Del 15 al 20 de noviembre se realizó en Tiquipaya
(Bolivia) la III Cumbre Continental de Comunicación Indígena del Abya Yala. El
gobierno boliviano hizo todo lo posible para convertir un proceso auto
convocado, independiente y autónomo, en un evento oficialista.
Foro Nacional en Popayán, 2012 |
Me ha tocado participar en varios
momentos de ese proceso que se ha desarrollado a lo largo de muchos años,
gracias a las invitaciones que me hicieron los indígenas del Cauca para
participar en noviembre del 2012, en Popayán, en el Foro Nacional de
Comunicación Indígena, una reunión preparatoria para la cumbre que tuvo lugar
en Oaxaca el año 2013.
Los propósitos enunciados por el Consejo
regional Indígena del Cauca (CRIC), organizador de ese evento, expresaban
entonces: “…reflexionar sobre el sentido de la comunicación indígena, sus
formas propias, así como los medios y las tecnologías apropiadas;
pensar el papel de la comunicación indígena como eje transversal en los
procesos organizativos y en todos los aspectos de la vida comunitaria y
colectiva en el territorio; conocer experiencias exitosas de políticas
públicas de comunicación e información construidas desde y para los pueblos indígenas
del continente Abya Yala.”
Evo Morales inaugura la II Cumbre |
En agosto de 2013 tuve otra oportunidad
en las Jornadas sobre Comunicación Intercultural y Democracia convocadas por el
SERVINDI en Perú. He seguido de cerca y en la distancia y he escrito varias
veces sobre ese gran movimiento continental de indígenas auto convocados para
debatir procesos de comunicación que han sido fundamentales en la articulación
de su palabra y de sus luchas por la democracia, por los derechos humanos y por
el territorio.
Pero ahora en Tiquipaya, las organizaciones
indígenas pisaron el palito de la trampa tendida por el gobierno boliviano para
cooptar el movimiento. Llegaron a Cochabamba sin que los organizadores
bolivianos hubieran compartido un programa y cuando finalmente lo obtuvieron
impreso el segundo día del evento, notaron que en las mesas de discusión figuraban
cinco ministros y viceministros del gobierno boliviano.
La cumbre estuvo copada por funcionarios,
desde el presidente Morales, la ministra Marianela Paco, el canciller Choquehuanca y
otros que trataron de llevar las prístinas aguas de la comunicación indígena
hacia el molino de la burocracia del doble discurso: Pachamama por un lado y
por otro filosa hacha contra los recursos naturales, contra los indígenas de
tierras bajas y contra los derechos humanos.
El logo del Ministerio de Comunicación en el cartel del evento |
Frente a la manipulación, las
organizaciones indígenas más representativas de América Latina se juntaron en
una mesa paralela y emitieron una declaración cuyo título resume su tenor: “La
cumbre es de los pueblos, no de los Estados” en la que denuncian “la ausencia
de comunicadores y procesos de comunicación autónomos e independientes” y las
políticas extractivistas y contrarias a la madre tierra de gobiernos como el
ecuatoriano y boliviano.
Marianela Paco |
Además, la declaración denuncia hechos
vergonzosos como la agresión sexual que sufrieron por parte de un delegado
boliviano compañeras indígenas de Ecuador, Colombia, Chile y Guatemala.
La legendaria Confederación de las Nacionalidades
Indígenas del Ecuador (CONAIE) se sumó a la declaración independiente. Otras organizaciones
indígenas coinciden con esas denuncias, como SERVINDI, que habla de una “cumbre
secuestrada” por el gobierno boliviano, que suele comportarse como una
aplanadora (como lo hace siempre con los ciudadanos bolivianos).
La declaración oficial digitada desde el
ministerio de Comunicación de Bolivia incluye frases lamentables como “defenderemos
nuestros procesos de cambio y gobiernos progresistas…” confeccionadas a la medida
de Bolivia y Ecuador. La instrumentalización política de la cumbre de comunicación indígena no dejó lugar a dudas.
José Ignacio López Vigil |
José Ignacio López Vigil, con todos sus
años de solidaridad con el movimiento indígena, escribió en Radialistas Apasionados: “Qué pena que el
Estado Plurinacional de Bolivia no haya sabido respetar el espacio autónomo de
los pueblos y procesos de comunicación indígena. Qué pena que no sepa
distinguir entre los compañeros y compañeras y los llunk’us. Qué pena que toda
crítica la interpreten como disidencia y traición a la patria. Que a quien
piensa distinto se le considere como vendido a la derecha y agente del imperio.
Qué pena que no aprendan de lo que ha pasado en Cuba y en Nicaragua y en
Venezuela. Que no entiendan que el culto a la personalidad del líder es un
comportamiento colonial y patriarcal. Qué pena que se invoque a la Pachamama
para justificar el extractivismo. Qué pena que no recuerden aquella sabia
ironía de Galeano: somos poquitos, pero sectarios.”
La pésima organización del evento y el
desprecio por los invitados indígenas llegados desde sus países, fue ya
comentada por Rafo Puente y nos llena de vergüenza porque nuestro país era el anfitrión. Esta amarga
experiencia marcará sin duda el proceso de los comunicadores indígenas en el
futuro.
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El instrumento
básico para la manipulación de la realidad
es la
manipulación de las palabras.
Si tu puedes
controlar el significado de las palabras
puedes
controlar a la gente que utiliza esas palabras.
—Philip Dick
(Una versión corta de este texto se publicó en Página Siete, el sábado 3 de diciembre 2016)