Conocieron mi tierra
cuando vino a morir en ella un extranjero.
Antes nada, antes
un silencio muy meditado en los nortes
siempre en los nortes en palacios blancos
y polígonos de tiro
rápidos vuelos
a diez mil metros de techo.
¿De donde vienes?
De Bolivia.
¿Hablan castellano allí?
Desde la Colonia.
¿Esté en Africa Bolivia?
En el corazón de América Latina.
Antes el silencio
de los intelectuales porque no había
un preso francés que defender.
Antes una frontera cerrada
unos muros altos altos
como para que no se escuchen
los tiros y los gritos de los muertos
que siempre había.
Antes siempre ese silencio
de cómplices inseguros
temerosos estrategas del oportunismo.
Hasta que vino a morir el extranjero
o tal vez
no
fue tan extranjero y
no murió.