En espera de tener en mis manos un
ejemplar “duro”, tengo frente a mis ojos en la pantalla de la computadora un
ejemplar blando (virtual) del libro que acaban de publicar en México dos importantes
investigadores del cine, Aurelio de los Reyes y David Wood, con el título Cine mudo latinoamericano. Inicios, nación, vanguardias y transición (Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM,
2016).
Conozco a ambos desde hace algunos años. Aurelio
ha hecho aportes fundamentales a la historia del cine mexicano, unos 15 libros,
entre ellos Orígenes del cine en México
(1972), Medio siglo de cine mexicano (1987),
Los caminos de la plata (1990), Dolores del Río (1996) y El nacimiento de “¡Que viva México!”(2007).
David Wood, es un investigador inglés radicado
en México, que suele ir hasta el fondo de cada tema que indaga. Su trabajo
sobre los archivos de Salvador Toscano, realizado junto a Ángel Miquel, no
solamente constituye una recuperación de las imágenes de la revolución mexicana
que filmó Toscano, sino una manera lúdica de presentar los resultados de su
investigación. La edición y puesta en página de Pablo Ortiz Monasterio, hace de
Fragmentos: Narración cinematográfica
compilada y arreglada por Salvador Toscano, 1900-1930 (2010), un libro de
colección, hermoso, donde hasta el más pequeño detalle ha sido cuidado.
Película de nitrato de Salvador Toscano |
Estuve con estos investigadores y otros colegas vinculados al cine en la Quinta
Los Barandales, de los herederos de Toscano, en Ocoyoacac (a 60 kilómetros de
Ciudad de México sobre la carretera a Toluca), cuando todavía los valiosos
rollos en 35 mm de las filmaciones sobre la revolución mexicana, estaban
alojados en condiciones no muy propicias y habían sufrido ya algunas
consecuencias. Ahora, finalmente, están
bien cuidados en las bóvedas de la Filmoteca de la UNAM.
Además de las contribuciones que ha hecho
a la investigación sobre el cine mexicano, David tiene un interés particular
por el cine boliviano, como demuestra su tesis de doctorado en filosofía
presentada en el King’s College de la Universidad de Londres: Revolución y Pachakuti: cine político e
indigenista en Bolivia y en Colombia (2005, 311 pág). De esa investigación
han salido artículos académicos y capítulos en varios libros, y David ha
continuado trabajando acuciosamente en años recientes en un libro sobre el cine
de Jorge Sanjinés, para el que me pidió escribir el prólogo.
David, Aurelio y Ángel Miquel me
invitaron en abril de 2010 al coloquio internacional Cine mudo en Iberoamérica: naciones, narraciones, centenarios en el
auditorio del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) de la
Universidad Nacional Autónoma de México, para “abordar las complejas relaciones
que se entablan entre el cine mudo iberoamericano, lo nacional y lo
transnacional, por un lado desde los estudios del propio cine mudo en su época,
pero también desde los discursos y las prácticas sociales, políticas y
culturales que lo han caracterizado posteriormente, tales como la restauración,
la musicalización, y las políticas culturales en torno a los archivos fílmicos”.
Ese mismo espíritu anima el libro.
En el coloquio expuse sobre el cine mudo
de Bolivia, adelantando información y análisis de mi investigación biográfica
sobre José María Velasco Maidana, pionero de nuestro cine, a quien conocí en
los años finales de su vida. En mi ponencia subrayé que los orígenes del cine
boliviano estuvieron marcados por la censura:
José María Velasco Maidana, en Houston |
“El primer largometraje de don José María
es también el primer precedente de censura cinematográfica en Bolivia. La
Profecía del Lago fue desde su estreno un film maldito; maudit, la palabra francesa parece
adecuarse mejor al sentido de esta obra injustamente censurada primero,
perseguida, y luego sencillamente olvidada. Su primera exhibición pública fue
diferida indefinidamente, solamente llegaron a mostrarse algunas escenas en una
sesión especial para la prensa y los amigos del realizador, según da a conocer
la prensa de esos días. A partir de ese momento el silencio más absoluto rodea
a la película. No es sino meses más
tarde que aparece la noticia en la que se anuncia su incineración por órdenes
de un juez. (…)”
Referí lo que me había contado María
Núñez del Prado: “Fue una película prohibida por razones morales, a causa de un
pasaje que insinuaba que una señora estaba enamorada de un indio. Al parecer Velasco Maidana había tomado el
tema de la realidad. Esa señora existía
en La Paz y su marido estaba entonces en altas esferas de gobierno. Por eso la película fue prohibida y no llegó
a darse.” José María Velasco Maidana, a quien visité en Houston a mediados de
la década de 1970, no recordaba qué pasó con su película; una copia incompleta fue
felizmente recuperada décadas después.
Wara Wara |
En su segunda obra, la primera “super
producción” del cine boliviano, también tuvo problemas: “… la carrera de Wara Wara se vio truncada a pesar de su
brillante comienzo. El film se distribuyó relativamente bien en La Paz y en el
interior de la república, pero cuando Velasco Maidana se disponía a presentar
la película en el extranjero, tuvo que competir con el cine sonoro, que ya se
había posicionado en los circuitos comerciales internacionales, y ello redujo
las posibilidades de difusión de la película y durante mucho tiempo las pocas
copias existentes se extraviaron”. Por
suerte, en este caso, el final es feliz porque se encontró la película y se
hizo una restauración maravillosa, para devolverla al patrimonio del país.
Otros importantes investigadores participaron
en el evento sobre cine mudo, que ahora refleja
en este nuevo libro algunas de las ponencias e incorpora otros textos sobre el
tema del coloquio. Los capítulos de Paulo Antonio Paranaguá, John Fullerton, Ángel
Miquel, Emmanuel Vincenot, Violeta Núñez, Lucio Mafud, Miriam V. Gárate, Maria
Chiara D’Argenio, Paul A. Schroeder Rodríguez, Eduardo de la Vega, Alfonso
Gumucio Dagron y por supuesto Aurelio y David hacen del libro un aporte a los
orígenes del cine en la región latinoamericana.
Pero no tiene sentido agregar más, puesto
que los textos están a disposición de los interesados. Una de las ventajas de
las nuevas tecnologías y de la voluntad de compartir las investigaciones, es
que podemos descargar el libro.
Aurelio de los Reyes, Alfonso Gumucio, Manuel González Casanova y David Wood, en 2010 |
Aunque hayan pasado ya seis años del
coloquio internacional en la UNAM (México) me da mucho gusto ver ahora el libro
publicado. Ojalá todos los eventos para los que uno investiga y prepara ensayos,
dieran a conocer los resultados en libros que quedan como referencia permanente
en lugar de que las ponencias se las lleve el viento.
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El arte
es lo que resiste: resiste a la muerte,
a la
servidumbre, a la infamia, a la vergüenza.
—Gilles
Deleuze