que se le ha puesto nombre y sello presidencial aunque los recursos sean del Estado), la carretera doble a Copacabana puede calificarse como otro doble engaño del demagogo que está en la cúspide de sí mismo.

Cualquiera que haya ido por esa vía que lleva al Lago Titicaca puede constatarlo: hace más de seis meses que las obras están paralizadas, no se ve maquinaria ni hombres o mujeres trabajando. Los únicos trabajadores están tapando enormes agujeros en el tramo anterior a Huarina entregado por Evo Morales en 2017. En otras palabras, al igual que la doble vía a Oruro (publicitada con ayuda de Nosiglia, el vendedor de motos afín al régimen), esa carretera ya está llena de parches y de escombros a los lados. Es vergonzoso.

A partir de Huarina, que Allah o Dios o Kali cualquier otro, nos agarre confesados, porque lo que tenía que ser una carretera es una trampa peligrosa.  Hay pedazos con plataforma nueva y otros polvorientos, hay desniveles entre las dos capas de pavimento, la antigua y la nueva, zanjas peligrosas, baches, desvíos sin señalización, montones de tierra y piedras a los lados o en medio del camino. Pocas veces he visto una carretera más peligrosa (bueno, la doble vía a Oruro, cuando estaba en construcción).

Las fotos hablan por si mismas
La plataforma nueva aparece y desaparece a lo largo de la ruta entre Huarina y Tiquina, como si en lugar de ampliar la carretera de manera continua se hubiera entregado pedazos a empresas diferentes, y todas hubieran incumplido sus contratos. Lo más seguro es utilizar la plataforma vieja, que aunque llena de baches, por lo menos tiene continuidad, mientras que la nueva (cuando hay), se cortar abruptamente como si las empresas se hubieran fugado con el dinero de los contratos, sin dejar siquiera las flechas de los desvíos. Los accidentes son frecuentes: vuelos o colisiones entre minibuses y autos particulares ocurren todos los días, a veces con saldo trágico.

A partir de Huarina, no se ve ni maquinaria ni trabajadores
Desde febrero del 2013  se anunciaba con bombos y platillos la ampliación de la carretera Río Seco-Tiquina, y la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) esperaba contratar las constructoras hasta agosto para ampliar los dos tramos: 58 Kms de Río Seco a Huarina y 36 Kms de Huarina a Tiquina, con base en un “Estudio Técnico, Económico, Social y Ambiental (TESA)” elaborado por la empresa Asociación Accidental Copacabana.

Ya sabemos lo que son esas asociaciones “accidentales”… se forman cuando ya tienen un contrato seguro, son empresas fantasma sin experiencia y sin historial, producto de la corrupción y de la “coimisión”.

La empresa constructora "accidental" abandonó las obras 
Como le gustan tanto las inauguraciones de obras a medias, el presidente Evo Morales inauguró el tramo de San Roque a Huarina hace dos años… Y después no ha pasado nada. Nada bueno, quiero decir. Se dijo que la doble vía cumplía las exigencias internacionales con “un tiempo de vida útil de 20 años, por lo que se garantiza una obra sin desperfectos ni daños en la capa asfáltica”, pero cualquiera que vaya hoy puede constatar que ya se está parchando. En ese tramo se gastaron 61 millones de dólares a favor de otra “asociación accidental”; hasta las pasarelas son incómodas: los peatones prefieren poner rocas junto a la barda de cemento que divide los cuatro carriles, para saltar sobre ella.

(Publicado en Página Siete el sábado 27 de julio 2019) 
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Más vale ser vencido diciendo la verdad,
que triunfar por la mentira.
Mahatma Gandhi

09 julio 2019

Moro mayor

 Fue mi maestro pero mentiría si quisiera reclamar algún privilegio, porque fue también generoso mentor de tres generaciones de especialistas en comunicación, no solo en Bolivia: Luis Ramiro Beltrán es un referente latinoamericano y mundial. 

Cariñosamente me llamaba “Moro menor” y yo le decía con respeto y cariño “Moro mayor”, reconociendo no solo que él tuvo el apodo 20 años antes que yo, sino que en nuestro campo común de actividad me superaba con creces. Jugábamos a ser los únicos dos “moros” de Bolivia, además de una cantidad de caballos. 

Sería ocioso gastar estas pocas líneas reiterando su biografía. Bastará decir que aquel adolescente que se hizo periodista a los 12 años de edad, rompió su capullo de crisálida y echó a volar transfigurado en uno de los especialistas de la comunicación más importantes de América Latina, polinizando aportes teóricos y políticas nacionales que marcaron un punto de inflexión en la comunicación para el desarrollo. 

Celebrar a Luis Ramiro en estas fechas tiene mucho sentido porque nació un 11 de febrero de 1930 en ese Oruro que se insurreccionó contra la corona española un 10 de febrero de 1781. Y un 12 de febrero se casó con la mujer de su vida, Nohorita Olaya, luego de un largo romance clandestino autoimpuesto por una promesa que le había hecho a su madre, la intrépida Betshabé Salmón de Beltrán, feminista adelantada a su tiempo. 

Doña Becha formó al único hijo que le quedó luego de la muerte accidental de Oscar Marcel, un año menor, y puso su vida en manos de Luis Ramiro, el hombre que sostuvo el hogar cuando Luis Humberto, su padre, se fue a la Guerra del Chaco para no regresar más. En 1937 doña Becha cumplió la promesa de encontrar sus restos en Paraguay y repatriarlos a Oruro. 

La vida nos permitió querernos y encontrarnos muchas veces en ciudades diferentes. El “Moro mayor” era bromista y fiestero, podía cantar en quechua o guaraní según la ocasión, acompañándose con algún tambor improvisado para encantar a su audiencia. Y a la vez era un investigador obsesivo compulsivo y perfeccionista que preparaba durante meses una conferencia o artículo. Un “fatiguillas”, como le decía su amigo Mago Baptista Gumucio. 

Los más cercanos pudimos acompañarlo en sus últimas horas, muy duras, el 11 de julio de 2015. No nos dejó solo textos y enseñanzas teóricas invalorables, sino su lectura generosa de la vida y de la amistad. 

(Publicado en la revista Rascacielos de Página Siete, el 10 de febrero de 2019)
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Es una forma de la desventura,
venir a la vida
con todas las condiciones
necesarias
para salirse de ella. 

—Edmundo Aray


03 julio 2019

Curva peligrosa

Edwin Saavedra y su hijo embajador 
  Las semanas recientes han revelado las tretas poco éticas y el oportunismo político de Edwin Saavedra, dueño de Toyosa y de la Curva de Holguín (entre otras que habría que investigar). Este es un personaje que con mañas ha doblado el brazo a varios gobiernos municipales, y ha establecido una relación cercana con el régimen de Evo Morales (al más alto nivel: García Linera y familia), al extremo de que Erick Saavedra, hijo del empresario y sin trayectoria diplomática, fue nombrado Embajador en Japón (para facilitar sus negocios).

En 1950 la ciudad acababa en San Jorge, y fue un hombre de negocios peruano, Manuel Holguín, quien se aventuró a levantar a las orillas del Choqueyapu una pequeña cabaña y años después una casa, rodeada de chacras de “los obrajes”. Manuel y María Rosa, su esposa ecuatoriana, cultivaron jardines y construyeron una enorme casa de muñecas para Sambita, su hija.

Mega proyecto WTC, que haría colapsar la zona 
Varias volteretas poco transparentes hicieron que Saavedra se apropiara del terreno ahora tan codiciado de la Curva de Holguín. La cronología de tráfico de influencias se va enriqueciendo a medida que pasan los días y salpica al propio alcalde Luis Revilla, lo que dice mucho de la habilidad manipuladora de Saavedra para meterse en el bolsillo no solamente a la máxima dirigencia del gobierno masista, sino también a un alcalde de oposición, lo cual lamento más.

Incluso “Rocha el Breve”, alcalde masista que hizo mucho daño en muy poco tiempo, reveló que Saavedra le había ofrecido 50 mil dólares para cambiar el uso de suelos de la Curva de Holguín. Quizás Rocha esperaba una mejor oferta, porque otro masista, el Concejal Silva, aprovechó su breve interinato en la Presidencia del Concejo Municipal en 2016 para autorizar el cambio de uso de suelos y regalarle así más superficie a Saavedra. Hasta donde se ha desenrollado el ovillo, sabemos que los actos irregulares que permitieron apropiarse de los terrenos municipales de la Curva de Holguín comenzaron con el alcalde Germán Monroy Chazarreta. Recordemos que a ese pillo la policía lo halló escondido en un ropero y luego fue sentenciado a seis años de cárcel (pero ofreció su apoyo al “proceso de cambio”).

Ronald MacLean Abaroa
No todos los alcaldes de La Paz han sido corruptos, por suerte. Uno de los que frenó las ilegalidades fue Ronald MacLean, quien recuerda que Saavedra construyó una casa en La Florida (para su mala suerte a media cuadra de MacLean), y se excedió en el cumplimiento del permiso municipal y su norma, aumentando ilegalmente un piso a la construcción. MacLean ordenó la demolición del piso excedentario, luego de una larga lucha para obligar a Saavedra a cumplir con la norma.

Edwin Saavedra ha estado muchas veces involucrado en trámites ilegales. A principios de la década de 1990, se alió con el concejal Chito Valle (otro que está o ha estado preso por corrupción) y durante esa gestión se autorizó rebanar y aplanar el cerro Rosasani de la Curva de Holguín. Cuando MacLean regresó como Alcalde en 1996 paralizó las obras, pero el cerro ya había sido decapitado. Ese fue un hecho contrario a toda norma municipal. “Fuera del enorme daño estético y ecológico, los cerros en La Paz cumplen el papel de biombos naturales que mitigan el viento y guarnecen los pequeños valles agrícolas de las inmediaciones. El derrumbe de ese cerro ha dejado una horrible cicatriz a Obrajes y a La Paz”, afirma Ronald MacLean.

Entre socios
Saavedra se ha asociado con jerarcas del MAS y ha consolidado la propiedad con la instalación del teleférico en terrenos usurpados del municipio y los paceños. El origen propietario de esa curva es espurio. Al final, la Alcaldía se derrota a sí misma por no tener los pantalones bien puestos.

La verdad está saliendo con tirabuzón y explica la tenaz resistencia del Alcalde Luis Revilla de investigar el caso Saavedra: Maricruz Medrano, esposa de Siñani trabajó para Saavedra hasta 2017, en flagrante conflicto de intereses. No se entendía hasta ahora el empecinamiento de Revilla para defender al socio de García Linera, en lugar de liderar una investigación transparente que se remonte al año en que esa propiedad municipal fue transferida a manos privadas.

Medida insuficiente del Alcalde Revilla 
Si Revilla quiere salvar su futuro político, tiene que revertir esos terrenos a propiedad municipal. Si no lo hace, está perdido.  Puede recuperarse de los deplorables accidentes de Alpacoma y de Llojeta, que empañan una buena gestión municipal, pero de la “curva peligrosa” de Holguín no podrá salvarse si no toma una posición radical de recuperación de un bien público. El problema de Revilla es que no ha sabido diferenciar entre sus amigos y quienes le hacen pisar trampas.

Ahora puedo titular así este comentario, porque la curva de Holguín se ha convertido en pocas semanas (desde mi nota: “Curva apetecible”), en una montaña rusa sin frenos. Basta de trampas y complicidades. Sería un gran regalo del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz anunciar durante las fiestas de julio que se avecinan, la recuperación de esos terrenos para convertir la Curva de Holguín en un hermoso parque. Hay argumentos de sobra y la ciudad se lo merece.

(Publicado en Página Siete el 29 de junio 2019)
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La honestidad es un regalo muy caro,
no la esperes de gente barata.
-- Warren Buffett

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