Keith John Richards es un investigador
inglés que se ha interesado por el cine y la literatura de América Latina, y en
particular de Bolivia, donde reside desde hace varios años. Keith enseñó en
varias universidades, entre ellas la Universidad de Leeds (Inglaterra) y la
Universidad de Richmond (Estados Unidos). Ahora lo hace en la Universidad Mayor
de San Andrés. Lo imaginario mestizo:
aislamiento y dislocación de la visión de Bolivia de Néstor Taboada Terán
(1999), su primer libro publicado por Plural, que es la tesis doctoral que
presentó en el King’s College de la Universidad de Londres. Además ha publicado
artículos y capítulos en libros especializados.
A fines de mayo del 2009 conocí a Keith
en La Paz, durante una visita que hice a Elizabeth Carrasco, encargada de
documentación de la Cinemateca Boliviana, y en julio del mismo año Keith me
escribió para preguntarme si podía escribir el prólogo de un libro que estaba
terminando de escribir sobre el cine latinoamericano.
Hace unas semanas –dos años más tarde
como suele suceder en temas de edición- recibí con satisfacción el libro Themes in Latin American Cinema – A Critical Survey (2011),
publicado en North Carolina por la editorial McFarland. Confieso que a primera
vista la foto de la portada me desconcertó, no solamente porque muestra a un
militar en traje de campaña, sino porque el haber escogido la foto de una de
las películas analizadas en el libro, de alguna manera reduce la riqueza que
este encierra.
Cabeza de Vaca (México) |
En 232 páginas, Richards analiza 19
largometrajes latinoamericanos y lo hace, según declara en su introducción, con
una intención didáctica, pero su texto sobrepasa con creces ese objetivo. Su
selección de películas es interesante sobre todo por inesperada, ya que ha
evitado caer en lugares comunes, se ha concentrado en obras de los últimos 25
años y en realizadores mejor conocidos en sus países que internacionalmente
(con algunas excepciones). Ello permite incluir países como Bolivia, Uruguay o
Guatemala, no necesariamente conocidos por su cinematografía. Lo cual me lleva
a recordar el trabajo que nos costó en los años 1970 (sin internet, sin email,
sin bibliografía de referencia), a Guy Hennebelle y a mí, preparar el libro Les
Cinémas d’Amérique Latine, la primera revisión
exhaustiva de la cinematografía latinoamericana, país por país, sin dejar a
ninguno al margen.
Caída al cielo (Bolivia) |
Muchas de las películas seleccionadas son
“invisibles” en salas de cine, aunque ahora gracias a las ediciones en DVD, son
accesibles para consumo casero, al menos en Estados Unidos. Uno de los méritos
de este libro, justamente, es llamar la atención sobre ellas.
Más interesante aún es la estructura que
Richards le ha dado a su libro. Si bien las fichas de las películas
seleccionadas contienen información útil y concisa sobre el contexto, el
realizador, la historia que se narra, el lenguaje, etc., es en los estudios
temáticos donde Keith Richards vuelca su capacidad de análisis. Para ello, ha
agrupado las películas en siete secciones que tratan estos temas: “México
precolombino”, “Sexualidad e identidad”, “El niño sabio”, “Roles y estereotipos
femeninos”, “Crimen y corrupción”, “Fratricidio y neo-imperialismo: conflictos
en el Siglo XX”, y “El poeta en la ciudad”. Bajo estos temas de estudios, nada
convencionales, se agrupan tres películas mexicanas, dos bolivianas, dos
brasileñas, dos argentinas, dos peruanas, una paraguaya, una chilena, una
cubana, una uruguaya, una colombiana, una venezolana, una ecuatoriana y una
guatemalteca.
El silencio de Neto (Guatemala) |
En esas secciones explaya su conocimiento
del cine, de la literatura, de la historia y de la sociedad latinoamericanas,
de modo tal que sus apretadas referencias son vetas que permitirían seguir
profundizando en cada uno de los temas. Cuando aludo a su “conocimiento”, me
refiero justamente a su capacidad de procesar la información a través de una
lectura propia del contexto político, social y cultural. Para ofrecer un texto
que es fácil de leer y que puede servir para quienes se aproximan por primera
vez a los temas tratados, el autor ha tenido que leer y procesar cientos de
libros y de películas.
El cristal a través del cual mira Keith
Richards es multifacético y refracta una gran riqueza de colores, porque es el
cristal de la diversidad cultural, una entidad en permanente proceso de
transformación e intercambios, que es precisamente lo que hace que la cultura
viva y se enriquezca. Así puede abordar la complejidad cultural de tantas
culturas, grandes y pequeñas, que comparten un mismo espacio físico, no siempre en armonía.
En la puta vida (Uruguay) |
El libro de Richards respira frescura y
cierta espontaneidad, a pesar del rigor del investigador que se aproxima sin
embargo a cada tema con el espíritu abierto al descubrimiento y al
aprendizaje. En eso se diferencia
de muchas investigaciones académicas cuyo punto de partida es una camisa de
fuerza: una hipótesis que se trata de probar a toda costa. Y no es menos
aleccionadora su manera de demoler los mitos superficiales y las
caracterizaciones fáciles que sobre América Latina circulan en otras regiones,
a través de agudas citas de escritores y cineastas que echan por tierra las miradas
romantizadas, tropicalistas y paternalistas sobre nuestras culturas.
Esperemos que la edición en castellano
del libro pueda circular pronto. No solamente los de habla inglesa tienen que
aprender sobre nuestro cine latinoamericano, sino nosotros mismos.