Alfonso Gumucio Reyes y Victor Paz Estenssoro en 1973 |
Fue entonces que mi padre decidió apartarse del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y de la militancia política. Al propio Paz Estenssoro no le fue bien en su alianza con la dictadura banzerista, aunque logró su objetivo de devolver al MNR al escenario político.
Luego de haberlo visitado en el exilio, en una casa en Callao, cerca de Lima, mi padre había dejado de ver a Paz Estenssoro durante algún tiempo, hasta que se reunieron de nuevo en La Paz en 1973. Estuve con ellos y los fotografié mientras conversaban.
En mayo de 1985, Eduardo Ascarrunz tuvo una conversación con Víctor Paz Estenssoro, en la que ambos recordaron a mi padre, casi cinco años después de su muerte. Cito textualmente unos párrafos de su libro Palabra de Paz, que comenté hace algún tiempo en el No. 69 de “Nueva Crónica y Buen Gobierno”.
“¿De sus amigos de aquellos años, a cual de ellos quisiera tener a su lado?”
“A Alfonso Gumucio Reyes” –repuso sin dudar un instante. “Un hombre íntegro, puro, de una calidad humana increíble. Cómo no quisiera tenerlo al Flaco Gumucio aquí” –miró la silla vacía contigua a la mía; conmovido evocaba al amigo perdido como si ahora estuviera ahí mismo. Dejé que el desahogo se haga solo en sus recuerdos-: “En abril del 52, en Buenos Aires, seguíamos los acontecimientos conjeturando, haciendo cálculos entre el triunfo y la derrota. Alfonso nos miraba incrédulo. Su mente estaba en otra cosa. ‘Pobre gente, cómo nos estamos matando, pobre país el nuestro’, decía con la patria doliéndole en el alma. Luego, en pleno festejo, nos hacía aterrizar: ‘Ya deberíamos tener un plan para los primeros meses, dejemos de embriagarnos con la victoria’, decía. A mi lado, en el avión que nos trajo, no dejaba de anotar ideas para el discurso”.
Paz Estenssoro y Gumucio Reyes |
“Todo lo que es Santa Cruz se lo debe a él” –decía el Dr. Paz. “Mientras asignábamos dos o tres millones de dólares para potenciar YPFB, imagínese, el Flaco exigía 40 millones para concluir la carretera Cochabamba-Santa Cruz e iniciar la vertebración caminera y el desarrollo cruceño. Era un autodidacta, pero hablaba de igual a igual con los ingenieros, les observaba hasta los cálculos para soportar un puente. Era un peligro, un loco: proponía, hacía proyectos, conseguía el financiamiento externo y ejecutaba el plan. No se podía hablar de un proyecto grande o chico delante de él; a las semanas ya estaba con el estudio final”.
Paz Estenssoro, Gumucio Reyes y Ramiro Villarroel Claure en 1963 |
-Así era el Flaco, genial, noble y honesto, sobre todo. ¿Y sabe usted cómo murió?: solo y enfermo. Con sus hijos lejos en su último tiempo. ¡Pobre! en una casita alquilada, el hombre que más plata manejó en este país en función de gobierno. Usted no sabe cómo fueron sus últimos días, Eduardo. (...)
-------
Visité por última vez al Dr. Paz Estenssoro en su casa en San Luis, Tarija, pocos meses antes de su muerte. No me permitió grabarlo ni filmarlo, pero tomé algunas notas de lo que dijo sobre mi padre: “Bolivia le debe al flaco Gumucio más que a nadie”; “tu padre fue el autor del desarrollo del Norte de Santa Cruz, de Alto Beni, el oriente del país; es difícil decir cual fue su mayor obra, pues lo que destaca es su concepción integral del desarrollo”.