30 octubre 2009

Entrevista en Disertaciones


Se acaba de publicar un nuevo volumen monográfico del Anuario Electrónico de Estudios de Comunicación Social “Disertaciones”, iniciativa editorial de la Universidad de Los Andes (ULA) de Venezuela. La monografía (Vol 2, No 1 2009) examina temas que enlazan las nociones de tecnología, comunicación y desarrollo, y cuenta con la participación de valiosos investigadores latinoamericanos.




Entre otros textos, incluye una entrevista con Thomas Tufte y Alfonso Gumucio realizada por la investigadora Raisa Urribarri, coordinadora de la revista y editora del presente número junto al profesor Carlos Arcila, sobre la “Antología de Comunicación para el Cambio Social”. Además de la versión electrónica, disponible de manera gratuita en el sitio web, el segundo número de “Disertaciones” estará disponible también en forma impresa en centros de estudio y bibliotecas.


Dice Urribarri: “Lo primero que habría que señalar sobre la Antología de Comunicación para el Cambio Social: Lecturas históricas y contemporáneas (2008)  es que no es un texto fundamentalista. De ninguna manera podría a serlo una obra que, en palabras de sus compiladores, Alfonso Gumucio-Dagron y Thomas Tufte, fue concebida como referencia para los estudiosos del área, razón por la cual recoge aportes de fuentes muy diversas que permiten adentrarse críticamente  y con amplitud en este campo del saber.” 


 “Disertaciones” está abierta a investigadores de varias universidades, como la Central de Venezuela, del Zulia, Simón Rodríguez y Católica Andrés Bello, al igual que de otros países de la región: Brasil, Argentina, México y Costa Rica, y de Estados Unidos, quienes contribuyeron con dos ensayos y nueve artículos que abordan el impacto social de las nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), y temas de comunicación para el desarrollo.




Migdalia Pineda y Cosette Castro escriben sobre los desafios de la sociedad del conocimiento para la inclusión digital en América Latina, mientras que Ricardo Gómez, Kemly Camacho y Eglée Durán abordan los resultados de investigaciones acerca del impacto de los centros de acceso público a Internet. A ellos se suman estudios de caso sobre discapacidad y accesibilidad, educación a distancia, políticas nacionales de telecomunicaciones y gobierno electrónico. 




Desde su publicación hace exactamente un año, en octubre de 2008, la edición en castellano de la “Antología de Comunicación para el Cambio Social: Lecturas Históricas y Contemporáneas”, ha sido  motivo de numerosas reseñas y también de entrevistas con los autores, como las publicadas por Carlos Padilla en Zócalo (México), por Antonieta Muñoz Navarro en Mensaje (Chile), Verónica Uribe en Punto edu (Perú) y por Hugo Aguirre en Canalé (Perú) y Sala de Prensa


22 octubre 2009

Fatiha & Theo

Conozco a Fatiha Rahou y a Theo Robichet desde principios de la década de los 1970s. Theo acababa de filmar en Chile, con Bruno Muel, “Septiembre Chileno” (1973), un documental testimonial sobre el cruento golpe militar de Pinochet contra el presidente Allende. 

Theo es un ejemplo de cineasta comprometido con la problemática del planeta como lo demuestran películas como “El hambre del mundo” (1975), entre otras en las que ha sido realizador o camarógrafo.  


En cuanto a Fatiha, artista argelina y compañera de Theo, me conquistó desde el inicio con la transparencia y la sensualidad de su obra pictórica sobre vidrio, una técnica rara que maneja con maestría para representar temas llenos de magia y de erotismo. La sensualidad en la obra de Fatiha no es solamente un tema más, sino el corazón de su expresión pictórica, característica por colores vivos, trazos precisos de dibujo y ese imaginario del oriente medio medieval que fascina por los ecos que trae de las Mil y una Noches. Fatiha es una Sherezade que nos envuelve con el color de sus narraciones.


La técnica es muy particular: el vidrio se pinta de adelante hacia atrás, es decir, al revés que un cuadro sobre tela o un mural, donde las figuras en primer plano se van precisando a medida que progresa el trabajo. En la técnica sobre vidrio se pone el dibujo más fino, las aplicaciones y los detalles más pequeños primero, y luego se rellenan las formas y se concluye la obra con el plano de fondo.  

En la página web de Fatiha Rahou se puede ver lo más importante de su obra. Además ha publicado varios libros, uno de ellos, reciente, con los resultados de un taller de pintura que ofreció a personas de todas las edades, que terminaron pintando hechos de sus vidas, representaciones de su memoria, en base a fotografías familiares antiguas.




Cinco dibujos de Fatiha en tinta china ilustran poemas de mi libro “Sentímetros” (1990); es la única amiga pintora no boliviana entre los once artistas que dibujaron para ese libro. Es también el único personaje de un país árabe cuyo retrato incluí en mi exposición de fotografía “Retrato Hablado” en 1990.


Todo lo anterior viene a cuento porque tuve oportunidad de pasar una tarde con Theo y Fatiha en Paris, a fines de septiembre, y conversar como si no hubiese pasado más de una década desde la anterior vez. 

15 octubre 2009

Amigos del Ché

En octubre pienso en dos amigos que figuran entre los más importantes estudiosos de la vida y pensamiento del Ché, muerto hace 42 años. La obra de ambos es notable por su seriedad y sentido ético. Uno de ellos es el boliviano Carlos Soria Galvarro, y el otro es el francés Pierre Kalfon, a quien acabo de visitar en París.

Los dos han aportado obras fundamentales sobre la legendaria figura del guerrillero heroico. Pierre Kalfon escribió una monumental biografía con el título “Che Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo” (1997) y Carlos Soria Galvarro publicó en cinco tomos el resultado de las investigaciones que hizo durante varias décadas, reuniendo centenares de valiosos documentos sobre Ernesto Guevara, con el título “El Che en Bolivia, documentos y testimonios”.


Pierre fue corresponsal de Le Monde en Argentina, en los años 1960s, y ocupó luego puestos diplomáticos en Chile e Italia y en organismos internacionales, en al área de la cultura. Pudimos coincidir en Nicaragua a principios de la década de los 1980s, cuando la revolución volaba alto y no estaba aún corroída por el cáncer de la corrupción del entorno de Daniel Ortega. Como experto enviado por la UNESCO, Pierre asesoraba a Ernesto Cardenal en el Ministerio de Cultura, y yo en nombre del PNUD al Comandante “Modesto” (Henry Ruiz), en el Ministerio de Planificación. Ambos personajes de la revolución sandinista se han mantenido fieles a los principios, y por lo tanto se han alejado de la camarilla sin ética que gobierna actualmente Nicaragua.


Carlos Soria Galvarro se inició en las radios mineras de Catavi y Siglo XX, más tarde dirigió el Centro de Documentación e Información (CEDOIN), así como el Programa de Apoyo a la Democracia Municipal (PADEM) y el portal electrónico Enlared de la Federación de Asociaciones Municipales (FAM-Bolivia). Además, dio clases de comunicación en la Universidad Mayor de San Andrés, en La Paz, de donde salió cuando una grilla mediocre se hizo con el poder.


Nuestros caminos se han cruzado varias veces en actividades vinculadas a la comunicación. Recuerdo algún paseo que hicimos juntos en el casco antiguo de Ginebra, durante las horas libres de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, el año 2003. Y a fines del 2008, tuvo una participación especial en el Seminario Internacional sobre Políticas y Legislación de la Radio Local, que organicé con otros colegas bolivianos. Para este evento tuvimos que sacar a Carlos del apacible lugar donde vive y dirige la radio local “Sur Agricultura”, en Río Abajo, para llevarlo a las alturas de La Paz, que trata de evitar.


En mayo del 2003 uní con mucho gusto mi firma a una carta pública, iniciativa de Carlos, pidiendo al Estado boliviano crear un fondo patrimonial en el Archivo Nacional de Sucre, donde pudieran reunirse todos los documentos existentes en Bolivia relacionados con la Guerrilla de Ñancahuazú, muchos de los cuales se encontraban en manos privadas.


Los cinco tomos que Carlos ha publicado sobre el Ché son impresionantes porque reflejan su acucioso trabajo y su enorme conocimiento del tema. Pero además, ratifican su generosidad como intelectual y como persona, ya que ha puesto toda esa información disponible gratuitamente en la red. Los libros pueden ser descargados en una página web muy bien diseñada que es la culminación de ese trabajo de largo aliento.


En cuanto a Pierre, su biografía sobre el Ché ha sido publicada en varias ediciones en castellano y en francés. Me dio mucho gusto verla en venta incluso en supermercados de América Latina, junto a otros best seller. Para escribirla Pierre visitó todos los lugares donde estuvo el Ché Guevara, y habló con casi todos los testigos vivos, incluso con Mario Terán, que fue el ejecutor del Ché y vive en Santa Cruz con otra identidad.



Recuerdo que cuando Pierre vino a Bolivia en abril de 1995,reunimos en casa a algunos de los bolivianos que podían aportar sus testimonios sobre el Ché, entre ellos Loyola Guzmán, Ted Córdova, Marcelo Quezada, Amalia Barrón, Freddy Alborta (que tomó las fotos del cadáver del Ché que recorrieron el mundo) y el propio Carlos Soria Galvarro.

07 octubre 2009

Doble abuelo, ¿qué tal?


Primera escena, el 21 de agosto. Alrededor de la media noche en Fortaleza, Brasil. Mi hijo Fabian –en París- aparece en el video-chat de Skype y pone frente a la cámara su teléfono celular, con la foto de un recién nacido: “Ya eres abuelo”, me dice antes de que yo tenga tiempo de abrir la boca.

Segunda escena, el 19 de septiembre. Estoy en un pequeño departamento en el corazón de Le Marais, en París, en la esquina de Rue Vieille du Temple y Rue des Francs-Burgeois, esperando la noticia que, sospecho, tiene que llegar en cualquier momento, pues desde el día anterior no he podido hablar con mi hija Sybille. Al final de la tarde aparece un mensaje de dos líneas en el correo electrónico: “Ta petite-fille est arrivée aujourd’hui”.

Signos de estos tiempos… Las dos noticias llegaron por vía de la tecnología de Skype, iPhone, Gmail. Y también un signo de los tiempos que vivimos es el hecho de que el abuelo no pudo ver a su nieta inmediatamente, porque la maternidad parisina prohibió las visitas de familiares debido a la gripe A-H1N1. Tuve que conformarme durante los primeros días con las fotos enviadas por internet.

Así, en un mes soy doblemente abuelo y recibo con esa mezcla de orgullo y alegría a Gabriel (hijo de Fabián Gumucio y de Mercedes Parravicini) y a Milena (hija de Sybille Gumucio y de Mikael Neuman). Gabriel llegó casi tres semanas antes de lo previsto, a la 1:30 de la madrugada (hora de Paris) con 3 kilos de peso y 48 cms de largo, mientras que Milena llega cuando la esperábamos, con 3.3 kilos y 52 centímetros de  largo. Al abuelo no le cabe la menor duda, estos dos primos hermanos se van a llevar muy bien en la vida.

Si mis hijos se hubieran puesto de acuerdo, no hubieran salido mejor las cosas. El azar jugó sus cartas y me otorgó esta especie de doctorado honoris causa, una manera de consagrarse en la vida. Cuando se lo conté a mi amigo Pierre Kalfon me dijo: “Ahora tu eres abuelo-bis y yo soy bis-abuelo”.

Quizás Sybille y Fabian lo planificaron todo hasta el mínimo detalle, porque en los años recientes, estos nómadas –como su padre- que transitaban entre New York y Darfour, o entre Milán y Barcelona, y otros destinos del pequeño planeta, empezaron a converger hacia París, a asentarse con ese modo planificado que indica proyecto-de-largo-plazo.

El curso de la vida invierte las cosas: ahora a mi hijo le puedo decir “papá” y a mi hija “mamá”, porque ambos lo son.

02 octubre 2009

Luis Zilveti / Paris-La Paz

Antes de que Luis Zilveti viajara a Bolivia, en septiembre, fui a visitarlo para ver su producción artística de los últimos dos años, formatos grandes y medianos, que tuvo la buena voluntad de mostrarme aunque ya estaba con un pie en el avión.

Recorrí una vez más la Rue de Tanger desde el Metro Stalingrad hasta el edificio donde vive desde hace más de treinta años. El departamento está en el nivel más alto, el de los artistas, con un entrepiso lleno de luz, ideal para pintar. Marcela se ha ocupado de cultivar un jardín de flores en la pequeña terraza, que parece la entrada a un vergel.

Con Luis nos hemos encontrado en años recientes más en La Paz que en Paris.  Su trabajo artístico lo hace viajar con relativa frecuencia a Bolivia, donde expone su obra de caballete y también desarrolla su actividad de muralista. Su más reciente muestra pictórica en París estuvo más de un mes -13 de noviembre al 23 de diciembre 2008- en la Galería Furstenberg, en St. Germain des Prés. Paradójicamente, esta nota la escribo en París mientras que Zilveti está en La Paz cerrando su exposición “La pintura del tiempo” en el Círculo de la Unión.

Así presenta el pintor esta nueva muestra: “estructurar, desestructurar, reestructurar los elementos fundamentales de la figura humana y sus fuerzas primitivas, abstrayéndola para reconstruirla en el tiempo, en el otro lado del espejo de la realidad visible de las cosas; en el otro lado de la pintura…” Para ver la pintura de Zilveti hay que visitar su página web.


Me gusta en la pintura de Zilveti esa manera de bordear la abstracción sin perder jamás la sugerencia de la figura natural, animal, humana. Como toda manifestación de arte que trasciende, esta es una pintura que exige la participación de la imaginación del espectador, un ejercicio que permite descorrer sucesivos velos que envuelven las formas representadas. 

Pero sin duda lo que para mí es aún más importante que la representación límite de la figura en su obra, es el manejo del color. Parecería una perogrullada o un sobreentendido decir que los artistas plásticos trabajan el color, sin embargo desde el punto de vista de la búsqueda hay quienes lo hacen más y mejor que otros. Zilveti, como Rothko, tiene esa incesante manera de agotar las tonalidades de un color para trascender lo anecdótico del dibujo, pero a diferencia de los expresionistas abstractos no abandona la dimensión humana.