30 enero 2009

Comunicar en Guatemala

Comunicar la comunicación para el desarrollo en Guatemala no es cosa fácil, pues el país vive todavía sumido en un sistema feudal que hace casi imposible el pleno derecho a la comunicación. Sin embargo, hay organizaciones que hacen un trabajo importante en ese sentido, como CERIGUA, DOSES, Centro Civitas y el Centro de Comunicación para el Desarrollo (CECODE).

Me invitaron a presentar el 23 de enero en la Librería Sophos de Ciudad de Guatemala “Otra comunicación para otro desarrollo” de Eduardo Gularte, Cristian Ozaeta y Gabriela Díaz, publicación de CECODE. No es casual que la obra retoma el título de un libro de Rosa María Alfaro, ya que pensar “otra” comunicación, pasa por la necesidad de pensar otro desarrollo.

Destaco cinco aspectos principales en esta propuesta: 1) una comunicación que no es visibilidad institucional y relaciones públicas; 2) una comunicación como proceso inclusivo y horizontal; 3) una comunicación alternativa a la hegemónica plagada de intereses comerciales y políticos; 4) una comunicación que restituye el valor a la terminología apropiada; y 5) una comunicación que rechaza el mercantilismo de los medios masivos.

Los comunicadores “necios” que defiende Gularte son los que piensan la comunicación desde un país empobrecido como Guatemala, donde la riqueza beneficia solamente a un pequeño sector de la población, mientras que la mayoría pobre coloca al país entre los peores indicadores sociales de pobreza, educación, salud, discriminación y racismo de la región.

Gularte hace la crítica de la teoría del “derrame” de riqueza, que supone que fortaleciendo a los más ricos se produce un rebalse de recursos que beneficia a los pobres. El supuesto derrame se tradujo en realidad en autos blindados, helicópteros y lujosas casas en Miami. Las grandes empresas que ahora hablan de “responsabilidad social” para mostrar una cara más amable crecieron en las épocas de dictadura y se repartieron el país en pedazos para banana, café, azúcar, palma africana o petróleo.

Por ello la necesidad de una comunicación como derecho humano, que permita a las comunidades tener una voz propia y participar progresivamente en la toma de decisiones sobre su desarrollo y sobre su vida. La sostenibilidad de los programas y proyectos de desarrollo está en relación directa con la participación de los interesados, que no son solamente los que a veces llamamos “beneficiarios” sino también las propias agencias para el desarrollo que quisieran que sus programas tengan un impacto de largo plazo y sean sostenibles.

CECODE, la institución fundada hace dos años por los autores de la obra, es única en su género en Guatemala, retoma el debate internacional en torno a la comunicación para el desarrollo y lo trae a un país que por lo general ha estado muy cerrado sobre si mismo en estos temas.

23 enero 2009

Bye Bush

El 19 de enero publicó "La Jornada" de México una creativa tapa, a todo color, despidiendo definitivamente a George W. Bush.  Vale la pena conservarla de recuerdo. 



17 enero 2009

Contratexto

Es extraordinario lo que produce el pensamiento latinoamericano, en todos los campos. La comunicación es uno de esos terrenos fértiles, como prueban las decenas de libros que se publican cada año en la región y la cantidad de revistas académicas especializadas. No hay país que no tenga una buena revista sobre estudios de la comunicación, y las hay también que tienen una circulación y un impacto internacional, como Diálogos de FELAFACS o Chasqui de CIESPAL.

Esta vez me ocupo del número 16 de Contratexto, revista anual que publica la Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima, bajo la dirección de Giancarlo Carbone de Mora, cuya versión digital (Año 5, Número 6) está disponible en la red. Con 208 páginas, Contratexto tiene varias secciones: Política y Medios, Fronteras Creativas y Nuevas Tecnologías, Comunicación y Desarrollo, Medios e Historia, Tecnologías y Políticas de Estado, Culturas Populares y Massmediáticas, Cátedra UNESCO y una sección de Reseñas.

Los artículos son de fondo, extensos, por ello en el volumen de 2008 figuran solamente una docena de autores, entre ellos Santiago Pedraglio, Alejandro Piscitelli, Delia Crovi, Octavio Islas, Andrés Cañizales, Giancarlo Cappello, Elías Said, Gerardo Arias, Julio César Mateus y Alfonso Gumucio Dagron.

Mi texto, “Tres Retos de la Comunicación para el Cambio Social”, fue originalmente una ponencia que presenté en Lima, Perú, en el seminario internacional “Sin comunicación no hay desarrollo. ¿Comunicación para quién y para qué desarrollo?”, organizado por Calandria en agosto del 2006, como preparación regional de la participación latinoamericana en el Congreso Mundial de Comunicación para el Desarrollo que tuvo lugar en Roma, ese mismo año, a fines de octubre. Se puede acceder a una versión digital del artículo.

10 enero 2009

Memoria de Alejandro Aura

No conocí personalmente a Alejandro Aura, pero descubrí su poesía hace cuarenta años, cuando tanto él como yo éramos poetas en ciernes, aunque él ya había publicado algo. Uno de mis primeros libros lleva unos versos suyos (de su poema “Mi hermano mayor”), como apertura de un grupo de poemas: “El que se casa pobre / tiene que andar cuidando su manera de contar estrellas / tiene que andar despierto y trabajando, qué remedio”. Desde entonces el nombre de este poeta mexicano me fue siempre querido y familiar.

Se  lo dije cuando me envió la noticia de que tenía un blog y me respondió ese mismo día con un sencillo agradecimiento, desde Oaxaca, donde estaba de visita ofreciendo un taller para escritores jóvenes. 

Ora que el chiste es que a los demás les interese lo que escribimos, que se sepa, que todo el mundo se entere y que tengamos el toque de la varita mágica, el ábrete sésamo del interés de los demás. Y como esa es la principal característica de este medio, ahí les voy”, así comenzó su blog, que cultivó con entusiasmo desde el 20 de febrero del 2007. 

Primero publicaba reflexiones sobre su propio quehacer, su diario personal, textos testimoniales, y opiniones sobre lecturas o noticias. Cada día una o dos notas. A veces aludía a su interés por la cocina, otras a su quimioterapia que lo obligó a raparse el cabello a cero. A veces una foto de sus manos o de la bandeja del desayuno, tomadas por Milagros Revenga su compañera de los años finales.

Sobre cada evento narrado escribía unos versos, como si prosa y poesía se miraran en un espejo. El 18 de abril del 2007 anunciaba que en adelante sus poemas aparecerían también leídos por él en el blog. Con sus entregas cotidianas, a veces dos o tres en un solo día, iba construyendo su memoria.

Aura supo que ese legado era fundamental desde que empezó a convivir con un cáncer que terminaría con su vida. El 30 de julio de 2008, a las cuatro y media de la tarde, falleció en Madrid en el Hospital Gregorio Marañón, a los 64 años de edad.

Sin dramatismo alguno, desde el 31 de marzo de 2007 había publicado su “Despedida”, que comienza con estos versos: “Así pues, hay que en algún momento cerrar la cuenta, / pedir los abrigos y marcharnos, / aquí se quedarán las cosas que trajimos al siglo / y en las que cada uno pusimos nuestra identidad”; y concluye así:Nos vamos. Hago una caravana a las personas que estoy echando ya tanto de menos, y digo adiós. Los lee con una voz clara y tranquila para todos nosotros.

Aura deja una cálida memoria entre los suyos: sus hijos Pablo, Juan y María, y su compañera Milagros. Los primeros continuarán con una tradición que el poeta había iniciado veinte años atrás, la de las pastorelas de fin de año, representaciones tradicionales en las que alternan Luzbel, el Arcángel y otros personajes. Milagros mantendrá la memoria a través de fotografías, el blog, y un sitio web con páginas que remitirán a su poesía, a sus cuentos, a sus artículos y a su itinerario biográfico.

Alejandro Aura estuvo despidiéndose de nosotros desde que tres años antes de morir le dijeron que tenía tres meses de vida por delante. Cada día fue un regalo adicional para él, para nosotros y para la poesía. Ya el 31 de agosto del 2007, en un brevísimo poema titulado “Solo”, escribió: “Ya va siendo la tarde, / ¡qué horror! / se acerca / la interminable noche.

 

05 enero 2009

Media & Glocal Change

El término “glocal” está de moda en la literatura sobre ciencias sociales; pretende abordar lo contradictorio y al mismo tiempo simbiótico entre lo “local” y lo “global”, en el contexto de la globalización que no conoce fronteras culturales y que ha cambiado nuestra manera de percibir los espacios en los que se desarrolla la actividad humana. En efecto, si aplicáramos un criterio de proximidad, no sabríamos a ciencia cierta si aquello que es físicamente más cercano, es decir lo “local”, es en verdad más próximo que aquello que la tecnología aproxima vertiginosamente: lo “global”. El término “glocal”, pues, encierra esas dos caras de la moneda.

Desde la perspectiva de la comunicación y de los medios, la globalización ha introducido nuevos desafíos y complejidades que alteran los enfoques y modos de percepción que teníamos hasta hace pocos años. Las relaciones virtuales que se tejen a nivel global, incluso entre medios de naturaleza local, introducen nuevas formas de participación y de circulación de la información, por lo tanto afectan la manera tradicional de analizar el espacio público.

Precisamente de globalización, cultura, comunicación y cambio social nos habla un importante libro, “Media & Glocal Change”, que ha sido coordinado por los colegas Oscar Hemer y Thomas Tufte, el primero de la Universidad de Malmo en Suecia y el segundo de la Universidad de Roskilde en Dinamarca. Separados por un largo puente que une a ambos países, Thomas y Oscar está unidos por muchos años de trabajo y proyectos conjuntos, como este que los ha llevado a reunir en 494 páginas a 38 autores de Europa, América Latina, América del Norte, África y Asia.

La obra está dividida en tres partes; la primera aborda el tema de la globalización, los medios y la cultura; la segunda procura dibujar un mapa del campo de estudio; y la tercera reúne diez estudios de caso, entre ellos un capítulo mío sobre las radios mineras de Bolivia, tema sobre el que ya he escrito más de la cuenta.

La primera parte, la más novedosa, analiza los paradigmas y modelos de la comunicación para el desarrollo y el cambio social bajo la luz de la globalización. Los capítulos de Oscar y Thomas, y también de otros colegas como Silvio Waisbord, Cel Cadiz, Jan Servaes, o Nancy Morris, con quienes hemos coincidido en varios seminarios, constituyen importantes aportes complementados por la mirada que James Deane, Paolo Mefalopulos, Karin Wilkins, y otros aportan en la segunda parte.

El libro ya tiene casi dos años circulando en su edición en inglés, impresa impecablemente en Argentina, bajo el sello de Nordicom y del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), accesible en línea en su integridad. La versión en castellano debería publicarse muy pronto.