Sólo en 2006, 80 emisoras fueron clausuradas en Brasil, y en febrero del 2007, otras 19 radios comunitarias fueron cerradas en el área de Sao Paulo. Los datos pueden encontrarse en el sitio web del Programa de Legislaciones y Derecho a la Comunicación de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC).
A fines del 2006, 13,595 emisoras comunitarias seguían esperando que el gobierno brasileño les otorgue las licencias para operar, pero las licencias se las reparten en el congreso los propios diputados y senadores que ahora se solidarizan con RCTV.
El Foro Nacional para la Democratización de la Comunicación (FNDC) de Brasil ha revelado que el 67% de los parlamentarios tienen licencias de radio y televisión… ¿Qué tal caraduras? Ellos se reparten las licencias, mientras la policía reprime a las radios comunitarias. El Foro ofrece además los nombres de aquellos diputados que son dueños de radios y que no las incluyeron en su declaración de bienes…
Detrás de las clausuras de radios comunitarias en Brasil está todo el poderío de los monopolios de medios. No es ningún secreto que en Brasil está uno de los monopolios de medios más grandes de América Latina, el grupo Globo, que tiene la red de televisión, radios, editoriales, periódicos, etc. y una influencia determinante en la política brasileña.
Así como Lula no ha tocado para nada los monopolios de los medios de difusión, tampoco ha tocado el poder de los “coroneles”, los caciques dueños de millones de hectáreas y que mantienen ejércitos de “cangaceiros” asesinos de dirigentes campesinos y de los Sin Tierra, y de activistas de las ONGs opuestos a la depredación salvaje de la selva amazónica.
Ahora, para atender el pedido de Bush, gobierno brasileño y latifundistas se alían para destruir los bosques que quedan y “ampliar la frontera agrícola” para el etanol que necesita Estados Unidos.
No hay donde perderse: Lula, a ver di algo ahora…