

El libro tuvo una carrera incierta, como todo en Bolivia, pero quienes saben de literatura apreciaron el carácter inédito de las “provocaciones”: en ellas los escritores convocados se abrieron a mis preguntas como nunca lo habían hecho antes. De ahí que hoy, cuando la mitad de esos escritores ya no está con nosotros, los capítulos dedicados a Jaime Sáenz, a Oscar Cerruto, a Augusto Guzmán, a Jesus Lara o a Augusto Céspedes, destacan por su calidad de documentos únicos.
La nueva edición de Plural ya no peca de tanta humildad. Es un libro impreso en buen papel, con una hermosa tapa, que viene a cerrar este círculo de 30 años. No he querido tocar los textos para nada, porque el valor radica precisamente en la fecha en que fueron publicados por primera vez. Lo único que hice, por respeto a los escritores, es actualizar sus bibliografías, algunas fotos y el prólogo.