Foto ABI (R. Zaconeta) |
Mientras en todo Bolivia se preparaban
concentraciones pacíficas para exigir el respeto a la voluntad popular
expresada un año antes, el 21 de febrero de 2016, el presidente del Estado, foco
de la polémica por su terquedad en aferrarse al poder, jugaba fútbol de salón en
el flamante coliseo de Matarani, en Cochabamba.
El personaje que es el centro y el origen
de la controversia política y ética se mantiene alejado de la sede de gobierno
y se hace “el sueco”, como se dice popularmente para referirse a quienes no se
dan por aludidos y hacen como que no entienden. Por su actitud desinteresada
pareciera que no tiene nada que ver, que todo lo que sucede a su alrededor le
resbala, como pescado lucio.
Cuando le conviene es un turista en la política
boliviana e internacional, desaparece fuera del país o en algún rincón de nuestro territorio, para evitar la sede de gobierno donde supuestamente ejerce.
Nuestro “sueco” criollo no pisa tierra
fácilmente, prefiere volar para no quedar salpicado por los escándalos
cotidianos.
Sin embargo, si uno se remite a los hechos ocurridos, el primer
mandatario tiene todavía mucho que explicar, porque cada vez que abre la boca
se va por la tangente, se contradice o deja mal parados a sus ministros que
dicen algo distinto en su afán de protegerlo.
Si en el Estado boliviano hubiera poderes independientes, ya tendríamos varias investigaciones en curso, como sucede ahora en Estados Unidos con las metidas de pata del flamante presidente Trump, a quien no solamente los medios y la opinión pública tienen en la mira, sino también su propio congreso de mayoría republicana.
Los hechos ya son de conocimiento público:
1) tuvo como amante durante varios años a Gabriela Zapata, según él mismo
admitió luego de mucho forcejeo y desmemoria; 2) el 18 de junio de 2007 firmó como padre el
certificado de nacimiento de un hijo al que nunca se molestó en conocer, ni
vivo ni muerto; 3) Zapata usó su relación con Morales para obtener contratos del
Estado por 560 millones de dólares para la firma china CAMC; 4) ella no fue la
única que se enriqueció con los porcentajes que recibía de los contratos directos
sin licitación; 5) varias reuniones y transacciones se hicieron en oficinas de
Juan Ramón Quintana, entonces Ministro de la Presidencia, con quien Zapata
intercambió mensajes reveladores de su relación íntima; 6) la firma CAMC no
tenía capacidad propia para ejecutar ninguna de las obras contratadas, era una
fachada; 7) el tráfico de influencias en favor de CAMC salpicó a los niveles
más altos del gobierno.
Todo lo que tiene que ver con los
contratos chutos con la empresa CAMC quedó claramente explicado en la investigación
realizada por jóvenes periodistas del diario Página Siete, que reunieron en el libro El caso CAMC. La ruta del dragón chino en Bolivia, los resultados de su pesquisa. Tuve el gusto de presentar esa investigación durante la Feria Internacional del Libro en La Paz, en 2016.
El libro no hace sino subrayar las
contradicciones de los personeros el gobierno, enredados en mentiras que los
arrastran en una espiral que mella no solamente sus propia imagen sino la
dignidad de todos los bolivianos. Tiene la virtud de atar cabos, de relacionar
informaciones, para armar el rompecabezas completo. Es un libro serio, honesto
y equilibrado, que recoge tanto las versiones del gobierno como los
cuestionamientos de expertos. Cuando los periodistas fueron a las oficinas de la CAMC para pedir
información, no los dejaron entrar con el argumento de que adentro solo había
chinos que no hablaban castellano. Y el embajador chino dice que no sabía nada de
esa empresa estatal… El descaro parece contagioso.
Gabriela Zapata, "cara conocida" del poder |
Como sucedió con Santos Ramírez, otro
personaje muy cercano al presidente. ahora encarcelado por corrupción, las
evidencias aplastantes hicieron que Zapata fuera a la cárcel, pero como ella
sabe quiénes son los personajes del gobierno que están implicados en los
contratos, negoció hábilmente una salida a mediano plazo. Ya le retiraron los
cargos de tráfico de influencias, como si 560 millones de dólares fueran una
bicoca. Y le escribieron un nuevo guion de telenovela que transmitió como "exclusiva" propia ATB, la cadena de televisión comprada a través de ‘palos blancos’ para exculpar a los socios del gobierno e
implicar a la oposición.
Nuevo capítulo de la telenovela: Zapata, en versión sufrida |
No se lo esperaban, pero el tiro salió por
la culata: una entrevista sin entrevistador, un contrato “confidencial” trucho
y un montaje grotesco que salta a la vista, hunden aún más en el lodo al
gobierno, a las canaletas de televisión y a la señora Zapata, que es la que ya menos
importa a estas alturas por su calidad de títere. Pronto desaparecerá del
escenario entre bambalinas.
Tan bochornoso es el nuevo guion como la
actuación lacrimosa de Gabriela Zapata, que no ha convencido ni siquiera a
miembros del propio gobierno. Se dispararon en el pie creyendo que era el
enemigo. Uno de los ‘acusados’, Walter Chávez, antes aliado del gobierno y
asesor directo del presidente, respondió con sorna señalando a los responsables.
La torpeza de quienes serían los autores intelectuales del video, Hugo Moldiz y
Raúl García Linera (hermano y socio del vicepresidente), sorprende a propios y
extraños, de nada sirve el entrenamiento de Moldiz en Cuba y el asesoramiento
del G2 cubano. En ese 5º piso que ocupan en un edificio de La Paz, con otros
empleados que juegan a los espías, lo que más escasea es la inteligencia.
Por todos los medios el régimen continua
con la estrategia de desviar la cuestión hacia el supuesto hijo de Morales y
Zapata, un hijo que tiene certificado de nacimiento legal, pero no de
defunción. Un hijo reconocido en declaraciones públicas (en televisión) por el
presidente y por el vicepresidente, pero que ahora “nunca existió”. Tantas
contradicciones en las declaraciones de altos personeros del gobierno se
convierten en una maniobra de distracción que pretende esconder las preguntas
no respondidas hasta ahora: ¿Quién puso su firma en los contratos de la CAMC?
¿Quién autorizó la contratación directa, sin licitación? ¿Hasta qué punto está
implicado el propio Evo Morales en la corrupción?
Las masivas concentraciones que tuvieron
lugar en las capitales departamentales el 21 de febrero por el respeto a la
voluntad democrática, mostraron que el país ya no le teme a un presidente tan
mediocre como mentiroso, y a un gobierno cuya millonaria campaña electoral
permanente no convence ni a sus propias filas.
(Una versión más corta del texto se publicó en Página Siete el sábado 25 de febrero 2017)
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Su cinismo es la forma de su honestidad.
—Cioran