Casi sin darme cuenta, llevo
ocho libros publicados con Plural editores en los últimos quince años. Así lo
recordó José Antonio Quiroga, el director de esa casa editorial cuando el 20 de
marzo pasado intervino durante la presentación de la segunda edición de Luis Espinal y el cine. Transcribo tal
cual el texto de su intervención:
Cuando
se cumplen 35 años del asesinato de Luis Espinal, Alfonso Gumucio Dagron nos
ofrece una reedición de su libro Luis Espinal y el cine, publicado
originalmente en 1986.
Esta
obra –pequeña por su formato de un centenar de páginas, pero de gran relevancia
para conocer una de las actividades que apasionaban a Luis Espinal desde muy
joven, el cine– muestra también una de las cualidades más interesantes de
Alfonso Gumucio como escritor, la de biógrafo.
Hace
pocos meses tuvimos el honor de publicar otro ensayo biográfico suyo, El ingeniero descalzo. Alfonso Gumucio
Reyes, visionario del desarrollo de Bolivia, dedicado a su padre, el legendario
conductor de la Corporación Boliviana de Fomento.
Plural
editores ha publicado varios libros de Alfonso Gumucio. En el año 2000
publicamos su poemario Memoria de
caracoles; en 2006, la segunda edición de su libro de entrevistas
literarias Provocaciones; en 2010 su
trabajo sobre Políticas y legislación
para la radio local en América Latina (2010) en colaboración con Karina
Herrera-Miller; en 2012, su libro Cruentos
con ilustraciones de Luis Zilveti; y en 2014 las dos biografías ya mencionadas.
Además
de estos libros que se editaron bajo el sello de Plural, Alfonso Gumucio nos
encomendó publicar la versión castellana de otros dos libros suyos: Haciendo olas en 2001 y su monumental Antología de la comunicación para el cambio
social de 1.400 páginas (en coautoría con Thomas Tufte) en 2008.
Se
suman a estos ocho libros publicados por Plural editores, al menos una docena
de otros libros de Moro Gumucio principalmente dedicados al cine, la
comunicación social y la creación literaria.
Entre
ellos hay que mencionar: Cine, censura y
exilio en América Latina (1979); El
cine de los trabajadores (1981); Historia
del cine en Bolivia (1982) y Cine
comunitario en América Latina y el Caribe en 2012; Las Radios Mineras de Bolivia (1989) con Lupe Cajías;
Comunicación Alternativa y Cambio Social
(1990); Conservación, Desarrollo y
Comunicación (1990); La Máscara del
Gorila (México, 1982), y los poemarios: Antología
del asco (1979), Razones técnicas
(1980), Sobras completas (1984), Sentímetros (1990).
Alfonso
Gumucio ha sido y es columnista de varios periódicos –entre ellos de nuestro
quincenario Nueva Crónica y Buen Gobierno–
y alimenta sistemáticamente el blog, Bitácora
memoriosa, en la que va desplegando en entregas periódicas su propia
autobiografía con reseñas de viajes y entrevistas con personajes de la cultura
en los cinco continentes.
Alfonso
Gumucio Dagron es –como lo fue Luis Espinal– un autor comprometido con su
pueblo. Estuvo exiliado y participó activamente en momentos críticos de la vida
política boliviana. Sus columnas de opinión han sido siempre severas con los
poderosos de turno, incluyendo a los actuales.
Ese
compromiso militante ha guiado su labor como escritor, crítico de cine, poeta,
teórico de la comunicación y cineasta. En el camino, conoció a Luis Espinal
cuando Lucho iniciaba sus primeras actividades en Bolivia. Lo acompañó en el
Taller de cine de la UMSA –de la que yo fui alumno– y como colaborador
frecuente del semanario Aquí, hasta
su asesinato en 1980.
Este
libro permite conocer al Luis Espinal productor de cine y televisión, crítico
de cine, guionista, educador y teórico del cine: baste mencionar que Espinal
publicó 10 libros sobre cine.
A Luis
Espinal lo conocimos todos además por sus otras cualidades como sacerdote,
escritor y poeta, teólogo, defensor de los derechos humanos, periodista
combativo y mártir de la democracia de su patria adoptiva, Bolivia. Xavier
Albó, su compañero jesuita, nos hablará de esas otras cualidades.
A pesar
del tiempo transcurrido, su legado permanece como una de las referencias de la
reforma moral e intelectual que requiere este país.
Muchas
gracias Moro por mantener vivo ese legado.
José
Antonio Quiroga T.
Director
de Plural editores