En estos días estuve buscando las huellas de Haití en mi vida y las mías en la isla caribeña. Encontré una serie de seis postales que produje el año 1997 en el marco de la celebración del 50 Aniversario de UNICEF. Aunque ya no me gustaba esa organización de Naciones Unidas porque había perdido sus valores esenciales en favor de una burocratización paralizante y de un andamiaje de propaganda que no correspondía a los resultados reales de su actividad, sin embargo, hasta que mi contrato expirara, trataba de ser creativo, de pensar "fuera de la caja" y de pasar el mayor tiempo posible en el terreno, fuera de las oficinas centrales en Puerto Príncipe.
Es así como con Oldy Joel, asistente audiovisual, camarógrafo y editor (que ahora trabaja en Miami, por lo que no sufrió personalmente las consecuencias del terremoto), emprendimos uno de tantos viajes, esta vez a Mole St. Nicolás, un pequeño puerto fortificado en la costa norte de Haiti, en el mero extremo occidental de la península, a unos 100 kilómetros de la Isla de la Tortuga y de Port-de-Paix. Allí estaba UNICEF haciendo algo bueno: la instalación de una red de agua potable. Y allí filmamos con Oldy un pequeño documental, el único que dirigí durante mi estadía en Haití: "Sous Lavi" (1996) que en francés significa "Source de Vie" (y en castellano "Fuente de Vida"), el agua, obviamente.
En mayo 1996, cuando hicimos ese viaje, Mole St. Nicolás era un pequeño pueblo de pescadores, infinitamente tranquilo y aislado. Pero su lugar en la historia no es intrascendente: allí desembarcó Cristóbal Colón el 6 de diciembre de 1492, en su primer viaje a este lado del charco. Casi tres semanas más tarde la nao capitana Santa María, la mayor de las tres que hicieron el primer viaje, se hundió en las cercanías de lo que ahora es Mole St. Nicolás, que Colón bautizó como Fuerte Navidad porque con los restos de madera de la nao hizo armar una construcción. El navegante regresó a España llevándose por la fuerza a varias mujeres indígenas, y dejó atrás a 39 hombres que los indios taino mataron en represalia.
De la presencia francesa en Mole St. Nicolás queda una muralla de piedra sobre el mar, vestigio de lo que fue una fortificación, la Poudriere, construida hacia 1750. Indica que alguna vez ese lugar fue mucho más importante y poblado.
Mientras filmábamos en Mole St. Nicolás, tomé fotografías de niños, y seleccioné algunas para las postales del 50 Aniversario de UNICEF. Tomé otras en Cap Haitien, en Port-de-Paix. Ahora miro esas postales y me invade una sensación extraña. ¿Donde están hoy los niños que juegan en la playa en las postales o aquel que me muestra sonriente una caracola de mar, o los dos que comparten una bicicleta en Cap Haitien? En 1996 tenían 6, 8 o 10 años, hoy -14 años más tarde- tendrían 20, 22 o 24 años de edad. ¿Dónde los pilló el terremoto? ¿Están aún entre los pescadores de Mole St. Nicolas o frente a las casas estilo gingerbread de Cabo Haitiano? Si es así, se habrán salvado.
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Entre todas las noticias malas que llegan de Haití, veo en CNN Internacional una entrevista con Evelyne Louis-Jacques, que fue mi asistente en UNICEF y me alegra verla viva y sana. Me entero que tiene a su cargo en Carrefour el orfanato Nuestra Señora de la Natividad, que se desplomó sepultando por lo menos a 56 niños, más de 30 están aún desaparecidos y otros se salvaron porque estaban en el patio, jugando con Evelyne.