La relación entre la música y la imagen
se hace estrecha cuando las canciones sugieren visiones. Es la misma relación
que existe con la poesía: hace que el cerebro proyecte imágenes en cada persona,
cada una diferente.
Digo esto pensando en una canción icónica
(otra vez, la referencia a la imagen), compuesta e interpretada por los Beatles,
con quienes crecí desde mi adolescencia: Strawberry
fields que al igual que Lucy in the
sky with diamonds sugiere en quien las escucha paisajes diferentes,
mediados no solamente por la letra de las canciones, sino por todo lo que se ha
ido tejiendo alrededor de ellas en el imaginario colectivo desde que fueron creadas. Las leyendas urbanas y los mitos.
Lo anterior explica mi interés por
visitar en Jamaica Strawberry Hill, un lugar que ha adquirido fama por varias
razones. Aunque no lo es, el nombre podría ser un guiño a los Beatles y al rock
en general, pero además, todo el ambiente del hotel y restaurante en la Montaña
Azul cercana a Kingston parece una referencia a la música, empezando por su
propietario: Chris Blackwell.
Curiosamente, no fue Blackwell quien puso
el nombre a Strawberry Hill, sino su primer dueño, el inglés Horace Walpole,
mucho antes de los Beatles, del rock y de Jamaica como república independiente.
En 1780 la corona británica le otorgó los derechos sobre la propiedad, a la que
le puso el mismo nombre que su castillo en Londres. Después se convertiría con
Chris Blackwell en un destino preferido por famosos rockeros del mundo.
Un estrecho y tortuoso camino trepa la
Montaña Azul hasta Strawberry Hill, que destaca por su blancura impecable. Es
una construcción hecha enteramente de madera en un estilo georgiano adaptado al
Caribe o gingerbread (propio de
Haití), con amplios balcones y ventanales. Las paredes presentan frisos con
encajes calados en madera, que permiten el paso de la brisa, para ventilar los
espacios interiores.
La vista desde Strawberry Hill sobre
Kingston es magnífica, pues a mil metros de altitud se divisa todo, incluyendo
la estrecha península del aeropuerto. Los jardines cuidadosamente mantenidos,
son parte del encanto. Las plantas exóticas de formas y colores llamativos
atraen a fotógrafos como yo.
Quizás lo que más sorprende a los amantes
de la música es el salón que se encuentra debajo del restaurante y del bar,
donde Chris Blackwell ha puesto en exhibición los originales de los discos de
oro y de platino que ganó como productor de Island Records. Una colección impresionante
tapiza las paredes.
Blackwell a quien conocí brevemente
durante mi primera visita a Strawberry Hill hace varios meses (ahora pasa más
tiempo en Golden Eye), es un personaje legendario. A sus 78 años camina como hormiga
afanosa de un lado a otro, cuidando hasta los mínimos detalles. Curioso, apenas
nos vio llegar preguntó de dónde éramos.
Fue el creador del sello de grabación
Island Records, que catapultó a la fama mundial a Bob Marley & The Wailers
y puso para siempre a la música reggae en la foto de la música contemporánea. Luego
de ganar cerca de 30 millones de dólares Marley se separó de Island Records en
1967 para irse a vivir a Estados Unidos.
Jamaica es de esos países-isla del Caribe
incapaces de producir siquiera leche, mantequilla y queso, todo lo importa y lo
paga caro. Lo que ha producido el país es Bob Marley (además de Usain Bolt y tres
Miss Mundo). Por lo demás vive del turismo, entregando concesiones de sus
bellas playas a empresas hoteleras multinacionales, mientras el Estado invierte
en infraestructura para servirlas pero no para tapar los baches de las calles
de Kingston o mejorar la calidad de vida de la población.
La música de Bob Marley fue y sigue
siendo una de las fuentes de ingreso importantes de Jamaica, y obviamente de la
familia de Marley que le saca todavía el jugo a los derechos de autor del
cantante que falleció a una edad muy temprana, 36 años.
El ojo empresarial de Blackwell se ha
extendido sobre otros lugares turísticos de la isla. Adquirió The Caves en
Negril y en 1976 Golden Eye en Ocho Ríos, la propiedad que Ian Fleming, el
creador de James Bond, compró a la madre de Chris Blackwell, Blanche Lindo
(quien tuvo una relación amorosa en los últimos años de Fleming y fue la
inspiración de Pussy Galore en Goldfinger).
Blackwell convirtió la propiedad en un exclusivo resort al que llegan solamente
los que pueden pagar 2.500 dólares por noche (en la habitación más barata).
Los huracanes del Caribe han llegado
varias veces a la Montaña Azul de Jamaica, pero el que más destrozos hizo fue
Gilbert, que en los primeros días de septiembre de 1988 arrasó con varias islas
caribeñas y remató en las costas de México como ningún huracán lo había hecho
antes. Desde 1951 Jamaica no había sido tan afectada por un huracán. Strawberry
Hill estuvo entre las cien mil casas que destruyó Gilbert, y Blackwell tuvo que
reconstruir todo desde cero y decidió abrir el lugar como hotel en 1994.
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Living is easy with eyes closed
Misunderstanding all you see
It's getting hard to be someone
But it all works out
It doesn't matter much to me
Misunderstanding all you see
It's getting hard to be someone
But it all works out
It doesn't matter much to me
—John Lennon
& Paul MacCartney