Cada vez que voy a Potosí procuro visitar la magnífica Casa de la Moneda, entre otras cosas para fotografiar, en la colección de minerales, la Gumucionita. Esa muestra del mineral no ha cambiado con los años, es la misma que fotografié por primera vez en los años 1970s, pero el que cambia soy yo y el hecho de fotografiarla de nuevo me devuelve a mi historia familiar.
La Gumucionita es un mineral descubierto en Llallagua por mi tío abuelo Julio Gumucio (hermano de mi abuelo Antonio), probablemente hacia 1931 o 1932, puesto que una de las primeras noticias aparece en 1932 en un boletín de la Revista Minera de la Sociedad Argentina de Minería. Robert Herzenberg le puso el nombre al mineral -en honor a mi tío abuelo- y escribió sobre ella en 1932 en su artículo “Gumucionita, una nueva variedad arsenical de blenda” (y en alemán un año después: Gumucionit, eine neue arsenhaltige Varietat der Schalenbiende Zenlralbl. Mineral,A , 1933, 77 – 78).
Según diversas fuentes la Gumucionita es una de las variedades de la Esfalerita, del griego sphaleros que quiere decir “engañoso”, un compuesto mineral de sulfuro de zinc que se presenta en otras variantes, como la Marmitita o la Cleofana. El nombre común de la Esfalerita es Blenda, y su variedad transparente se conoce como Blenda Acaramelada. La Gumucionita se diferencia de las demás por su contenido de arsénico, según reveló Herzenberg.
Mi Tío Julio legó al Banco Central de Bolivia la colección de minerales, debidamente clasificados, que había recolectado pacientemente a lo largo de muchos años. Allí están, en un ambiente semi-subterraneo que a veces no se incluye en el itinerario de las visitas.