Gonzalo Díaz de Oropeza
Alfonso Gumucio Dagron es un hombre
polifacético: además de ser cineasta y fotógrafo, también es escritor. A lo
largo de su vida ha tratado de equilibrar el cine, la fotografía y la
literatura porque considera que los tres están vinculados por la imagen. "Para
mí el vínculo entre las tres cosas es la imagen. Son complementarias”, explicó.
Como literato se mueve en los campos del
cuento y la poesía. Ésta última, según su visión, es la que está más vinculada
a la imagen. Por ello, para publicar su cuarto poemario, titulado Sentímetros, en 1990 invitó a 11 amigos
suyos pintores.
Entonces, ellos escogieron poemas
para dibujarlos. Algunos de aquellos artistas fueron la argelina Fatiha Rahou,
Gustavo Lara, Raúl Lara, Pedro Portugal, Wálter Solón Romero, entre
otros. Aquella fue la primera experiencia en la que Gumucio juntó la imagen y
la poesía.
De cierta forma, cuando escribe poesía a
mano en papeles que luego archiva, crea imágenes. "Cuando uno escribe
poesía, escribe imágenes”, afirmó. Sin embargo, reconoce que no puede hacer
dibujos como él quisiera. "Lo único que no he podido hacer en mi vida es
pintar o dibujar. Tengo una enorme envidia de la gente que tiene facilidad para
pintar”, dijo.
Por esa dificultad, pero también para
mantener un diálogo con sus amigos artistas fue que publicó su primer poemario
ilustrado hace 26 años. Ahora, Gumucio repite la experiencia, pues junto a
Plural Editores, presenta su sexto poemario titulado: Poeta de papel.
Esta obra reúne 100 poemas, que fueron
ilustrados por 20 artistas de tres generaciones. "Yo quería diversidad,
quería artistas varones, mujeres (…) He querido tener un panorama de lo que yo
considero como buena pintura”, afirmó.
En Poeta
de papel participan Luis Zilveti, David Darío Antezana y Alejandro Salazar,
que ya dibujaron en Sentímetros de
1990. A ellos se sumaron Roxana Hartmann, Mónica Rina Mamani, Gonzalo Ribero,
Erasmo Zarzuela, Ejti Stih, Carmen Perrin, Lorgio Vaca, Fernando Rodríguez
Casas, Carlos Villagómez, Guiomar Mesa, Patricia Mariaca, Gilka Wara Libermann,
Marcos Loayza, Mauricio Bayro, Javier Fernández, Marco Tóxico y José
Ballivián.
El libro será presentado a las 19:00 en
la Cinemateca Boliviana. Hay una sorpresa reservada para los asistentes, ya que
los 100 dibujos que aparecen en la publicación serán expuestos en su
formato original.
Esta exposición durará al menos dos
semanas, periodo en el cual los dibujos serán puestos a la venta. "La
gente joven interesada por el arte puede tener un dibujo de autores
importantes… tal como yo empecé (a coleccionar arte) hace tantos años”, indicó
el poeta.
Gumucio comenzó en la poesía en su
juventud, cuando escribía "poemas desechables”. Un tiempo después de
escribirlos los leía nuevamente y, como pensaba que no valían nada, simplemente
los desechaba. Pero escribía desde antes, pues a sus ocho años escribía
cuentos. "Quizás por inspiración de mi abuela paterna. Era una persona con
mucha habilidad para pintar y escribir. Creo que esa fue la primera influencia
positiva que tuve desde niño”, recordó.
En su juventud pasó por un periodo
intenso en el que comenzó a escribir "poesía publicable”. Aquella etapa
empezó en 1971, cuando estaba exiliado en España, donde compartía "por
fortuna” un departamento con el poeta Pedro Shimose. "No teníamos nada,
apenas para comer, estábamos los dos exiliados”, recordó.
"Lo que teníamos era muchas ganas de
escribir. Entonces, durante varios meses, cada uno en su cuarto, escribía
intensamente. Yo escribí como 300 poemas en varios meses. Él escribió un libro
que fue premiado en Cuba, que es Quiero
escribir pero me sale espuma”.
Aquellos poemas recién fueron publicados
cuando regresó a Bolivia en la última etapa de la dictadura del entonces
coronel Hugo Banzer Suárez. Como eran bastantes, decidió separarlos en tres
libros: Antología del asco (1979),
con poesía política y social; Razones
técnicas (1980), con poesía amorosa; y Sobras
completas (1984) con los poemas que quedaron sueltos. En 2000, publicó Memoria de caracoles, que reúne los
poemas que escribió entre 1996 y 1998, cuando vivía en Haití.
Sobras
completas (1984) se publicó en México, a donde
Gumucio partió exiliado luego del golpe de Luis García Meza. Luego de retornar
al país, a fines de los años 80, publicó Sentímetros
(1990), que reunía 100 poemas "con sentimiento” y le dio su primera experiencia
de diálogo entre la poesía y la imagen; que ahora repite con Poeta de papel.
(Artículo publicado
en el diario Página Siete el domingo 18 de septiembre 2016)