Salazar, dibujado por Pérez Alcalá |
Hay muchos refranes populares y anónimos que hacen alusión a los gatos: “como gato panza arriba”, “siete vidas tiene un gato”, “gato maullador no es buen cazador”, “con los curas y los gatos, pocos tratos”, “buscarle cinco patas al gato”, “gato con guantes no caza ratones”, “cuando el gato está ausente los ratones se divierten”, “cara de beato y uñas de gato”, “la curiosidad mató al gato”, “dar gato por liebre”… y muchos más, pero yo he optado para el título de este texto: “Aquí hay gato encerrado”.
Semejanzas |
Alguna semejanza hay también entre el Gato Salazar y yo, puesto que me invitó a presentar su libro. Estas semejanzas datan de varias décadas, dos exilios y numerosos desayunos en algún café de Ciudad de México (en el Café Habana, donde muchos años antes se reunía Fidel Castro con los que se irían en el Granma a Cuba), o en años recientes en San Miguel en un café con nombre de especia.
Rafael Loayza, Juan Carlos Salazar, José Antonio Quiroga, Alfonso Gumucio |
Así fue siempre, porque cuando regresé a México luego de un año de trabajo en la Nicaragua sandinista, me ofreció escribir reportajes sobre cine para el servicio especial de la DPA (la Agencia Alemana de Prensa), y eso me permitió no solamente ganar unos pesos sino conocer a personajes tan emblemáticos como el Indio Fernández, Gabriel Figueroa, Irene Papas, Alberto Isaac, Rui Guerra o Cantinflas, a quien fuimos a entrevistar juntos. Entonces, así se va tejiendo eso que se llama complicidad, ingrediente indispensable de toda amistad. Y por esa complicidad es que varias de las semejanzas retratadas en este libro resuenan en mi memoria como fragmentos que recorrimos juntos.
Enrique Arnal |
En Semejanzas no están todos los que son, ni son todos los que están (y alguno sobra a mi criterio) pero así son los libros de tipo antológico, porque no se puede poner todo en un libro como no se puede incluir todo en un cuadro o en una película. El Gato ha conocido de cerca a muchos otros personajes. El riesgo de algunos de estos esbozos o apariencias (Quico Arnal, por ejemplo) es que quien no haya conocido a los personajes retratados puede quedarse con sabor a poco, pero quienes los hemos conocido, disfrutamos con esa mirada de microscopio que completaría la más sesuda biografía.
Liber Forti |
Finalmente están los retratos menos cercanos (pero no menos interesantes) de personajes que el autor no ha frecuentado mucho, por lo que no es fácil capturarlos en su vida cotidiana. Es el caso de Luis Ramiro Beltrán, Domitila de Chungara, Gabriel García Márquez, Juan Rulfo, Vargas Llosa, Juan Pablo II y algún otro personaje fotografiado con teleobjetivo sin que ello disminuya la acuciosidad de las observaciones, sobre todo para revelar los vínculos con Bolivia en el caso de los que no son bolivianos pero tuvieron algo que ver con nuestro país.
En la Feria Internacional del Libro de La Paz, 2017 |
Mención aparte merece un texto que me ha conmovido, donde el personaje se impone con fuerza: José María Bakovic, una de las víctimas de la judicialización de la política, sobre quien Juan Carlos Salazar escribe un texto inspirado y dolido.
“Nada de lo humano me es ajeno” escribió Publio Terencio Africano (el esclavo liberado) casi 200 años antes de nuestra era cristiana. La frase le viene bien a este libro que no aborda la comedia humana sino, casi siempre, la ternura, el respeto y la amistad, que quizás son al fin de cuentas, parte de lo mismo: la semejanza entre los que comparten los mismos valores humanos.
(Este es el texto de la presentación del libro que tuvo lugar en la Universidad Católica Boliviana San Pablo el jueves 7 de junio 2018, posteriormente publicado en Página Siete el domingo 10 de junio 2018)
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El destello imprime en la retina del observador la aureola que rodea a la silueta,
pero oculta las sombras que la circundan.
—Juan Carlos Salazar