

Nada más emblemático en esta ciudad que el Ángel de la Independencia, más aún en vísperas del Bicentenario de las campanas libertarias. Si toda la Avenida Reforma es hermosa, el Ángel es su ombligo, erguido en lo alto de una columna, acompañado a poca distancia por Diana la Cazadora, en la siguiente rotonda hacia Chapultepec, y por Cuauhtémoc, en el cruce con la Avenida Insurgentes, hacia el otro lado.
Placido Domingo declaró su emoción de estar allí, en ese lugar preciso, para cantarle a la Ciudad de México donde vivió desde que tenía 8 años de edad. Recordó que hace poco más de 50 años se inició como cantante de ópera en el Palacio de Bellas Artes, en un papel menor en el musical "Mi bella dama" (My Fair Lady), y para celebrarlo cantó en castellano "En la calle donde tu vives" (In the street where you live).

El programa empezó con ópera, algunas de las más bellas canciones del repertorio de Plácido Domingo, a quien acompañaron además de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de México dirigida por el Maestro Eugene Kohn, tres sopranos mexicanas, Olivia Gorra (quien ya cantó con Andrea Bocelli, entre otros), Eugenia Garza y María Alejandres, todas ellas con trayectoria internacional. La segunda parte del programa se dedicó a la zarzuela, y Placido Domingo recordó para todos que sus padres fueron grandes intérpretes de zarzuela y vinieron precisamente a México con ese motivo.
¿Cuantas veces ha cantado Plácido Domingo "Granada" de Agustín Lara, una de las primeras canciones que aprendió aún niño? Luego de entonar dos canciones de Carlos Gardel apareció en escena El Mariachi 2008 y Placido salió vestido de charro con un gran sombrero bordado en la mano. Más de cien mil voces lo acompañaron in crescendo cuanto entonó "Cielito Lindo" de Quirino Mendoza y Cortés, "Bésame mucho" de Consuelo Velásquez, y las canciones de José Alfredo Jiménez, "Ella" (me cansé de rogarte...), "Paloma querida" (yo no sé lo que valga mi vida...), y por supuesto "El Rey" (no tengo trono ni reina...) Si hubiese techo sobre la Avenida Reforma se hubiera venido abajo durante esta parte del concierto, con canciones que mexicanos y latinoamericanos de todos los rincones llevamos muy adentro.
Luego de dos horas y media sentado sobre el pavimento de la Avenida Reforma, debajo del Ángel, quedaron mis huesos y articulaciones un tanto maltrechos, pero cantando se alegran, cielito lindo, los corazones...