Thomas Sankara, presidente de Burkina Faso (asesinado) |
Me encontraba trabajando en Burkina Faso
el año 1987 cuando el presidente progresista Thomas Sankara, que condujo los
cambios estructurales más importantes en la historia de su joven país, fue
derrocado y asesinado nada menos que por su compañero de armas y su amigo de
cama y rancho, Blaise Campaoré, que dio marcha atrás a las reformas y se
apropió del poder durante 27 años eliminando físicamente a sus opositores. Me
sorprendió entonces que ninguno de los ministros nombrados por Sankara
renunciara a su puesto, como si nada hubiese sucedido.
He trabajado y visitado una veintena de
países africanos por periodos largos y cortos. Hubo un momento en su historia
donde las luchas de liberación de África eran ejemplares, con líderes tan emblemáticos
como Sankara en Burkina Faso (asesinado), Samora Machel en Mozambique (asesinado), Lumumba en el Congo (asesinado), Amilcar Cabral en Guinea Bissau (asesinado) y por supuesto Mandela en Sudáfrica. Madiba pasó 27 años preso, los otros
fueron asesinados para dar paso a dirigentes más dóciles y “amigos” de las
potencias coloniales europeas.
Varios dirigentes africanos que fueron aguerridos
combatientes en las luchas de liberación, se eternizaron en el poder y se
convirtieron en dictadores represores y ladrones, enriqueciéndose a costa de la
pobreza de sus países, manteniendo sin embargo un discurso “revolucionario”
para vencer en las elecciones que los perpetuaron en el gobierno, como Robert
Mugabe de Zimbabwe (desde 1987), Museveni en Uganda (durante 29 años) y Sam
Nujoma en Namibia.
Dictadores con apoyo europeo: Obiang y Mugabe |
A ellos se suman otros pillos eternos
como Teodoro Obiang de Guinea Ecuatorial, en el poder desde el golpe militar de
1979 (36 años), quien se ha enriquecido de manera insultante, al igual que la
familia de José Eduardo dos Santos, en Angola, cuya hija Isabel ha acumulado
más de mil millones de dólares. La lista es larga y vergonzosa, porque revela
la hipocresía de los países europeos que con la excusa de la “estabilidad
política” sostienen a dictadores, asesinos y corruptos. Los muy respingados
gobiernos de Francia, Inglaterra o España son cómplices bien avenidos.
Pero, ¿qué tiene que ver África con
nosotros? Mucho. Estamos en el mismo camino.
Los líderes populistas de nuestra región, sin haber protagonizado
siquiera luchas de liberación como las africanas, tienen el plan de eternizarse
en el poder. Está pasando en América Latina lo que pasó en África hace varias
décadas: aquellos líderes que llevaron adelante la guerra contra las potencias
coloniales se han corrompido por su larga permanencia en el poder o han cedido
lugar a corruptos de una nueva ola antidemocrática y autoritaria.
De la izquierda a la derecha: García Linera, Correa, Morales y Maduro |
En nuestra región los populistas que nos
gobiernan no han librado ninguna guerra (salvo la de Nicaragua), más bien les
ha sido fácil llegar al gobierno y mantenerse en él montados sobre una ola de
bonanza económica que heredaron sin mérito propio, pero las similitudes con la
degeneración de los líderes africanos es sorprendente.
En Venezuela, que atraviesa una crisis
económica galopante, la mujer más rica del país es una de las hijas de Hugo
Chávez. ¿De dónde sacó la plata? Chávez no pudo perpetuarse en el poder porque
se murió, pero Maduro –con muchas menos luces y una boca descontrolada- quisiera
hacerlo (pero no va a poder). Y en esa misma vía abierta y descarada están Evo
Morales de Bolivia, Rafael Correa en Ecuador y Daniel Ortega en Nicaragua. Para
ellos, el país es su hacienda y el poder les pertenece por derecho divino, como
los monarcas europeos. Ninguno de ellos duda en
modificar a su guisa la Constitución Política del Estado, un papel que
resiste todo, para prolongar su poder.
La bonanza económica, producto de un
contexto internacional y no de la genialidad local, ha sostenido a los gobiernos
populistas latinoamericanos que no hubieran logrado mucho sin los altos precios
de exportación y la condonación de la deuda. Cuando este periodo de jauja
internacional acabe y volvamos a los niveles de económicos anteriores al año
2005, probablemente los populistas entregarán el poder para que la crisis le
toque a la oposición ingenua.
Todos estos autócratas se han hecho
“indispensables”. Saben cómo hacerlo, a través de la represión, la propaganda multimillonaria y el endiosamiento personal, como Kim Il-sung y
otros que se aferraron al poder durante décadas.
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El poder tiende a corromper y el
poder absoluto corrompe absolutamente.
—Lord Acton