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Evo Morales vive en una realidad virtual |
Cada día nos sorprende el gobierno con
alguna declaración altisonante, varias mentiras de campeonato y alguna decisión
de Estado que contraviene a los principios elementales de la racionalidad y de
la democracia. Es tan abundante la
verborrea de Evo Morales en su capacidad de producir confrontación y reiterar
sandeces, que ha logrado su objetivo: hacer que el pueblo boliviano tenga una
piel gruesa de elefante, o resbalosa como de pescado lucio: lo que diga ya no
parece importarle a nadie. Los autores del libro “Evadas” se cansaron de
actualizarlo.
Esa misma verborrea de improperios hace
que disminuya nuestra capacidad de atar cabos y relacionar hechos para
analizarlos, aunque la evidencia sea contundente. En medio de las maniobras distractoras
y de los montajes oscuros y violentos de quienes trabajan en la sombra del
régimen (Quintana, Moldiz, etc) para preparar el terreno de las futuras decisiones
dictatoriales, pasan desapercibidos algunos anuncios que vale la pena rescatar
antes de que, como tantas cosas, se las trague la amnesia colectiva.
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Nada dice el gobierno sobre este mayúsculo escándalo |
La amnesia colectiva es peor que el bozal
que muchos llevan puesto atemorizados por las represalias que suele tomar el
gobierno cuando algo se denuncia. Por ejemplo, llama la atención que la noticia
publicada en el diario más serio de La Paz (este, por supuesto) sobre la
empresa Bolivia China Oriente Petróleo & Gas, que desapareció dejando una
deuda de 7.000 millones de Bolivianos al fisco, no haya merecido mayor análisis
ni comentario del gobierno (ni mayor seguimiento de este diario). Pasó casi
desapercibida aunque el dato es escalofriante: la empresa fantasma encabeza la
lista de deudores del SIN con el 23% del total.
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La droga se produce en mayores cantidades que nunca antes |
No quiero regalar a la amnesia colectiva
dos declaraciones de autoridades de gobierno en esta semana. En una de ellas,
el cacique nacional Evo Morales, declaró delante de representantes de la Unión
Europea y de Naciones Unidas, que en el Chapare ya no se cultiva coca y quienes
lo hacen “solo son peones”. Decir esto en un pueblito perdido del altiplano
vaya y pase, pero en la Reunión Técnica Operativa Regional de Lucha contra el
Narcotráfico es un insulto a la inteligencia de todos los presentes. El jefazo
quiso minimizar el dato contundente de la Unión Europea: el 94% de la hoja de
coca cultivada en el Chapare está destinada a la producción de cocaína.
Al final de su discurso los dignos
representantes de organismos internacionales aplaudieron diplomáticamente, por
supuesto. El miedo que tienen cuando se refieren al “proceso de cambio” es
notorio. Por lo menos el de la Unión Europea tuvo el valor de declarar ante los
periodistas que la democracia está indisolublemente ligada a la Constitución
Política del Estado, mientras que el de Naciones Unidas brilló nuevamente por
su ambigüedad timorata al declarar que lo que importa es “el voto”, y respaldó
la habilitación ilegal de Evo Morales y García Linera.
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El lavado de dinero en efectivo |
La otra declaración que capturó mi
atención fue del Ministro de Economía, el oscuro Guillén. Cuando se publicaron “20
alertas” y un instructivo para que los notarios informen a la Unidad de
Investigaciones Financieras (UIF) sobre las transacciones en efectivo en la
compra y venta de inmuebles o vehículos, no tardó Guillén en declarar que esa
fiscalización solo se aplicaría a montos mayores a 300 mil dólares. En otras
palabras, el ministro autorizó el lavado y planchado de dinero en efectivo o
proveniente del narcotráfico y del contrabando. Digno de Ripley…
En la mayoría de los países que tratan de
controlar el dinero mal habido, los límites para las transacciones en efectivo
son de 10 mil o 20 mil dólares. De la misma manera que las aduanas obligan a
declarar montos en efectivo mayores a 10.000 dólares, los países que son
víctimas del narcotráfico tienen disposiciones que sancionan las transacciones
en efectivo que no pasan por el sistema bancario porque llegan en fajos de
billetes que son producto de negocios turbios. La manera de blanquear, lavar y
planchar ese dinero sucio es la compra en efectivo de departamentos, casas y
vehículos (con dólares, ni siquiera con el “estable” Boliviano).
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Lavado y planchado: el régimen es cómplice |
Fijar el monto “sospechoso” encima de 300
mil dólares es dar licencia a cualquier narco o contrabandista para que compre
un departamento por 299 mil dólares. Los
departamentos más caros, en la zona sur de la ciudad, cuestan entre 180 y 250
mil dólares. En tres o cuatro transacciones distintas un narco o contrabandista
puede adquirir varios departamentos en efectivo y mandarle de regalo una
botella de etiqueta azul al masista que funge de ministro.
Entonces, las dos declaraciones están
vinculadas: por una parte el presidente hace la vista gorda del aumento de
producción y tráfico de cocaína en Bolivia, y por otra su ministro autoriza el
lavado de dinero mal habido. El sistema funciona entonces de manera coordinada
y está bien aceitado. En lugar de obligar a que toda transacción superior a 10
mil US$ pase por el sistema bancario, el gobierno facilita el blanqueo con unas
“alertas” a los notarios, que valen también como recomendaciones para narcos y contrabandistas.
(Publicado en Página Siete, el sábado 15 de diciembre 2018)
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Si
no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre,
acabarás
formando parte de ella.
—Joan
Baez