A veces nos quejamos de que no hay
opciones en La Paz para ver cine de América Latina, y sin embargo, las hay cada
vez más. Digo esto en relación a la Semana del Cine Ecuatoriano 2015, del 5 al 12 de marzo, una oportunidad única para los cinéfilos.
Lo extraordinario de la ocasión no es
solamente la selección de películas que podremos ver, sino que para
acompañarlas llegarán de Quito tres personalidades del cine ecuatoriano. Estará
entre nosotros Juan Martín Cueva en su doble condición de Director del Consejo
Nacional de Cine del Ecuador (CnCine) y de cineasta, pues presentará una
película muy personal, autobiográfica, El
lugar donde se juntan los polos (2002).
En la delegación ecuatoriana viene
también Wilma Granda, Directora de la Cinemateca del Ecuador, con un cargamento
de films que ella misma presentará: Con
mi corazón en Yambo (2011), Prometeo deportado (2010), A tus espaldas (2010), Abuelos (2010), Cuba: el valor de una utopía (2009) y Pescador (2011).
Wilma Granda Juan Martin Cueva Pocho Álvarez |
El tercer invitado especial es el
documentalista Pocho Álvarez, de quien se exhibirá una retrospectiva de sus películas,
hasta ahora desconocidas en Bolivia: Ale
y Dumas (2008), Tóxico Texaco Tóxico
(2007), A cielo abierto: derechos minados
(2007), Jorgenrique (2010), Pieldolor (2011), y Luar Trocas (1987), varias de ellas sobre temas de medio ambiente y
extractivismo.
Este intercambio con el cine de Ecuador fue
motivado inicialmente por la edición ecuatoriana de mi libro Cine comunitario en América Latina y el
Caribe, que se presentó durante la Feria Internacional del Libro de Quito y
dos días más tarde en el marco del Encuentro Internacional de Cine Comunitario
que tuvo lugar en Cotacachi a fines de 2014. La edición estuvo a cargo del
Consejo Nacional de Cine de Ecuador y será ahora lanzada en Bolivia.
Hay más todavía… los amigos ecuatorianos
ofrecerán en la Universidad Mayor de San Andrés, en la Cátedra IPICOM (lunes 9
de marzo), una conferencia magistral sobre la legislación de cine en su país, y
tendrán también la oportunidad de intercambiar sobre ese y otros aspectos
durante una mesa redonda (viernes 6 de marzo) en la que participarán cineastas
bolivianos como Paolo Agazzi, Mela Márquez y Marcos Loayza.
Se trata entonces de un programa intenso
que sin duda generará intercambios y acuerdos institucionales no solamente durante
la semana del evento, sino después.
No he visto aún todas las películas que
se exhibirán durante la Semana de Cine Ecuatoriano, pero conozco el cine de Pocho
Álvarez, quien no ha parado de hacer cine, como lo prueban sus documentales. A
diferencia de otros cineastas preocupados por el “mercado” y celosos de la
circulación de las copias de sus películas, Pocho invita a piratear su propia
obra, a veces de manera explícita: “La reproducción y distribución de este
documental en su totalidad es un deber ciudadano”.
Jorgenrique |
Su obra Jorgenrique es un hermoso testimonio del poeta Jorge Enrique Adoum
(fallecido en julio del 2009), a quien entrevistó junto a su hija Alejandra Adoum
durante varios meses (de febrero a mayo de 2007). Este resumen de las 40 horas
grabadas constituye un legado extraordinario del poeta más importante del
Ecuador, quien habla con tanta sabiduría como modestia del “camino maldito de
la literatura” y rememora su linaje libanés y su infancia en el Ambato, hasta
su visión crítica más actualizada del país, pasando por etapas importantes que
le tocó vivir, ya sea muy joven en Chile como secretario privado de Neruda,
como diplomático en China o Japón, o como poeta en el exilio en el París que
alumbró la revolución de los jóvenes en Mayo de 1968.
Ale y Dumas |
A
cielo abierto: derechos minados es un
extraordinario y emotivo testimonio de las comunidades que en Ecuador resisten
pacíficamente pero poniendo en riesgo sus vidas, a la penetración de compañías
mineras. “El agua vale más que el oro, vale más que el cobre”, esgrimen quienes
se oponen a los proyectos extractivos. Se enfrentan con palos y piedras a
paramilitares y militares enviados por las empresas mineras y por el gobierno
que a pesar de su discurso de “revolución ciudadana”, reprime a quienes se oponen.
Una Ley de Minería favorece a las grandes empresas, sin respeto por el medio
ambiente ni por los derechos de las comunidades afectadas. Pocho realizó un
seguimiento minucioso de las luchas de resistencia, revelando la fuerza de
dirigentes locales muy lúcidos y comprometidos con su pueblo. La cámara
establece una relación solidaria con la gente y de enamoramiento con la
naturaleza amenazada.
En Tóxico
Texaco Tóxico el cineasta se une al Frente de Defensa de la Amazonía para
denunciar y apoyar el juicio que durante 14 años se lleva adelante en contra de
la empresa petrolera Texaco, responsable de uno de los mayores desastres
ecológicos de América del Sur, al haber contaminado durante casi 30 años las
tierras y los ríos de la Amazonía ecuatoriana, en el norte del país. La codicia
de las empresas y de los gobiernos de turno durante las “fiebre del oro negro”
dejó sin protección a comunidades indígenas que entre 1964 y 1992 padecieron
enfermedades y pobreza por causa del desastre ambiental.
La tierra “agria” contaminada por 18 mil
millones de galones de aguas tóxicas, cubierta por una capa espesa y pegajosa
de petróleo, y las piscinas de desechos que la Texaco construyó y nunca limpió,
dejaron inermes a los indígenas cofanes y de otras comunidades de la zona
cercana a la frontera colombiana. Como un monumento fatídico a la indiferencia
y prepotencia de la empresa petrolera, quedan todavía los “mecheros” que queman
indefinidamente el gas superficial.
Toda una semana de cine ecuatoriano, y
quizás sobre todo un ejemplo de pluralidad de las políticas de Estado que
promueven el cine en el país hermano.
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El cine es un espejo
pintado.
—Ettore Scola