Resistencia suele padecer cada año calores de 46 o 48 grados, de modo que estos fríos excepcionales no eran ni esperados ni bienvenidos por los organizadores y participantes del I Congreso Internacional sobre Lenguas y Dinámicas Identitarias en el Bicentenario, realizado del 19 al 22 de julio 2010. El local donde se llevó a cabo el evento estaba dotado de grandes ventiladores y techos altos, ideales para enfrentar las olas de calor, pero ahora en las salas estábamos todos ateridos de frío, valga el pleonasmo.
Que una ciudad se llame Resistencia es de por si un atractivo, lo es más cuando el tema del evento tiene que ver con las lenguas indígenas que resisten a la aplanadora de las lenguas oficiales y hegemónicas.
En las conferencias plenarias y en los bloques temáticos se abordó una amplia gama de preocupaciones que tienen que ver con una agenda a favor de la diversidad. “Lengua, identidad y construcción de lo común, “Lenguas indígenas: representaciones de la relación lengua/identidad”, “Las lenguas indígenas y su rol en el sistema escolar”, “Políticas lingüísticas estatales”, “Arte verbal, mitos, narrativa y literatura en contextos multilingües y multiculturales”, y “Multilingüismo y representaciones sociales”, fueron algunos de los 14 bloques temáticos del congreso.
Emilio José Chuaire, de la Secretaría de Interculturalidad y Plurilingüismo de la Provincia del Chaco, y Susana Schlack de la Universidad Nacional del Nordeste, me invitaron para participar en un panel-debate sobre “Lengua, memoria e identidad”, donde presenté mi ponencia Identidad, pluralidad y comunicación participativa, en la que afirmo que frente a la concentración de medios masivos y a la homogenización cultural que promueven, la participación de las poblaciones indígenas en los medios comunitarios, con una perspectiva intercultural y ética, son el único recurso para promover el reconocimiento efectivo de la pluralidad y de la diferencia.
Durante los cuatro días del congreso hubo además conferencias magistrales, charlas, talleres y mesas redondas que convocaron a numerosos participantes a pesar del intenso frío. Los organizadores tienen planes de publicar en breve una selección de los textos presentados durante el evento. Mientras tanto, un blog no muy prolijo permite acceder a algunas informaciones.
Muchas historias de vida fueron presentadas y algunas estremecedoras, como la de Cristina Calderón, que vive en la Isla Navarino, cerca de Puerto Williams (Chile). Nos dijeron que ella es la última hablante de la lengua Yahgan. Tiene 82 años ahora, y cuando muera, no habrá nadie más que hable esa lengua, muy pronto sumada a las desaparecidas. La Unesco dice que de las 6 mil lenguas que todavía enriquecen la comunicación entre la humanidad, una desaparece cada semana. Por esa y otras razones, por Cristina Calderón y tantas otras como ella, este evento en Resistencia fue tan importante.
Daniel Prado y Alfonso Gumucio Dagron |
Como suele suceder en estos congresos, parte del encanto está en los encuentros y los reencuentros. Volví a ver a Daniel Prado, de Unión Latina, que es uno de los animadores de la Red Mundial para la Diversidad Lingüística, con quien congeniamos en un evento anterior en Barcelona.
Todo esto fue el pasado mes de julio, así de rápido pasan los días y no queda más que convencerse de que la influencia de la Resonancia Schumann en el paso del tiempo no es ningún cuento.