19 agosto 2018

Pétalos de Rosa

Rosa Ríos (foto Página Siete)
 Solía verla casi todas las semanas después del medio día al terminar mis clases en la Escuela Andina de Cinematografía, pero no estaba en la puerta de su tienda de la Calle Jaén la semana anterior, ni tampoco paseando a su perro en las calles aledañas al Teatro Municipal. No la pude saludar el jueves, ni el viernes y tampoco la vi el lunes cuando salí de la Fundación Ukamau. 

Hoy me entero que Rosa Ríos fue internada de emergencia en el Hospital Obrero el sábado en la madrugada y que falleció en la madrugada del domingo 19 de agosto, al filo de la media noche, a los 83 años de edad. Y claro, me entristece no haber conversado más con ella cada semana, no haber pasado de los saludos y de algunas frases sueltas sobre teatro y cine. 

Ahora me pregunto si Rosita no llevaba a su perro hasta el Teatro Municipal para acordarse ella de las tablas en las que ejerció durante tantos años luego de jubilarse de la Policía Nacional. Curioso cambio de rumbo en una carrera profesional: de la policía al teatro, y luego al cine. En ambas actividades artísticas junto a grandes actores y directores del teatro y del cine boliviano. Más de cien obras de teatro con directores y actores como David Santalla, Raúl Salmón, Tito Landa, Ninón Dávalos, Agar Delós, Cacho Mendieta, Juan Barrera, Roberto Cuevas, Hugo Pozo, y tantos otros.  Y en el cine y la televisión, apareció en roles secundarios en una veintena de películas de Juan Carlos Valdivia, Rodrigo Ayala, Carlos Bolado, Thomas Kronthaler, Denisse Arancibia (“Las malcogidas”) y Marcos Loayza. 


Rosa Ríos (foto de El Diario)
Quizás fue Marcos Loayza quien la incluyó más veces en sus elencos. Le pedí un comentario: "Rosa estuvo siempre en nuestros trabajos. Desde 'Cuestión de fe', 'El corazón de Jesús hasta 'Averno', y muchos otros cortos que hicimos, por su capacidad actoral, pero sobre todo por el cariño que le tenemos desde siempre". 

En 2014 le contó a Milen Saavedra, de Página Siete, una bonita anécdota sobre su primera incursión en el teatro, cuando todavía estaba en la Policia Nacional: “En 1969  estaba destinada a  Identificación, que era en la calle Junín. Don Raúl Salmón tenía su radio Nueva América cerca, entre las calles Indaburo y Junín, y nos saludábamos todos los días. Un día, don Raúl necesitaba renovar su carnet con mucha urgencia, entonces le ayudé. Él me preguntó cuánto me debía y yo  le dije que nada, porque no le iba a cobrar.  Pero le pedí un favor, le dije que me invitara al teatro y aceptó. Me invitó al ensayo de ‘Conde Huyo’ en el Teatro Municipal y fui. Ahí vi  a Mery Rada, Agar Delós, Pablo Dávila, Rudy Betancourt y Tito Landa, los mejores actores de aquella época. Después, don Raúl me dijo que iba a hacer de la vendedora de sandwiches,  ése fue mi primer papel.” 


Rosa Ríos (foto Página Siete)
A pesar de los reconocimientos y los premios recibidos, nunca dejó la “Tienda Rosita”, en parte porque del teatro y del cine no se vive, y porque en ese pequeño espacio sobre la Jaén era donde atesoraba más recuerdos que abarrotes. La primera vez que me aproximé a ella hace unos años le pregunté si tenía chicles, y se sintió un poco pillada de sorpresa cuando me dijo que no tenía. Eso sirvió para iniciar la primera conversación. Para eso era la tienda de abarrotes, además de proporcionarle algunos ingresos, para recibir el reconocimiento de quienes pasaban y posaban junto a ella frente a la mirada curiosa de los turistas que no tenían idea de que se trataba de una conocida actriz boliviana.

Siempre la vi hacer honor a su nombre, no a las espinas sino todo lo contrario: el color de los pétalos. Solía vestir diferentes tonalidades de rojos y rosados, se sentía cómoda con esa gama de colores. Y la suavidad de pétalo caracterizaba su trato, al menos conmigo. Nunca la vi crispada ni molesta por algo. Mantenía siempre ese aire risueño no exento de picardía.


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Si es absolutamente necesario que el arte o el teatro sirvan para algo,
será para enseñar a la gente que hay actividades que no sirven para nada
y que es indispensable que las haya.
—Ionesco

Rosa Ríos durante la filmación de Averno (foto de Alejandro Loayza)