03 octubre 2011

Fundación del horizonte


Una de las imágenes más bellas en La Habana es la caída del sol vista desde el malecón. Centenares de jóvenes se dan cita cada tarde en ese largo paseo frente al mar, para admirar el disco enrojecido del sol que se hunde en las aguas del horizonte.

Ese y otros horizontes son importantes para los cubanos, por ejemplo el horizonte del cine. Pocas veces he conocido a un pueblo tan motivado por la actividad cinematográfica, tan amante del cine.

Uno de los primeros decretos del gobierno de Fidel Castro al triunfo de la Revolución, en 1959, fue la creación del Instituto de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC), que no solamente ha sido motor fundamental para alentar durante cinco décadas la producción de cine cubano, sino que ha apoyado a centenares de cineastas de toda la región para que puedan concluir sus películas, gracias al apoyo generoso del ICAIC y de otras instituciones dedicadas al cine.

Cuando en el mes de diciembre se realiza cada año el festival de cine, la ciudad entera se convierte en una pantalla cinematográfica, las salas de cine se llenan de gente, la actividad es incesante. El Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano en La Habana es una gran fiesta para los sentidos. Allí se puede ver lo mejor de la producción de cine en la región. De todos los festivales en los que participé, el 7º fue el mejor regalo, por la cantidad y calidad de películas y colegas que participaron, y por el ambiente extraordinario que vivimos. Allí se otorgó ex aequo el Gran Premio Coral a Frida-Naturaleza Viva de Paul Leduc (México) y a Tangos – El exilio de Gardel de Fernando Solanas (Argentina).

Eso fue en 1985, y tuve la suerte de estar en el Teatro Karl Marx la noche de clausura, el 15 de diciembre, cuando en un discurso de casi cinco horas Fidel mostró su conocimiento y su pasión por el cine, y anunció la creación de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños (EICTV) y de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano (FNCL).

Quinta Santa Bárbara, sede de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano
La Quinta Santa Bárbara, sede de la Fundación, es un espacio emblemático por varias razones, entre ellas porque fue allí que Tomás Gutiérrez Alea, uno de los grandes del cine cubano, filmó “Los sobrevivientes”. En el acto de inauguración de esta sede, el 4 de diciembre de 1986, Gabriel García Márquez, Presidente de la Fundación, afirmó: “Pocas casas como esta podrían ser tan propicias para emprender desde ella nuestro objetivo final, que es nada menos que el de lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado. Y nadie podría condenarnos por la simpleza sino más bien por la desmesura de nuestros pasos iniciales…”.
La Fundación ha sido desmesurada durante los 25 años que han seguido a las palabras inaugurales de Gabo, y se ha convertido en un referente indispensable en el cine latinoamericano, la casa de todos los cineastas y estudiosos del cine de la región. Al ritmo de la dulce batuta de Alquimia Peña, los trabajadores de la Fundación hacen actos de magia cotidianos para mantener ese espacio lleno de actividad.  El centro de documentación es un ejemplo de ello, como lo es el Portal del Cine y el Audiovisual Latinoamericano y Caribeño y su boletín semanal.  Uno admira aún más la riqueza de contenido de este boletín cuando conoce las dificultades que enfrenta Cuba en materia de conectividad de internet.
Lola Calviño, Julio García Espinosa, Nora de Izcue, Fernando Birri,
Alfonso Gumucio, Alquimia Peña
Sin duda, la Fundación es uno de los cuatro pilares sobre los que se asienta el festival de cine, la gran fiesta del cine latinoamericano. Los otros tres pilares son el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC), el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), y la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) en San Antonio de los Baños.
De la Escuela Internacional de Cine se han graduado varias generaciones de cineastas latinoamericanos, pero también europeos, norteamericanos, africanos o asiáticos. Cinco lustros después de su creación, me dio mucho gusto retornar a la escuela a fines de julio pasado, para asistir a la graduación de la 20ª promoción de nuevos cineastas, y volver a encontrar a Fernando Birri, quien fuera el primer director, a Julio García Espinosa, a Orlando Senna, a Lola Calviño, y a otros grandes animadores de la escuela.

Cine comunitario en América Latina: grupo de investigadores
Pero el motivo principal de la visita a La Habana fue participar en una reunión de investigadores de cine, convocados por la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano para abordar un proyecto de investigación sobre el cine comunitario en América Latina y El Caribe, que recibió el apoyo del Fondo de la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de Expresiones Culturales de la Unesco. Por invitación de Alquimia Peña acepté coordinar al equipo de investigadores, en consulta también con Octavio Getino, que coordina a su vez investigaciones para el Observatorio del Cine y del Audiovisual Latinoamericano y Caribeño.
La investigación sobre cine comunitario cubrirá una selección de procesos participativos en el campo audiovisual, desde el año 2000, que se caracterizan por producciones y acciones lideradas por los propios sujetos comunitarios.  En otras palabras, nos concentraremos en los procesos de cine y video gestionados por la propias comunidades, incluyendo producciones de ficción, documentales, de animación, etc. Es una primera aproximación a un tema poco estudiado.