13 abril 2014

La Cecilia

De mi época parisina recuerdo vagamente una película de Jean Louis Comolli titulada La Cecilia (1976), la historia de una colonia anarquista italiana que decide establecerse en Brasil en 1890 para llevar una vida diferente en armonía con la naturaleza y lejos de cualquier imposición de la sociedad o del Estado. Es un retrato del espíritu libertario de gente que decide vivir sin patrón, sin policía, sin dinero y sin jerarquía.

Se me vino a la mente esa película cuando me senté a escribir sobre “la Cecilia”, la nuestra, Cecilia Quiroga San Martín, que el lunes 7 de abril emprendió un largo viaje a tierras desconocidas. Quizás pensé en aquel film por esa manera afectiva que tenemos en Bolivia de llamar a las personas que queremos, anteponiendo el artículo determinado “la” o “el” para denotar familiaridad, o quizás porque nuestra Cecilia era cineasta y una de sus primeras películas, A cada noche sigue un alba (1986), evoca también los movimientos anarquistas de los años 1920 en Bolivia.

Nora de Izcue y Cecilia Quiroga en La Habana, 2011
Nuestra Cecilia tenía unos ojos brillosos, mirada risueña y una sonrisa siempre dispuesta. Esto suena a lugar común pero no lo es: creo que todos los amigos de Cecilia la recordarán por su cara luminosa y ese su modo dulce de ser. Había algo de niña en ella, una manera un tanto tímida de estar con los demás.

Aunque su formación inicial era en sociología, tuvo mucha actividad en el campo del cine como guionista, productora y realizadora. Entre 1989 y 1990 estuvo a cargo de la producción audiovisual en el Centro Gregoria Apaza y más tarde fue directora ejecutiva del Consejo Nacional de Cine (CONACINE), entre 1996 y 1998.

El año 1987 realizó junto a Esperanza Pinto Intensos fulgores, una obra de ficción que retrata la vida cotidiana de una mujer de clase media en los años 1920 y establece una comparación con la época actual. En este video como en el anterior, Cecilia rescata para la memoria aspectos de la lucha de las mujeres que en los años veinte y treinta del siglo pasado estaban ya organizadas en movimientos y grupos feministas. Intensos Fulgores tiene dos tiempos: un pasado en el cual el personaje único, una mujer de clase media, se cuestiona sobre el rol que le asigna la sociedad de esos años y un presente, muy breve hacia el final, donde el personaje se incorpora a las luchas sociales. El film muestra el proceso de evolución del pensamiento de una mujer, la negación de los roles tradicionales impuestos y el crecimiento de una conciencia de participación social. En 1990 escribió el guión de Epílogo, que dirigió Sergio Calero. En la película aparece como intérprete, junto a Martha Nardín de Urioste, Flavio Machicado, Pedro Susz y el actor que interpreta el personaje principal, Luis Gómez. 

Cecilia Quiroga  y otros cineastas en La Habana durante el 25 Aniversario de la Escuela de Cine 
Cecilia y yo coincidimos muchas veces en los dos campos de actividad en que estuvimos involucrados: el cine y la comunicación. En años recientes trabajamos juntos en varias iniciativas. Cuando la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano (FNCL) me pidió coordinar la primera investigación sobre el cine comunitario en América Latina y el Caribe invité a Cecilia a formar parte del equipo de seis investigadores para que se hiciera cargo de tres países: Bolivia, Chile y Perú. En el marco de ese proyecto nos reunimos en La Habana a fines de 2011 con la directora de la FNCL, Alquimia Peña, y otros colegas que se incorporaron al equipo de investigación: Pocho Álvarez (Ecuador), Vincent Carelli (Brasil), Idanea Licea y Jesús Guanche (Cuba).

En esos días se celebraba en Cuba el 25 aniversario de la creación de la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) de San Antonio de los Baños, donde se han formado varias generaciones de cineastas latinoamericanos, de modo que fuimos a San Antonio para sumarnos al festejo. De esa ocasión especial conservo una foto en la que Cecilia aparece junto a realizadores y grandes pioneros del nuevo cine latinoamericano como Julio García Espinoza (Cuba), Fernando Birri (Argentina), Nora de Izcue (Perú) y Orlando Sena (Brasil).

Cecilia Quiroga y Karina Herrera-Miller
La investigación sobre el cine comunitario de América Latina y el Caribe se hizo libro y se presentó a fines de 2012 en el 34 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana , el último que contó con la presencia de Alfredo Guevara. Ahora nos preparamos para una segunda edición del libro, que se publicará en Colombia y que estará dedicada a Cecilia Quiroga y a Octavio Getino, dos compañeros que acompañaron el proceso de investigación.

Cecilia fue una gestora cultural comprometida, ocupó durante muchos años la Coordinación de Comunicación de la Fundación Friedrich Ebert (FES-ILDIS) en Bolivia. Desde allí impulsó y apoyó numerosos proyectos importantes y en algunos solicitó mi concurso. Publicó la investigación ¿Del grito pionero… al silencio? (2006) de Karina Herrera-Miller, una actualización imprescindible sobre las radios sindicales mineras, un libro para el que Karina me pidió escribir el prólogo.

Como especialista en comunicación estuvo vinculada a la Asociación Boliviana de Investigadores de la Comunicación (ABOIC) desde 1999 cuando participó como ponente en la Mesa de Trabajo de Medios y Producción Audiovisual. Fue docente de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y docente titular del Taller Audiovisual de la Carrera de Artes de la Facultad de Arquitectura y Artes en la misma universidad.

En tiempos más recientes Cecilia me brindó la oportunidad de involucrarme en dos iniciativas interesantes.  Por una parte me incluyó como miembro de un panel de expertos que elaboró recomendaciones sobre el funcionamiento y contenidos del Canal TV Culturas del Ministerio de Culturas y Turismo, junto a Oscar Calasich, Reynaldo Yujra, Ramón Grimalt, Yeanet Villegas, Viviana Vargas y Germán Monje. Por otra, me pidió participar en unas jornadas de evaluación sobre el programa de televisión Bolivia Constituyente.

La discusión y aprobación de la nueva Constitución Política del Estado en 2009 fue el tema de su última producción documental. Junto a Javier Horacio Álvarez trabajó durante varios años en la realización de Por siglos despiertos – Voces de la Asamblea Constituyente (2013), donde recogió testimonios y analizó de manera exhaustiva la participación de los movimientos sociales en el proceso generado alrededor de la nueva constitución.

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Así como una jornada bien empleada
produce un dulce sueño, así una vida
bien usada causa una dulce muerte.

—Leonardo da Vinci