Pablo
Peralta publicó esta entrevista en Página Siete, el domingo 7 de agosto de
2016, y en la edición digital del diario incluyó además un fragmento en video.
Alfonso Gumucio Dagron es un cultor de la
memoria, pero con método. Desde los 13 años escribe diarios no con la intención
de publicarlos, sino como registros para luego acordarse de forma más fidedigna
de lo que vivió. Pero también, esa práctica le sirve para plasmar en los
textos evocativos que suele redactar, la fidelidad que proporciona el escribir
de forma inmediata una experiencia vivida.
Así, publica en sus artículos
referencias que rebosan de frescura y autenticidad. Entre ellos están los
memorables encuentros en Francia con el escritor argentino Julio Cortázar o las
visitas de Eduardo Galeano a La Paz. "Yo creo que la memoria siempre tiene
un rasgo afectivo, tiendo a olvidarme de las cosas que no me gustan”,
comenta.
El registro inmediato, escribir sin
pretensiones literarias, es la clave de su memoria. Dejemos que Gumucio lo
explique en sus palabras: "Desde muy joven he tenido una memoria muy
frágil. Cuando uno tiene una memoria frágil empieza a anotar todo, a sacar
fotos. Yo digo un poco en chiste y un poco en serio a mis amigos: yo tengo una
memoria fotográfica, porque si no tengo fotos, no me acuerdo de nada. Mi
memoria está en las fotos, o está en los diarios, o está en los artículos que
escribo, en el blog (Bitácora memoriosa). Entonces, yo tengo que hacer
algo para que mi memoria no me traicione”.
Precisamente, un resultado de ese
trabajo-método de registro, que practica desde hace mucho, es Diario ecuatoriano, cuaderno de rodaje, un
texto que se presentará el 11 de agosto en la Cinemateca Boliviana
a las 19:30. Se trata de la bitácora que Gumucio llevó
durante la filmación de Fuera
de aquí, cinta que rodó el cineasta Jorge Sanjinés, a mediados de los años
70 en Ecuador. Entonces, Gumucio se desempeñó como asistente de
dirección.
En una libreta pequeña con tapas de color
amarillo, el comunicador social, experto en comunicación para el desarrollo,
plasmó sus impresiones del día a día de la filmación, entre junio y julio de 1975.
Gumucio lo expresa en sus términos: "Diario ecuatoriano es un diario que yo escribí hace 41 años,
durante la filmación de la película Fuera
de aquí de Jorge Sanjinés. Lo escribí con la intención de que sólo fuera
para mí, como todos mis diarios. Yo escribo diarios normalmente y nunca los he
escrito con la intención de que sean publicados. O sea, no son diarios que
tengan un lenguaje literario, porque yo no pienso publicarlos nunca, pero ésta
ha sido una excepción por las condiciones que se dieron”.
Fue en marzo de 2015, cuando Alfonso
Gumucio recibió la visita de sus amigos ecuatorianos Pocho Álvarez,
Wilma Granda, directora de la Cinemateca Nacional de Ecuador, y Juan Martín
Cueva, director de CnCine, quienes se interesaron en publicar el documento.
"Se me ocurrió mostrarles la libreta
como una curiosidad entre mis antiguallas y me sorprendieron con su propuesta
de publicarla en Ecuador con motivo de los 40 años de la filmación de Fuera de aquí”, escribió el comunicador
en el artículo “40 años después”, uno de los textos que se publican junto a la
bitácora.
El diario comienza con el viaje que hizo
Gumucio de Francia a Ecuador, rumbo al epicentro del rodaje. "Más de
cincuenta horas de viaje antes de llegar aquí...”, son las primeras líneas que redactó
un Alfonso Gumucio de 24 años que venía a la región con una
formación de cine a cuestas, que había cultivado en el Instituto de
Altos Estudios Cinematográficos (IDHEC), la mejor escuela europea de cine,
en la Universidad de Vincennes, donde también estudiaba de forma
paralela, y en las clases que tomó con destacados catedráticos como Marc
Ferro y Jean Rouch.
"Yo venía a Ecuador con una
formación cinematográfica técnica e ideológica muy intensa. Entonces, algunos
comentarios que yo tengo en el diario vienen cargados de esa formación crítica.
No voy solamente como un espectador”, comenta.
Pero ¿cómo se dio el contacto para que
Gumucio y Sanjinés, uno de los representantes del llamado
"nuevo cine latinoamericano” se encuentren en una filmación en
Ecuador?
Gumucio, quien estaba exiliado en
Francia, a la par que estudiaba cine, relata, también colaboraba
con Sanjinés como representante en Europa del grupo Ukamau. "Obviamente
que yo tenía una gran admiración por Jorge. De hecho en mis estudios de cine en
Francia no sólo vi sino que también hice la descripción plano
por plano de Revolución, Ukamau y de Yawar Mallku”.
En un momento dado, Sanjinés le comentó a
Gumucio que iba a filmar una película en Ecuador. No obstante, cuenta, le
indicó que el problema que tenía era que no contaba con cámara para el
cometido. Gumucio consiguió el equipo.
"Yo tenía buenas relaciones en
Francia. Un amigo del Centro Nacional de Investigación Científica me dice, como
era verano, yo te presto la cámara, pero te la presto a ti, con el
compromiso de que me la devuelvas en un mes exactamente. No me hizo ni siquiera
firmar un papel, ni nada, era una relación de confianza, yo me llevé la cámara
de 16 mm a Ecuador”, manifiesta.
El contexto en el que filmaron la cinta
no era el mejor . Las dictaduras y lo regímenes autoritarios prevalecían en la
región. Pinochet en Chile, Videla en Argentina y Banzer en Bolivia... sin
duda el escenario era complejo.
"Era un continente entero sometido a
regímenes militares golpistas o regímenes civiles autoritarios y entonces era
muy difícil hacer cualquier cosa y Ecuador que no fue una dictadura sangrienta
era un régimen de todas maneras autoritario y, por lo tanto, cuando se hizo la
película teníamos que tener en cuenta ese contexto y trabajar de manera casi
clandestina, casi secreta, y ésa es una de las cosas que yo relato en el
diario”, dice el autor.
El rodaje se desarrolló en
condiciones precarias. Los miembros del equipo estaban alojados en una
escuelita y dormían en sleeping bags en el suelo... Con todo,
aquella película es pionera en Ecuador en cuanto a cintas de ficción y
está inscrita en la historia del cine de ese país y del cine latinoamericano.
"Para los ecuatorianos es muy valioso. Es por eso que cuando yo
alojo a los amigos ecuatorianos que vinieron al festival de cine de Ecuador, y
les muestro la libretita amarilla, me dicen ‘esto es fundamental para nosotros,
es parte de nuestra historia del cine ecuatoriano, entonces tenemos que
publicarlo’. Así fue”.
Gumucio dice para cerrar: "Si algún
valor tiene este diario es que es un testimonio día a día de cómo viví esa
filmación”.