09 marzo 2021

Despedida de Michel

Apenas han pasado dos semanas desde que un mensaje de Monette atravesó el Atlántico en medio de la noche desde Francia y aterrizó en mi insomnio para decirme que Michel, finalmente, decidió despedirse el viernes 26 de febrero a las 5 de la tarde.

Michel, Liber y Monette 

Se fue tranquilo (“sans angoisse ni souffrance”), sedado, sin dolor, con la cercanía de ella, de Frederick y de Alain, sus dos hijos. La bajada de las gradas de la vida (“la descente des marches chaque jour, comme il disait”) se aceleró en los últimos días, desde la última vez que hablamos (dos semanas antes).  

Así terminó un trayecto penoso de más de seis años de lucha contra un cáncer invasivo. Michel se apagó en su casa en Saint-Mary y descansará definitivamente desde el martes 2 de marzo en el cementerio de Lussac.

Michel y Monette Servant fueron amigos por muchos años, no solo amigos míos y de Liber Forti, Eduardo Quintanilla, Jorge Lazarte, Alain Mesili, entre otros que estamos (o estaban) en estas montañas, sino también amigos querendones de Bolivia, país difícil y malagradecido que ellos aprendieron a amar durante su estadía de siete años entre 1973 y 1980 (casi todo el periodo de la dictadura militar de Banzer), mientras Michel estaba a cargo de un programa de investigación científica de ORSTOM (Office de la recherche scientifique et technique outre-mer).

París, octubre de 2011

Su amor por Bolivia creció de varias maneras a través de Frederick, que vivió 17 años en La Paz dedicado a actividades teatrales y tiene una hija boliviana. En 2009 los Servant donaron al Museo Nacional de Arte su colección de 58 dibujos y dos cuadros de Arturo Borda.

Su amistad con Liber fue amorosamente intensa, lo recibieron allá en Saint-Mary en su último viaje por Europa.

Estuve con Monette y Michel cuando todavía vivían en París, en Rue de la Montagne Sainte Geneviève, la última vez en 2011, pero ya no pude visitarlos en Saint-Mary como era mi deseo. Iré a ver a Monette cuando las circunstancias lo permitan. Hay amistades que nos enriquecen, esta es una de ellas.

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L'une sort du matin et chante avec l'aurore,
L'autre gémit le soir un triste et long adieu.
—Alphonse de Lamartine