Periodistas desaparecidos o asesinados, radios comunitarias perseguidas y clausuradas, censura y autocensura en los medios, el encierro, el destierro o el entierro de las ideas. Y no estamos hablando de regímenes dictatoriales, sino de “democracias” latinoamericanas.
La libertad de expresión y el derecho a la comunicación son una molestia y una amenaza para quienes están en el poder, sean de izquierda o de derecha. Si bien algunos países respetan formalmente la libertad de información, muy pocos promueven el derecho a la comunicación, que no es lo mismo. Como escribió Antonio Pasquali hace 45 años, en 1963: “La ‘libertad de información’ es una irónica contradictio in adjecto, ya que sólo connota la libertad del informador."En México, un gran país con gigantescos monopolios mediáticos y muchos esfuerzos dispersos de comunicación independiente, alternativa y comunitaria, tanto la libertad de expresión como el derecho a la comunicación están constantemente amenazados desde las esferas del poder político o el poder de las sombras (el narcotráfico).
Para hablar de ello se organizó el 16 y 17 de abril el foro “Libertad de Expresión: Procesos Democráticos y Derechos Humanos”, convocado por instituciones líderes en la lucha por el derecho a la comunicación, como AMEDI, Artículo XIX, Comunicación Comunitaria y AMARC, con el apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, la Coordinación de Enlace Comunitario y otras.
Los amigos de Comunicación Comunitaria me invitaron a presentar una perspectiva latinoamericana de los temas. Para mi fue una manera de aterrizar nuevamente en México luego de haber vivido y trabajado en el país a mediados de los 1980s.
El evento se abrió con la presencia de Frank La Rue, Relator de las Naciones Unidas para la Libertad de Expresión, y Catalina Botero, Relatora Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Ambos reafirmaron la importancia de ir más allá de la libertad de los medios de información, hacia el derecho a la comunicación de la ciudadanía.Fue impactante la mesa sobre “Agresiones a periodistas en México”, donde Ana Lilia Pérez ofreció un testimonio vibrante de las amenazas y presiones que ha recibido por haber publicado en la revista “Contralínea” investigaciones sobre manejos dolosos y corrupción en las más altas esferas del partido gobernante (PAN). Otro testimonio conmovedor fue el de Javier Valdés, periodista de “Río Doce” de Sinaloa, quien corre riesgos cotidianamente cada vez que escribe sobre la sociedad del narcotráfico en su columna “Malayerba”. Valdés afirmó que toda la sociedad de Culiacán está implicada, en mayor o menor grado, en el narcotráfico que ha penetrado todas las instituciones, desde la policía hasta los medios de información.
Otras mesas del Foro abordaron los “Avances y retrocesos del Acceso a la Información Pública”, “La Ley Televisa”, “Derecho a la Comunicación: Medios Comunitarios y Medios Públicos”, y “Convergencia Tecnológica en los Medios de Comunicación”. En esta última me tocó presentar una ponencia, junto a Gabriel Sosa Plata (cuya columna en el “Universal” fue recientemente clausurada), Beatriz Solis y Eduardo Correa.
24 abril 2009
Foro: Libertad de Expresión
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Alfonso Gumucio
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11:00 p.m.
10 abril 2009
Ultimo día en La Antigua
No se puede uno ir de Guatemala sin despedirse de La Antigua. La mañana soleada del último día, poco antes de ir al aeropuerto, recorrimos por centésima vez los 40 kilómetros que separan la capital actual de la antigua capital de Guatemala, accediendo a ella por la empinada bajada que lleva a su incesante redescubrimiento. Uno no se cansa de visitar La Antigua, porque cada vez hay algo nuevo, aunque la ciudad colonial no cambie y se mantenga suspendida en el tiempo.
Lo nuevo, esta vez, justo antes de transitar por las calles empedradas de la ciudad, fue la visita a Santo Domingo El Cerro, una colina propiedad de Jorge Castañeda, además dueño de muchas cosas en la Antigua, y como en otros proyectos urbanísticos en este ha asociado también al arquitecto Amerigo Giracca, para crear un espacio escultórico abierto con el nombre Parque Cultural Efraín Recinos, en homenaje al gran muralista, escultor, ingeniero y arquitecto guatemalteco, autor –entre tantas otras obras- del conjunto arquitectónico del Teatro Nacional Miguel Ángel Asturias.
Cuento con los dedos de una mano (y me sobran un par de dedos) los amigos que he tenido en Guatemala, y sin duda Efraín Recinos es uno de ellos. El otro fue Mario Monteforte Toledo.En su taller del Teatro Nacional, rodeado de dibujos, cuadros y cuadernos, visité a Efraín dos días antes para despedirme. Me contó que había descubierto bocetos de murales que daba por perdidos, y me habló del parque escultórico de Santo Domingo El cerro, donde la pieza central es una curiosa escultura suya, hecha de un escarabajo Volkswagen (que fue suyo durante el tiempo que duró la construcción del Teatro Nacional, de 1971 a 1978) y una “guatemalita”, mujer de ojos grandes que es uno de los leit-motiv en la obra escultórica de Recinos. Los ojos grandes y las piernas carnosas caracterizan a las mujeres de Efraín.
La charla con él me animó aún más a visitar Santo Domingo El Cerro, y hacerlo fue un regalo, porque esa colina desde la que se divisa La Antigua, está sembrada de arte. La presencia de Efraín es sin duda la más notoria, por los murales y esculturas, pero también hay obras de Luis Díaz, y Mariadolores Castellanos (casualmente, la nueva propietaria del departamento que acababamos de dejar en Guatemala).La serie de murales de Efraín Recinos sobre el tema de la comunicación es una de las atracciones del parque. Me mostró dos días antes los bocetos originales, antiguos, que forman parte de un proyecto que nunca llegó a realizarse, como tantos de Efraín. Ahora, finalmente ven la luz como murales en mosaico donde predomina el color azul. Seis ya están terminados y colocados en su sitio definitivo. Aluden a la comunicación en todas sus formas y a través del tiempo: el tam-tam, las palomas mensajeras, la telegrafía, la radio, la televisión… Al diseño original sobre los satélites le añadió hace poco un teléfono celular en la mano de una “guatemalita” sentada sobre la esfera del globo terráqueo. Habrá un panel que todavía no ha sido realizado, pero que Efraín mencionó dos días antes cuando nos vimos: “La forma más antigua de comunicación, la más íntima: el beso”.
No podía yo encontrar una manera más conciliadora de dejar Guatemala. La obra de Efraín Recinos y de otros artistas y emprendedores del arte, tiene la capacidad de enterrar siquiera por unas semanas los recuerdos dramáticos de un país sumido en la violencia y en la injusticia, un país corrupto hasta la médula, donde todos los ilícitos son el pan cotidiano: tráfico de drogas, de obras de arte colonial y pre-hispánico, de influencias, de especies animales vivas en riesgo de extinción, de inmigrantes, de bebés vendidos para adopciones, de maderas preciosas, de órganos para transplantes, y todo cuanto la imaginación más perversa pueda imaginar.
En este país los pobres son muy pobres y los ricos son muy ricos. Y son indolentes, indiferentes a la realidad que los rodea, sobre la que se desplazan en helicópteros para no contaminarse. Los ricos de Guatemala se han hecho ricos especulando por igual en tiempos de democracia y de dictadura, apadrinando el Estado que conviene a sus intereses. República bananera (cafetalera, petrolera, azucarera…) donde 50 familias controlan el 80% de la riqueza nacional, esa es Guatemala, feudal como cien años atrás.Hombres como Efraín Recinos –muy pocos frente a tanta adversidad- nos reconcilian con el mundo, no solamente por su inmensa creatividad como artista, sino por su sencillez como persona y por su generosidad con Guatemala. Por ello, irse con una despedida del hombre y de su obra, es una manera de llevarse un buen recuerdo al cerrar una etapa más en mi vida de gitano.
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Alfonso Gumucio
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10:37 p.m.
03 abril 2009
Entrevista en Canalé
“Canalé” es el nombre de la revista que publica la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). El número más reciente trae una entrevista de tres páginas sobre la versión en castellano de la “Antología de Comunicación para el Cambio Social: Lecturas Históricas y Contemporáneas”.
La entrevista realizada por Hugo Aguirre –quien coordina la especialidad de Comunicación para el Desarrollo en la universidad- explora las motivaciones y el proceso de elaboración de este libro que se ha convertido en una referencia importante para los estudios de comunicación para desarrollo y el cambio social en América Latina.
Hugo Aguirre: El presente está marcado por un discurso tanático, se agotan los recursos, el clima cambia negativamente, ¿cuál crees que será el aporte de la Antología y de la comunicación en este proceso de reorientación que requiere el capitalismo para encarar el futuro?
Cuando uno mira la foto grande, la del mundo, la de la historia, no puede evitar un cierto sentimiento de derrota, pero si uno se concentra en lo que mejor conoce y en las posibilidades de influir, renace la esperanza.
Nosotros pensamos que si las universidades asumen los retos del desarrollo y de los cambios sociales y se acercan a los problemas que padece la mayoría de la población, hay posibilidades de cambiar las cosas. Hay ejemplos de cambios sociales importantes en comunidades que han tomado en mano su desarrollo, con un espíritu democrático y solidario. Si esto se multiplicara por miles, estaríamos más cerca de resolver los grandes problemas que aquejan al mundo.
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Alfonso Gumucio
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8:05 p.m.
27 marzo 2009
La Antología en Bogotá
Estuve en el lanzamiento de la "Antología de Comunicación para el Cambio Social", en Bogotá, el 3 de marzo del 2009 con el auspicio de la Universidad Javeriana. Al presentar el libro el Decano de la Facultad de Comunicación y Lenguaje, Jürgen Horlbeck, lo llamó “un mamotreto” para luego hacer una digresión etimológica de la palabra, señalando que en griego tardío “mammothreptus” significa “criado por la abuela”, por lo tanto bien amamantado y alimentado, un muchacho fuerte y supuestamente gordinflón. Añadió que tendría una función importantísima en la universidad, precisamente porque iba a “alimentar a quienes se atrevieran a consultarla”.
Nueve autores incluidos en la Antología son colombianos: Jesús Martín Barbero y José Miguel Pereira residen en Colombia, no así Clemencia Rodríguez,

Jesús Martín Barbero, uno de los autores latinoamericanos más reconocidos a nivel mundial, nos agradeció a Thomas Tufte y a mi, “por haber sido capaces de poner tantas voces y tejerlas entre sí. Este libro es un tejido de voces múltiples, pero con una enorme presencia y potencia del pensamiento latinoamericano y esto es clave, realmente clave desde nuestros países hacia el resto del mundo”.
Añadió que “el libro trae dos apuestas: la primera pensar en la transformación de la sociedad y la segunda, pensarla desde la comunicación no como técnica -que hoy es la obsesión de la inmensa mayoría de las facultades de comunicación en América Latina, que le están haciendo caso al mercado quien les dice descaradamente cómo formar a los comunicadores. Para mi y los que llevamos casi 40 años luchando por esta causa, encontrar que hay un libro mundial, global en el mejor sentido de la palabra, que pone como claves el cambio social y el tejido de las realidades de que está hecha la comunicación, tanto más que de los medios, es una enorme alegría”.

“Como insinuó Alfonso Gumucio, hace mucho tiempo que hay en América Latina un pensamiento pionero, pero los del norte nos siguen mirando desde arriba. Hay una expresión preciosa de Appadurai: ‘Nos siguen pensando como proveedores de materia prima para los molinos teóricos del Norte’”, añadió.
“En esta obra lo que hay, de veras, es una apuesta de diálogo del mundo con América Latina; pone a América Latina en el mundo y le permite al mundo -en su versión en inglés- enterarse de que aquí no solo hay materia prima para que la muelan los molinos del Norte, de que aquí no sólo hay informantes nativos sobre las exóticas formas de comunicación de los nativos de América Latina, sino que aquí hay tanto pensamiento o más. Lástima que esto no sea sólo problema de los países del norte, sino de la mayoría de las facultades de comunicación de América Latina, que cuando se han hecho rastreos bibliográficos, salvo cuatro o cinco que salimos premiados, hay una enorme cantidad de bibliografía barata pero con firmas que tienen mucho mercado en el norte.”


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Alfonso Gumucio
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8:08 p.m.
20 marzo 2009
Actividades en Cali
La edición en castellano de la ANTOLOGIA fue lanzada en Colombia, en dos ciudades principales, Cali y Bogotá, gracias a la invitación de la Universidad Javeriana de Bogotá y la Universidad Javeriana de Cali, dos importantes instituciones académicas de Colombia, que organizaron conjuntamente las actividades.
En Cali me invitaron a participar en varias actividades alrededor de la presentación de la Antología: encuentros con profesores y estudiantes, entrevistas, intercambios y visitas a proyectos de comunicación participativa. Estas actividades fueron coordinadas por dos dinámicas profesoras, Fanny Franco y Mónica Marión, cuyo empeño ha permitido imbuir a sus estudiantes de un enfoque de comunicación para el cambio social.

En un taller de cuatro horas el jueves 27 de febrero, hice una presentación sobre comunicación para el cambio social, las raíces y la evolución de este campo de investigación en proceso de construcción. En la noche, el Vice-Rector Gabriel Jaime Pérez, grabó una entrevista en la radio universitaria, Javeriana Estereo 107.5 FM. El texto se publicará en un próximo número de la revista “Signo & Pensamiento”.

Otro seminario de media jornada -el viernes 28 de febrero- reunió a profesores y estudiantes de comunicación de las principales universidades de Cali para el lanzamiento de la Antología en esa ciudad. El Director del Departamento de Comunicación y Lenguaje de la Universidad Javeriana, José Vicente Arizmendi, y el Director de la Carrera de Comunicación, Jorge Manrique, hicieron los discursos de apertura del seminario, seguidos por presentaciones de las profesoras Marión y Franco.
En la tarde visitamos grupos de jóvenes que trabajan usando el enfoque de la comunicación para el cambio social: diálogo y participación. El Sistema Departamental Juvenil de Comunicación, agrupa a una treintena de jóvenes activistas de la comunicación del Departamento del Valle. Se reúnen regularmente para llevar adelante un proceso inclusivo que permite a jóvenes mujeres y hombres de diversos estratos sociales, debatir y diseñar sus propias estrategias. El grupo usa la radio y el video para expresar sus inquietudes.
La siguiente visita fue al barrio popular de Agua Blanca, donde el grupo de teatro “Movimiento latino” estaba ensayando una obra sobre la violencia, la corrupción y el tráfico de drogas, temas particularmente importantes en esta región colombiana.

Al día siguiente visitamos dos experiencias de comunicación, la primera en Santander de Quilichao, en el Departamento del Cauca, a una hora de Cali, donde el grupo de jóvenes “Tengo Ganas” produce breves mensajes en video sobre temas que afectan su comunidad, como el cuidado ambiental, la autoestima, la violencia o la presión social, subrayando valores como la paz, la convivencia y la solidaridad. El Alcalde de la ciudad participó en la reunión e hizo hincapié en la necesidad de apoyar a las organizaciones de jóvenes.
Las tres experiencias de comunicación descritas anteriormente se desarrollan con el apoyo de estudiantes de la Universidad Javeriana de Cali, que pasan fines de semana apoyando a los grupos juveniles, usando el enfoque de la comunicación para el cambio social.

El itinerario continuó entre las colinas de Caldono, donde el CRIC, una de las principales organizaciones indígenas de Colombia, tiene un centro de producción audiovisual y una emisora comunitaria, Uswal Nasa Yuwe. Vicente Otero, que lidera las actividades de comunicación en organizaciones indígenas, explicó la estrategia de marchas y manifestaciones en demanda de los derechos de las comunidades indígenas de Colombia.
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Alfonso Gumucio
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3:14 p.m.
12 marzo 2009
Crevette
Una vida se acaba de ir, la de mi madre, y otra se acerca en los próximos meses: la de mi primera nieta o nieto. Mi hijo Fabián y su pareja Mercedes están pendientes de ese nuevo arribo. La primera foto muestra perfectamente ese organismo vivo que crece y empieza a ocupar el espacio que reclama en el mundo. En Francia le llaman crevette hasta que se pueda saber si será hombre o mujer.
su primera foto de perfil
es un retrato de cuerpo entero
desde el fondo de su mar privado
flotando en el agua de la vida que le prestan
nos hace señas secretas
nos pregunta todo
ya empieza su trayecto inmóvil
con su pequeño cuerpo desnudo
como un signo de interrogación
capturado en una gran corazón
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Alfonso Gumucio
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3:46 p.m.
07 marzo 2009
Marina Dagron de Gumucio (1922-2009)
Su cerebro funcionó con lucidez hasta el último minuto y su buen humor la acompañó hasta el final. Una hora antes de irse definitivamente, bromeaba con los médicos del servicio de emergencia que la atendía en la casa.
Se fue como vivió el último tramo de su existencia, con ese modo suave de disfrutar con optimismo lo que la vida todavía le podía ofrecer.

En sus últimos años tuvo que prescindir de una de sus grandes pasiones, la lectura. Su voracidad de lectora, en castellano y en francés, la llevó a devorar bibliotecas. En una época fue asidua de la biblioteca de la Alianza Francesa en La Paz, y decidió leer todos los autores comenzando por la “A”. Le prestaban 10 o 12 libros a la vez para que no tuviera que hacer el viaje todos los días, y ella devolvía los libros forrados en plástico, para que se conservaran mejor. Cuando iba por la “B” se detuvo varios meses en las obras completas de Balzac y leyó todo. Le gustaban en especial las sagas, las historias amplias que abarcaban varias generaciones.

Las cataratas nublaron su vista poco a poco pero en 2005, cuando vivíamos en Brasilia, la operó el mejor especialista, el Dr. Leonardo Akaishi (ella lo nombraba en broma como “Dr. Abacaxi”), y quedó como nueva. Veía, mejor que cualquiera, caer los limones del árbol que estaba al fondo del jardín, a por lo menos 20 metros.
Pero el año 2008, ya en Guatemala, descubrieron que tenía mácula y ese fue un camino sin retorno. Sin lecturas su vida se hizo más contemplativa. Trasladó su avidez de conocimientos de la lectura a la televisión, donde era asidua de “Animal Planet” y “Discovery”, maravillándose de las cosas extraordinarias que ofrece la naturaleza. Sentía curiosidad por todo, me preguntaba cada día el precio del barril de petróleo, como si tuviera acciones.

Siguió disfrutando de los viajes y siempre tenía una maleta lista para tomar el avión. Si sus hijos la invitaban a Paris, a Montreal, a Brasilia o a Guatemala, siempre estaba dispuesta. Añoraba el regreso a La Paz, al departamento en Los Pinos (porque “todos me conocen en mi barrio”), pero al cabo de unas semanas ya empezaba a soñar con otro destino.

Las salidas a Antigua Guatemala le encantaban, para ver las alfombras de flores y de aserrín de hermosos diseños y las procesiones de Semana Santa, o cualquier día del año simplemente para pasear entre las ruinas de las iglesias de piedra, recorrer las calles empedradas de la antigua capital o comer en La Fonda de la Calle Real.
Sus otros placeres eran sencillos: chocolates, una copa de vino, un vaso de whisky, Les Luthiers… Solía decir que si sus regalos de cumpleaños o de navidad incluían un libro, un perfume y chocolates, ella se daba por satisfecha.

En Guatemala esperaba con ansias la visita a la Pastelería Zurich donde compraba los sábados 340 gramos de chocolates surtidos. Allí la reconocían, la saludaban con cariño y eso le agradaba.
No exigía ni pedía nada más, y todo lo recibía con inmensa gratitud (“que Dios te lo pague y te lo multiplique”, era su frase). Convivir con ella era fácil, porque la discreción y la sencillez eran su norma. Decía que había aprendido a comportarse así observando a su suegra, mi abuela Adriana, quien pasó por el mundo con ejemplar delicadeza.

Con su amplia cultura y su facilidad de trato mi madre tenía amigos de todas las generaciones: niños, jóvenes, adultos y gente de su edad. Con todos tenía conversación. Estos amigos y amigas de varias generaciones la despidieron el 14 de febrero, el Día de la Amistad, exactamente un mes después de haber cumplido 87 años de edad.
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Alfonso Gumucio
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4:49 p.m.
17 febrero 2009
07 febrero 2009
En la mitad del mundo
Otra presentación de la Antología de Comunicación para el Cambio Social, esta vez en Ecuador el 28 de enero pasado, gracias a la invitación del Centro Cultural Metropolitano que dirige María Elena Machuca. Esto surgió de una iniciativa de Alejandra Adoum y de María Fernanda Dulbecco, directora del Centro Cultural Itchimbía.

Situado en la cima de una colina de Quito, el emblemático Centro Itchimbía fue inaugurado el 31 de julio del 2004. Se trata de una vieja estructura de hierro, que data de 1897, totalmente reconstruida con paredes de vidrio. No existía la anterior vez que estuve en Quito, es un lugar tranquilo, por encima del mundanal ruido, con una vista hermosa sobre la ciudad que tanto ha recuperado de su pasado colonial en los últimos años.

El lanzamiento del libro fue una oportunidad para planificar un seminario de un día sobre comunicación para el cambio social y para conversar con varios medios de información sobre temas relacionados a la Antología y al panorama de los medios en Ecuador. El seminario fue estructurado por Gonzalo Ortiz Crespo, Concejal de Cultura del Municipio de Quito, una de las figuras intelectuales más importantes del país. Tuvimos un panel matutino sobre comunicación para el cambio social, y en la tarde una discusión sobre radio y televisión pública, tema de actualidad en Ecuador, país que no ha tenido antes ninguna forma de medios públicos.
Después de la presentación que hice en la mañana intervinieron los comentaristas invitados, todos ellos importantes actores de la comunicación para el desarrollo en Ecuador, en particular los decanos y responsables de comunicación de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), de la Universidad Central del Ecuador, y de FLACSO (José Laso, Fernando López Romero y Mauro Cerbino, respectivamente). Se contó también con los comentarios de dos periodistas reconocidos, Mayra Clavijo (Radio Pública del Ecuador) y César Ricaute (FUNDAMEDIOS), así como de Consuelo Carranza, Gerente de Comunicación y Relaciones Externas de UNICEF.

Tres entrevistas sobre la Antología fueron difundidas en la televisión y la radio nacional. La Televisión Pública de Ecuador transmitió en vivo una entrevista en horario nocturno, realizada por Xavier Lasso, quien también me entrevistó para la radio dos días después. La tercera entrevista fue con Mayra Clavijo, en Radio Pública de Ecuador, más breve, transmitida en el espacio de noticias.
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Alfonso Gumucio
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3:16 a.m.
30 enero 2009
Comunicar en Guatemala
Comunicar la comunicación para el desarrollo en Guatemala no es cosa fácil, pues el país vive todavía sumido en un sistema feudal que hace casi imposible el pleno derecho a la comunicación. Sin embargo, hay organizaciones que hacen un trabajo importante en ese sentido, como CERIGUA, DOSES, Centro Civitas y el Centro de Comunicación para el Desarrollo (CECODE).
Me invitaron a presentar el 23 de enero en la Librería Sophos de Ciudad de Guatemala “Otra comunicación para otro desarrollo” de Eduardo Gularte, Cristian Ozaeta y Gabriela Díaz, publicación de CECODE. No es casual que la obra retoma el título de un libro de Rosa María Alfaro, ya que pensar “otra” comunicación, pasa por la necesidad de pensar otro desarrollo.
Destaco cinco aspectos principales en esta propuesta: 1) una comunicación que no es visibilidad institucional y relaciones públicas; 2) una comunicación como proceso inclusivo y horizontal; 3) una comunicación alternativa a la hegemónica plagada de intereses comerciales y políticos; 4) una comunicación que restituye el valor a la terminología apropiada; y 5) una comunicación que rechaza el mercantilismo de los medios masivos.
Los comunicadores “necios” que defiende Gularte son los que piensan la comunicación desde un país empobrecido como Guatemala, donde la riqueza beneficia solamente a un pequeño sector de la población, mientras que la mayoría pobre coloca al país entre los peores indicadores sociales de pobreza, educación, salud, discriminación y racismo de la región.
Gularte hace la crítica de la teoría del “derrame” de riqueza, que supone que fortaleciendo a los más ricos se produce un rebalse de recursos que beneficia a los pobres. El supuesto derrame se tradujo en realidad en autos blindados, helicópteros y lujosas casas en Miami. Las grandes empresas que ahora hablan de “responsabilidad social” para mostrar una cara más amable crecieron en las épocas de dictadura y se repartieron el país en pedazos para banana, café, azúcar, palma africana o petróleo.
Por ello la necesidad de una comunicación como derecho humano, que permita a las comunidades tener una voz propia y participar progresivamente en la toma de decisiones sobre su desarrollo y sobre su vida. La sostenibilidad de los programas y proyectos de desarrollo está en relación directa con la participación de los interesados, que no son solamente los que a veces llamamos “beneficiarios” sino también las propias agencias para el desarrollo que quisieran que sus programas tengan un impacto de largo plazo y sean sostenibles.
CECODE, la institución fundada hace dos años por los autores de la obra, es única en su género en Guatemala, retoma el debate internacional en torno a la comunicación para el desarrollo y lo trae a un país que por lo general ha estado muy cerrado sobre si mismo en estos temas.
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Alfonso Gumucio
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5:16 p.m.